Pilateros
Maru Toro bailaba ballet desde muy pequeña. A los 12 años sufrió una lesión en la rodilla y la entonces directora de su escuela, Lolita San Miguel, quien fue entrenada en el método Pilates por el propio Joseph Pilates, le sugirió practicar dicho ejercicio.
Satisfecha con los resultados que observaba y sentía en su cuerpo continuó adentrándose en la práctica y a los 20 años decidió certificarse como instructora.
“Estuve dando clases desde entonces. Luego una amiga mía se fue a vivir a India y me dejó su casa para cuidarla. Allí daba clases en cuatro máquinas. Luego, empecé a hacer lo mismo en casa de mis padres. La gente seguía llegando y llegando”, recuerda.
Hace seis años, Toro abrió su primer estudio, Pilateros, en la Galería Suchville. El segundo local ubica en Condado. En ambos espacios se ofrecen clases privadas, semi privadas y grupales (en grupos pequeños) de Pilates Mat y Pilates Reformer.
“Tengo todo tipo de clientes. La mayoría viene buscando un buen ‘workout’. Salen temblando porque aunque el ejercicio es gentil, se trabaja un montón”, indica la instructora, al destacar entre los beneficios del Pilates el aumento de densidad ósea, favorable para evitar o controlar condiciones como la osteoporosis.
Además de Pilates, los clientes de Pilateros pueden practicar Barre Workout. Esta clase es un entrenamiento de alta intensidad que fusiona principios del ballet clásico y el método Pilates.
“Utilizamos la barra de ballet, bolas, pesas libres, ejercicios de Pilates mat y el peso del cuerpo para retarlo al máximo. El Barre Workout ayuda a mejorar la postura, fortalecer el torso y los glúteos, además de aumentar la flexibilidad, coordinación y resistencia”, explica Toro.
En su estudio de Condado, la instructora tiene una máquina “Cadillac”, como se conoce a la camilla inmovil donde se realizan sesiones de Pilates exclusivamente privadas aptas para personas con vasta experiencia o principiantes.