El Nuevo Día

Protector de la boa puertorriq­ueña

Joven estudiante adopta como proyecto personal desarrolla­r un área de conservaci­ón para la especie listada

- Gerardo E. Alvarado León galvarado@elnuevodia.com Twitter: @GAlvarado_END

Q El Bosque Estatal de San Patricio, en Guaynabo, estrenó recienteme­nte un área de conservaci­ón para la boa puertorriq­ueña, diseñada y creada por el estudiante de décimo grado Víctor Aguilar.

A simple vista luce como una vereda más en el bosque, pero ninguno de los elementos ubicados en el nuevo hábitat está allí por casualidad.

Según explicó el joven de 15 años, su proyecto consta de la instalació­n de varias rocas, que forman espacios parecidos a cuevas para que las boas puedan dormir ahí.

“El proyecto también incluye dos casas de murciélago­s, pues eso es parte de lo que las boas comen. Ya instaladas las casas, se espera que los murciélago­s lleguen entre dos y cinco meses”, dijo Aguilar, quien estudia en Robinson School, en San Juan.

La intención a largo plazo, agregó, es que las boas hagan del bosque su hábitat permanente. Se trata de una especie en peligro de extinción, incluida en la lista federal en 1970, cuyo status está siendo revisado actualment­e por el Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre (USFWS, en inglés).

El área de conservaci­ón, que oficialmen­te fue inaugurada el pasado día 3, cuenta, además, con plantas recién sembradas, letreros educativos sobre la especie y bancos para visitantes. “IMPACTO”. Aguilar contó que su proyecto, ejecutado de forma voluntaria, inició en mayo tras recibir en su escuela una presentaci­ón del Internatio­nal Baccalaure­ate Program, en la que se exhortaba a los alumnos a desarrolla­r un “proyecto personal”.

“Tenía que ser un proyecto con impacto en la comunidad”, rememoró el mayor de dos hermanos, quien vive junto a su padre y su madre en el Viejo San Juan.

“Este proceso me ha servido para reafirmar mi compromiso con causas dirigidas a conservar y proteger el medio ambiente” VÍCTOR AGUILAR Estudiante de Robinson School

Pero el área de conservaci­ón para la boa puertorriq­ueña (Epicrates inornatus) no fue la primera opción de proyecto de Aguilar. Aunque siempre estuvo claro de que su escenario sería un bosque comunitari­o, en principio contempló crear una vereda nueva.

Con eso en mente, visitó en verano el Bosque Estatal de San Patricio; el Bosque de Santa Ana, en Bayamón; y el Bosque del Pueblo, en Adjuntas. Decidido de que haría la vereda en el Bosque Estatal de San Patricio, recibió una carta de la administra­ción indicándol­e que no sería posible debido a los mogotes y casas militares abandonada­s en el lugar. Pero Aguilar no se dio por vencido. Volvió al bosque, donde le entregaron una lista de las especies de flora y fauna que allí habitan. Buscaba una que estuviera en peligro de extinción, dio con la boa puertorriq­ueña y se le ocurrió crearle un hábitat.

Como inspiració­n adicional, el joven había leído una historia publicada en agosto en este espacio, en la que se indicaba que la boa y otras 13 especies amenazadas o en peligro de extinción estaban en revisión de estatus.

“Me reuní con la supervisor­a de mi escuela, la administra­ción del bosque y conseguí auspiciado­res para que contribuye­ran con el proyecto. Este es un proyecto educativo, que también funciona como experiment­o”, dijo Aguilar, tras destacar el apoyo que recibió de la profesora Mayra Vega, de la Escuela de Farmacia del Recinto de Ciencias Médicas de la Universida­d de Puerto Rico, y la bióloga Doreen Parés, del Departamen­to de Recursos Naturales y Ambientale­s (DRNA) y oficial de manejo del Bosque Estatal de San Patricio. EXPECTATIV­A. Aguilar se expresó confiado en que las boas comenzarán “pronto” a ocupar el área de conservaci­ón que les creó.

Aunque aún no ha visto un ejemplar de la que se considera la culebra más grande de Puerto Rico, sabe que en el Bosque Estatal de San Patricio pueden encontrars­e, pues vio fotos mientras

elaboraba su proyecto.

“Una de las cosas que aprendí es que, aunque están en peligro de extinción, las boas se han repartido en todo Puerto Rico y hasta en casas se han encontrado. Pero quiero ver que las boas se quedan en el bosque o, al menos, que el área les sirva para que puedan multiplica­rse y eventualme­nte pierdan su estatus de peligro de extinción”, aseveró.

Aguilar, quien durante la inauguraci­ón ofreció recorridos guiados y charlas educativas, exhortó a quienes quieran conocer más sobre su proyecto a seguir la página “Conservaci­ón de Boa Puertorriq­ueña” en la red social Facebook. Dijo que también pueden escanear el código QR que verán en uno de los letreros del área de conservaci­ón en el Bosque Estatal de San Patricio.

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El área de conservaci­ón para la boa puertorriq­ueña (Epicrates inornatus) desarrolla­da por el estudiante Víctor Aguilar fue inaugurada el 3 de diciembre en el Bosque Estatal de San Patricio.
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