Que acabe el abuso y se abra el mercado a Uber
Lo que escribió la periodista argentina la semana pasada relatando el acoso de varios taxistas, y el paro masivo de estos taxistas, ataponando el puente Dos Hermanos en Condado, son hechos bochornosos y debemos repudiarlos de la forma más enérgica.
Todos sabemos que por décadas este gremio de taxistas ha hecho con el gobierno lo que han querido a fuerza de este tipo de actitudes. Y también por décadas no hemos tenido los gobiernos que hayan tenido ni la voluntad ni los pantalones para meterle mano a estos abusadores que lo único que hacen es eso, aparte de acarrearte a un costo excesivo con actitudes prepotentes.
Y el sábado pasado tuvimos que oír callados las excusas de un comandante de la Policía de nombre Rafael Rosa que justificó el que la Policía no hubiese hecho absolutamente nada en la masiva paralización llevada a cabo porque no tenían un estacionamiento para poner los carros de los taxistas. Qué desfachatez e irresponsabilidad. Pues mire, Comandante Rosa, lo primero que debió ordenar fue ponerle la multa más severa en sus libros a todos los que obstruían el tránsito para empezar. Para poner una multa no necesita un estacionamiento. Y el Superintendente de la Policía debió haber referido el caso, con sus multas, a la Comisión de Servicio Público (o a la entidad pertinente) para que se le suspenda inmediatamente la licencia a esos que causaron el desorden y la paralización del tránsito.
Y la Administración y Legislatura entrantes deben darse por avisados de que el amedrentar o abusar por taxistas debe llegar ya a su final. Que la enorme mayoría del pueblo no está de acuerdo con estas actitudes y a esta falta de libertad de uno escoger en dónde y a quién contrata para transportarse. Que se debe abrir el mercado a toda la competencia para que podamos montarnos libremente en cualquier lugar del país, sin restricción alguna, recibiendo un servicio a un precio bueno y competitivo, venga de Uber o de Lyft o de cualquier otro transportista. Y que las leyes o reglamentos vigentes en la actualidad, que limitan el libre mercado y los sitios a donde se puedan recoger pasajeros, se deroguen de inmediato.
Vamos a ver si nuestros políticos entrantes tienen la voluntad y los pantalones de librarnos de esta plaga que lo único que causan es malestar, inconveniencias, y pérdida de tiempo y dinero a nuestro pueblo. José Medina San Juan