Rivera Cruz y Roldán: pitcher y catcher…
Aunque ya los colegas de este diario, Carlos Rosa e Hiram Torraca, poncharon a Héctor Rivera Cruz con columnas atinadas que mostraron su subjetividad al castigar duramente al periodista Ralph Pagán por comentarios fuertes en las redes sociales, siendo narrador de Caguas, acerca del engaño hecho por el dueño de Santurce al anunciar con bombos y platillos que Lindor, Correa y Báez jugarían antes de acabar el año, mientras él ha sido rescatador desde la Lomita de la Amistad con Israel Roldán, que ha dejado mellados económicamente a los Tiburones, graduándose magna cum laude de mala paga, no puedo pasar por alto estos atropellos, que se tornan más infames aún por acaecer durante la época navideña, que se supone sea de bienandanzas y buenas voluntades.
Resulta despreciable y alevoso que HRC use una vara corta, perdón, un bate con corcho, para medir la pifia de RP, sustentando un inciso del reglamento que pellizca la ética a medias, y a IR, vicepresidente ejecutivo de la Federación Internacional de Béisbol Aficionado, le otorgue varias bases por bolas, sabido que son amigos y que posiblemente la institución que él dirige reciba bastante dinero que sale de la hucha del Clásico Mundial, que es lo que se menciona en los corrillos deportivos desde hace varias semanas, ya que este evento le rinde cuentas a la IBAF.
Este acuerdo, claro, no lo puedo afirmar categóricamente, pero el rumor es de largo metraje, y el tiempo dará su veredicto, que cuando se trata de dólares es inapelable.
Ciertamente, Roldán, que se vistió de héroe al ser el puente diplomático para que Cuba regresara a la Serie del Caribe, no ha querido siquiera darse un golpe de mea culpa en los pechos y pedir perdón; mientras a HRC, se le olvidó escupir con el propietario de Aguadilla su frase legendaria como fiscal de las Vistas del Caso del Cerro Maravilla, en 1983: “Dígame testigo si es cierto o no es cierto que usted es”… (un tramposo)…