BENEFICIOS INCIERTOS
El uso limitado de células madre
Nathaly necesita un reemplazo de cadera -una fractura le impide caminar con normalidady confía en que esta terapia la ayude. “Se ve interesante, pero los resultados aún son a corto plazo y al parecer es algo muy caro”, dice.
Sin ser experta, puede resumir parte del panorama en torno al uso terapéutico de las células madre.
Un campo que, a juicio de los expertos reunidos en Florida recientemente en un congreso, ofrece un amplio rango de opciones esperanzadoras a futuro, pero muy pocos usos en la actualidad.
“El número de enfermedades para las cuales ya está aprobado el uso de células madre es aún muy reducido; y se sigue trabajando en confirmar sus beneficios potenciales, y también los posibles riesgos”, dice el doctor Gary Smith, investigador de la Universidad de Michigan.
En concreto, hoy solo existe aprobación por parte de organismos reguladores -como la FDA en Estados Unidos y la EMA en Europapara su uso en regeneración de la córnea, en trasplante de médula ósea, para la artrosis de rodilla y para la enfermedad de Crohn.
Asimismo, existe bastante evidencia en torno a su utilidad en patologías de la sangre (como leucemia) y del sistema inmune.
Para el resto de enfermedades, el tema sigue a nivel experimental, con más avances en unas que en otras, como precisa el doctor Shane Shapiro, de la Clínica Mayo y que participa en investigaciones con células madre en lesiones deportivas.
Durante el congreso se mostraron avances en patologías como la esclerosis múltiple, infartos, diabetes, artritis, enfermedades degenerativas y pulmonares, así como su uso en parálisis cerebral y autismo.
Precisamente las áreas en las que trabaja la doctora Joanne Kurtzberg, de la Universidad de Duke, una de las pioneras en realizar ensayos clínicos para descubrir cómo las células madre -específicamente aquellas extraídas del cordón umbilicalpueden ayudar en tratamientos para patologías hereditarias, como enfermedades hematológicas y algunos cánceres.
“Estamos muy entusiasmados por nuestros resultados con niños con autismo -podría facilitar la reparación de las células neuronales en el cerebro y mejorar el lenguaje y la conducta-, a pesar de que recién hemos completado las primeras fases”, precisa.
PREDOMINA EL OPTIMISMO EN LOS INVESTIGADORES. Pero también hay mucha cautela. “Si se va a ofrecer procedimientos con células madre a los pacientes, es preciso analizar la ciencia detrás de ellos”, indica Shapiro. Su advertencia alude al gran número de centros y clínicas que ofrecen terapias con células madre sin ningún respaldo científico. Solo en Estados Unidos hay 570 clínicas de este tipo, según una investigación publicada en junio pasado. Junto con poner en riesgo a la gente, se daña la imagen en torno a las células madre, advierten los expertos.
FRAUDES Y RIESGOS. “Existe el riesgo y fraude de pagar mucho por un tratamiento que no va a funcionar. No hay efectos colaterales directos por usar células madre, sino por el procedimiento y la manera en que se maneja al paciente”, advierte el doctor Alejandro Guiloff, director médico de VidaCel, uno de los bancos de células madre en Chile y asistente a la cumbre en EE.UU.
Gran parte del problema pasa por la falta de regulación, según el consenso general.
“Eso abre paso a una gran cantidad de clínicas que ofrecen terapias para las que no hay evidencia y en las que, incluso, a veces ni siquiera usan células realmente”, comenta el doctor Marcelo Ezquer, director del Centro de Medicina Regenerativa de la Universidad del Desarrollo, uno de los centros que realiza investigación con células madre en Chile. Por ello, los expertos concuerdan en la necesidad de informar a la gente a la hora de elegir dónde someterse a una terapia de este tipo y cuál es el estado actual de la investigación en este campo.
“La terapia celular es una promesa, muy interesante, pero requiere de mucha inversión y muchos años de trabajo para poder dilucidar hasta qué punto esa promesa contiene elementos de realidad y, entonces, poder ofrecer curaciones”, precisa el doctor Fernando Figueroa, director del programa de terapia celular de la Universidad de los Andes.