ASPIRA A SER ‘POTENCIA ESPACIAL’
China informó de sus planes espaciales para los próximos años que incluyen una expedición a Marte y la exploración del lado oculto de la Luna
PEKÍN.- China aspira a convertirse en “potencia espacial” con el lanzamiento de su primer módulo a Marte para el año 2020, de otra misión a la cara oculta de la Luna –un terreno hasta ahora inédito– para 2018 y empezando a ensamblar su futura estación orbital.
El Consejo de Estado de China presentó ayer un Libro Blanco sobre sus actividades espaciales en el que detalló los planes para los próximos cinco años que pasan, además, por estrechar la cooperación internacional.
En la próxima fase de desarrollo del programa espacial del gigante asiático se llevará a cabo la primera misión de exploración de Marte, que aterrizará en el planeta rojo y tomará muestras geológicas sobre el terreno que traerá después a la Tierra.
Esta misión también servirá para estudiar la órbita marciana, la de Júpiter y la de los asteroides, según se recoge en el documento.
China tiene previstas otras dos misiones a la Luna: la primera, Chang E-5, está programada para antes de que termine 2017 y tratará de alunizar, obtener muestras y regresar a la Tierra; y en la segunda, llamada Chang E-4 pese a ser posterior en el tiempo, se espera llegar a la cara oculta del satélite alrededor de 2018.
Con la Chang E-4, el interés, más que la geología lunar, son las telecomunicaciones, ya que los científicos piensan que encontrarán en la cara oculta un entorno “limpio” de señales de radio.
Además, China espera completar la investigación y los trabajos de desarrollo de los módulos que formarán su estación espacial, que se espera que esté operativa en 2022, y empezar a ensamblarlos.
El gigante asiático comenzará a trabajar en los cohetes de lanzamiento de cargas pesadas y en el desarrollo de tecnologías de impulso no tóxicas y no contaminantes.
Las autoridades chinas anunciaron, asimismo, que el país ampliará su red de satélites y que completará antes de 2020 el sistema de geolocalización BeiDou (equivalente al estadounidense GPS) y dejaron abierta la posibilidad de poner en marcha otros dedicados a la comprobación de nuevas teorías científicas, como la detección de las ondas gravitacionales.
Para cumplir con esos planes, en el Libro Blanco se señala que China apuesta por innovar de forma independiente, desarrollar investigaciones científicas punteras, construir una industria espacial avanzada y establecer unas infraestructuras fiables, pero también por reforzar sus intercambios internacionales.
Sin embargo, el Consejo de Estado incluyó como uno de los propósitos del programa espacial “garantizar la seguridad nacional”, una mención que podría ser problemática ya que fue la razón alegada por Estados Unidos para vetar al gigante asiático de la Estación Espacial Internacional.
“China persistirá en combinar la independencia y la autoconfianza con la apertura al mundo exterior y la cooperación internacional”, se afirma en el Libro Blanco, que añade que el país tendrá en este campo “una actitud más activa y abierta”.
En este sentido, las autoridades chinas avanzaron que facilitarán la inversión extranjera en la industria aeroespacial salvo en ciertas áreas, reunidas en una “lista negativa”, en las que seguirá restringida.