Ofensiva por la estadidad
La activación de varios mecanismos para discutir el status de la Isla es punta de lanza del nuevo gobierno
La administración del gobernador Ricardo Rosselló apuesta a ejercer presión desde dos flancos para lograr la admisión de Puerto Rico como un estado de los Estados Unidos, una estrategia que estará enmarcada en la implementación del llamado Plan Tenesí, por un lado, y por el otro la radicación de un proyecto de admisión ante el Congreso federal.
Con la juramentación ayer de la nueva comisionada residente en Washington, Jenniffer González, comenzará la puesta en vigor de lo que se espera será un cambio en la relación entre Puerto Rico y los Estados Unidos.
Los detalles de cómo se aplicaría el Plan Tenesí a Puerto Rico aún no se han finalizado, un mecanismo de presión que ha sido utilizado en el pasado por un puñado de territorios para convertirse en estado. Ayer, Fortaleza informó que realizaría declaraciones en torno a la aplicación de esta herramienta una vez se radique una medida legislativa al respecto, señaló la secretaria de prensa del Ejecutivo, Yennifer Álvarez.
El llamado Plan Tenesí consiste en seleccionar una delegación congresional que representaría a Puerto Rico ante el Senado y la Cámara de Representantes federales, individuos que operarían como una especie de “cabilderos” a favor de la admisión de la Isla como estado. Estos utilizarían como uno de sus argumentos principales el resultado del referéndum realizado en el 2012, en el cual el Partido Nuevo Progresista (PNP) señala que el 61% de los electores avalaron la opción de la estadidad, según queda plasmado en el programa de gobierno de la colectividad, el Plan para Puerto Rico.
El mecanismo que utilizó Tenesí para convertirse en un estado fue luego utilizado por otros seis territorios incorporados para llegar a la estadidad. Pero las características de esos territorios y las circunstancias históricas de los Estados Unidos eran muy distintas a las que se encuentran hoy día, expresó el presidente del Colegio de Abogados, Alejandro Torres.
Por un lado, Tenesí, Michigan, Iowa, California, Oregon, Kansas y Alaska eran –en su mayoría– zonas contiguas a los estados existentes y habían sido reconocidos ya como territorios incorporados de la nación, la designación que se otorga antes de convertirse en estado. Desde 1901, el Tribunal Supremo federal ha establecido en múltiples ocasiones que Puerto Rico es un territorio no incorporado sujeto a la cláusula territorial de la Constitución de los Estados Unidos, recordó Torres, quien presidió la Comisión para el Estudio del Desarrollo Constitucional de Puerto Rico del Colegio de Abogados.
“El escenario es muy distinto en el Puerto Rico del siglo 21 al que pudo haber sido el escenario prevaleciente en el siglo 19 para estos territorios”, expresó Torres al cuestionar las posibilidades de éxito que tendría la activación de este modelo de incorporación. NUEVA OPORTUNIDAD. En base a su población, de ser estado Puerto Rico tendría derecho a seleccionar cinco miembros para la Cámara de Representantes federal y dos senadores. Ante esto, la delegación que se enviaría al Congreso con el Plan Tenesí sería de siete personas, detalla el Plan para Puerto Rico.
“El Plan Tenesí es un esquema más político que jurídico y te corre fuera de la Constitución de los Estados Unidos y de la constitución de los estados. Como norma general, los movimientos de separación de un país o colonia de un imperio, así como la unión de un estado a otro, se da desde unos parámetros fuera de la Constitución. En el caso de los estados, este es un esquema de presión política que no se puede interpretar desde el punto de vista de la Constitución. Bajo la Constitución están los parámetros que iba a seguir la nueva comisionada residente, lo que es el acta de admisión”, sostuvo el abogado Domingo Emanuelli.
El artículo 4 de la sección 3 de la Constitución de los Estados Unidos dispone que se pueden crear nuevos estados mediante la aprobación del Congreso y las legislaturas estatales.
Los posibles cambios en la política pública estadounidense ante la presidencia del republicano Donald Trump, así como la crisis fiscal y de deuda pública de Puerto Rico, podrían ser tanto un obstáculo como un empuje a las intenciones de la administración Rosselló de generar un cambio en el status territorial de la Isla. Si eso será a favor o en contra de su
“El status político va a jugar un papel demasiado importante. No puedes tener un pueblo en las tablas (económicamente) y en el limbo político a la misma vez. No puedes sostener las dos cosas a la vez” DOMINGO EMANUELLI Abogado
fórmula preferida de status, estará por verse, comentó Torres.
“Nunca había visto antes a un gobierno (puertorriqueño) que empezara con tanta presión por el status como este. La decisión del caso Sánchez Valle y el caso de la quiebra criolla fueron un factor detonante para la discusión de este tema y coloca a los Estados Unidos en una posición clara de que el Estado Libre Asociación ya no es opción”, expresó Emanuelli.