A los Tres Reyes Magos
Como es tradición los niños les piden a ustedes, pero no existe ningún impedimento para que los adultos hagamos lo propio. A diferencia de mis niños no deseo nada material, pero sí una buena actitud para enfrentar las situaciones que muchas veces no imaginamos cómo llegarán a su fin.
Les pido encarecidamente que me brinden la capacidad de recuperar el encanto de la niñez, de ilusionarnos con cosas sencillas, que nos permitan disfrutar cada momento como si fuera el último, de insistir cuando realmente deseemos algo. Que podamos recobrar la facilidad de perdonar. Que no nos rindamos y permanezca en nosotros el deseo de continuar en el juego de la vida con muchas ganas, energías e ilusión para colaborar en el esfuerzo de levantar nuestra isla.
Que nos permitan unirnos para continuar trabajando por que Puerto Rico mejore y hagamos honor al nombre de “Isla del Encanto”. Que podamos celebrar todos los buenos momentos y utilizar las experiencias enriquecedoras y retantes para salir de la crisis. Les pido que podamos recobrar la ilusión de que todo puede mejorar.
Les solicito que, con su magia celestial, nos ayuden a desarrollar el poder de la visualización, de crear; que al cerrar los ojos podamos ver lo que deseamos.
Por último, pero no menos importante, que no permitan que perdamos la fe y que podamos mantenernos en comunión directa con ese Padre Misericordioso para que dirija nuestros pasos hasta llegar a puerto seguro; que irradie la esperanza y la ilusión para poder emprender con nuevos bríos este año que se nos presenta difícil y sombrío, pero que lograremos levantar con la fuerza de la fe y el amor.
A pesar de la hermosa leyenda que se ha forjado alrededor de ustedes, Reyes de Oriente, y recordando su mención en la Biblia, hemos fortalecido la tradición de dar y recibir, de amar y proteger tanto a grandes como a pequeños. En fin, los Reyes Magos son quienes en nuestra imaginación e inocencia queremos que sean.