Si el Congreso está a cargo pues que resuelva
Araíz del más reciente informe del Congreso, en el cual se derrumba la teoría del Partido Popular de un Estado Libre Asociado mejorado como solución del problema colonial de Puerto Rico en un futuro plebiscito, quedan muchas interrogantes.
En primer lugar, el Congreso dice que Puerto Rico se encuentra bajo la cláusula territorial y que por lo tanto tiene el poder de disponer o regular cualquier asunto que tenga que ver con su territorio.
Al gobierno federal no parece importale en lo más mínimo lo que nosotros pensamos en cuanto a cómo debe ser la relación entre Estados Unidos y Puerto Rico. Es el cuento de nunca acabar. No parece que Estados Unidos piensa buscarle una posible solución al problema en un futuro no muy cercano.
Si somos su territorio y ellos son los los que deciden, pues deben ser ellos los que resuelvan la crisis fiscal en la que nos encontramos.
Estados Unidos ha sido en gran parte culpable de la misma y, más importante aún, dicen que son los que tienen el poder de decidir y atender nuestros asuntos.
La poca importancia que Estados Unidos y muy especialmente la actual administración del presidente Barack Obama le han dado al problema económico de grandes proporciones de la Isla es el puro reflejo de un problema creado por nuestra condición territorial y de la incertidumbre política que Estados Unidos ha creado a través de los años.
En los próximos meses nosotros, todos los puertorriqueños que amamos esta bella isla, tendremos que alzar nuestras voces, para pedirle al gobierno americano que defina a la mayor brevedad, por el bien de Puerto Rico y su gente, cuales la posible solución al eterno problema del status colonial. Algo que parece que no están dispuestos a solucionar.
El Congreso americano debe de actuar a la mayor brevedad, para que sepamos hacia donde dirigir el futuro de nuestro Puerto Rico.