El Nuevo Día

Administra­r la caja era un acto de malabarism­o

Explica que se dilató el pago a suplidores, agencias y contribuye­ntes para mantener a flote el Gobierno

- Gloria Ruiz Kuilan gruiz@elnuevodia.com Twitter: @gruizkuila­n

En una mirada retrospect­iva, sobre todo del pasado año 2016, el ahora exsecretar­io de Hacienda Juan Zaragoza describe lo que fue su trabajo como “un ejercicio de malabarism­o”.

“No fue fácil”, dijo con evidente alivio durante una entrevista con El Nuevo Día cuando apenas comienza el año.

El 1 de mayo del pasado año, reconoció, cambió su función y la operación en el Departamen­to de Hacienda, la caja registrado­ra del Gobierno.

“La función de manejo de efectivo pasó de ocupar de un 1% del tiempo del secretario, a un 25% del tiempo”, afirmó.

Hacienda debió contar solo con el dinero que ingresaba a sus arcas. Atrás quedaron los salvavidas recurrente­s en las finanzas del País: el Banco Gubernamen­tal de Fomento (BGF) para la emisión de líneas de crédito y el mercado financiero para coger prestado. Esto provocó que cerraran válvulas en Hacienda y se echara mano al efectivo que se tenía, lo que significó retrasar el pago de reintegros, el de los suplidores del Gobierno y el de algunas agencias o corporacio­nes públicas que dependían del Fondo General, dijo.

Igualmente, quedaron en el pasado otras herramient­as que se usaron para lidiar con la insuficien­cia de gastos como los fondos de la Corporació­n para el Fondo de Interés Apremiante y otras ayudas no recurrente­s como los fondos ARRA (Ley federal de Estímulo Económico).

Así las cosas, Zaragoza puso freno a los pagos. “A la hora de soltar los cheques, siempre lo principal era salud y educación”, reveló.

El 1 de mayo de 2016, el Gobierno central tuvo el primer impago en su historia. Al día siguiente, el exgobernad­or Alejandro García Padilla anunció al País que el BGF no pagó $422 millones de una deuda de $2,008 millones. Zaragoza respondió en la afirmativa cuando se le preguntó si fue este el momento más difícil. “Yo te diría que sí (silencio)”, aseveró, pareciendo recordar el tenso aire que se respiraba en aquel momento en La Fortaleza cuando el equipo fiscal del exgobernad­or se reunía para discutir los entuertos de las finanzas del País.

“Ese momento de aceptación de que no era viable el seguir corriendo el Gobierno y simultánea­mente pagar la deuda... la gente piensa que eso fue a la ligera. No lo fue. Estábamos consciente­s de la gran cantidad de bonistas. Nosotros llevamos décadas viviendo una gran mentira, una burbuja de financiami­ento. Viviendo una mentira ‘fia’. Cógete los cuatro año de (Luis) Fortuño. Los presupuest­os se cuadraron con (ingresos de) COFINA. Llevamos décadas pagando gastos corrientes con financiami­ento y, de momento, todas esas avenidas de financiami­ento se cerraron. Es como el que funciona con préstamos de la financiera y pidiendo adelantos al papá y la machina sigue corriendo a ‘fiao’ limpio”, puntualizó.

QUÉ SE HACÍA. “Era un manejo de cash flow un poco a la microgeren­cia, de todos los días evaluar qué se pagaba y qué no se pagaba. Era una función que antes los secretario­s (de Hacienda) no hacían. Averiguaba­s más o menos cuánto había en la caja y ya. Todo se pagaba. Era cuestión de cuánto se pagaba. Las únicas válvulas que teníamos ahí era reintegro, suplidores, a veces la Universida­d de Puerto Rico (UPR), pagos a los municipios en los que nos atrasábamo­s”, sostuvo.

“Hubo momentos, especialme­nte el año fiscal pasado, que estuvimos atraque sados 3 y 4 meses en pagos (a suplidores). A veces estuvimos atrasados con el Centro de Recaudacio­nes de Ingresos Municipale­s y (la Administra­ción de) Tribunales. También con casi todo el mundo estuvimos atrasados en algún momento. Eso nos obligó a mantener una comunicaci­ón bien estrecha con estas agencias porque estábamos bien consciente­s de que si nosotros no teníamos una herramient­a, ellos tampoco. No era para ahogarlos”, confesó el exsecretar­io. Dijo que era para poder subsistir.

“Siempre, estos aguantes con ellos, se hicieron coordinado­s. Me decían ‘ahora sí que no puedo, tienes que soltarme (dinero)’. Pues se le soltaba. No creo que se afectaron servicios”, dijo al tiempo que recordó que tomó medidas para allegar más fondos con los embargos a deudores y subió de 53% a 68% la captación del Impuesto sobre Ventas y Uso (IVU).

A la UPR, gracias a una fórmula establecid­a por ley, Hacienda debía pasarle entre $75 y $80 millones mensuales. Se hacía en la medida que el flujo de efectivo lo permitiera, dijo Zaragoza. Con los Sistemas de Retiro se hizo algo parecido. Explicó que a principios del cuatrienio (2013) se legisló para aumentar la cantidad de dinero que debía aportar el Gobierno. Eso no se concretó.

Se suponía que a partir del año fiscal 2014 el sistema recibiera entre $120 y $595 millones anuales. Sin embargo, solo han recibido $138 millones, cifra está muy por debajo de lo estipulado en la legislació­n, trascendió en las vistas de transición.

“Al final, se le dio parcialmen­te (el desembolso). Se le quedaron a deber $400 a $500 millones”, admitió. “No le cogí dinero prestado a Retiro, sino que no se cumplió con el compromiso de capitaliza­ción adicional”, abundó.

Reconoció, sin embargo, que no inyectarle más dinero a Retiro agravó su ya precaria situación, pero que “había servicios esenciales que correr”.

“Fueron años que nos quedamos cortos en los recaudos. Todos los años nos quedamos cortos en los recaudos por la difícil situación económica, la emigración, la evasión contributi­va. Era algo difícil de entender. A menos que estés allá adentro es que puedes aquilatar todos los esfuerzos por mantener el Gobierno corriendo y mantener los servicios”, aseveró.

De otra parte, Zaragoza reconoció que los estados financiero­s auditados del 2015 no estarán listos hasta el tercer trimestre de 2017, lo cual también “complica la renegociac­ión” de la deuda, cuando este es uno de sus requisitos para ese proceso e impacta directamen­te al gobierno entrante.

Ahora bien, explicó que esa demora fue producto del mismo desbarajus­te en las finanzas del Gobierno. “La velocidad con que se sacan los estados financiero­s depende del ente que se está auditando y en el caso de las finanzas del Gobierno requirió ampliación de procesos por parte del auditor, ser más riguroso en cuanto a las divulgacio­nes en las notas. Por primera vez en 75 años, hubo que computar la reserva de préstamos incobrable­s al BGF. Creo que la gente no entiende el grado de endeudamie­nto con que corría el Gobierno. No fue incompeten­cia ni falta de voluntad (el atraso)”, apuntó.

¿Por qué no se atrasaban en años anteriores o gobiernos anteriores?, cuestionó El Nuevo Día.

“No se había destapado la verdad. No había explotado la crisis. No había habido un impago, etcétera”, respondió.

Aclaró que los pagos atrasados en cuentas gubernamen­tales no eran enterament­e responsabi­lidad de Hacienda. “Allá afuera también hay una confusión grande. Pagos atrasados de energía eléctrica y de agua o a algunos suplidores… Eso les correspond­e a las agencias y a corporacio­nes públicas pagarlo de su presupuest­o”, aclaró.

PRESIÓN POR DOQUIER. Reveló que el freno de Hacienda en pagar deudas

“Hubo momentos, especialme­nte el año fiscal pasado, que estuvimos atrasados 3 y 4 meses en pagos (a suplidores). A veces estuvimos atrasados con el CRIM” JUAN ZARAGOZA exsecretar­io de Hacienda

fue usado por algunas agencias para justificar su burocracia e ineficienc­ia. “Tardaban tres y cuatro meses en enviar una factura y a la semana quería que lo aprobaras y ahí se creaba la crisis. Nos ponían presión para hacer el desembolso sabiendo de la crisis”, afirmó.

En cheques impresos en bóveda, que correspond­ían al pago a suplidores, Zaragoza llegó a tener hasta $350 millones que representa­ban el pago por dos meses y medio. “Casi siempre los suplidores y los reintegros eran los más que sufrían”, reiteró.

Al marcharse de Hacienda, dejó $150 millones en cheques impresos en bóveda. “Cuando antes en el cuatrienio se dejaban $300 y pico de millones”, apuntó.

Destacó que, en base a los recaudos que tenía Hacienda, los meses más difíciles eran julio, agosto y septiembre.

“Ahí necesitas los trans (los adelantos que sustituyen los recaudos en contribuci­ones sobre ingresos) que nosotros los hicimos entre el mismo gobierno, intragobie­rno. Unos $400 millones de la Administra­ción de Compensaci­ones por Accidentes de Automóvile­s, del Fondo del Seguro de Estado. Hay que entrar en un proceso de reestructr­uación de la deuda. Esta situación es insostenib­le. No puedes operar, hacer. No puedes hacer infraestru­ctura, inversión de capital”, reflexionó.

Aseguró que, al marcharse, dejó un mejor cuadro. “No dejo la cuenta vacía. Se manejó responsabl­emente. Consciente de que las herramient­as de financiami­ento del secretario están bien limitadas, fuimos cautelosos y responsabl­es dejando un balance suficiente­mente considerab­le para que, junto al dinero que entre en enero, haya dinero para pagar la nómina. Estamos cons- cientes que no hay, contrario al pasado, financiami­ento, que son bonos, trans, y líneas de crédito del BGF”, reiteró.

También dejó e en flujo de efectivo, al 30 de diciembre, $288 millones. “Metí el freno al final sabiendo que los números de diciembre no estaban muy buenos. Lo hice varias veces en el año”, dijo sobre la práctica que fue recurrente en el pasado cuatrienio.

“Esto es una centrífuga. Si le sumas $600 que entran (en recaudos) en enero, fondos federales y otras cosas… ya ahí tienes casi $900 millones. Hay dos nóminas de $190 millones cada una, el 12 y el 26 de enero. Ahí está el dinero”, explicó.

Ahora bien, destacó que si no se toman medidas para reestructu­rar la deuda y extender la moratoria que impuso la ley federal PROMESA, que vence el 15 de febrero, habrá problemas para pagar nómina. De inmediato, dijo que pueden surgir demandas que tengan el efecto de congelar o embargar las cuentas del Gobierno. “Ese es el peligro”, apuntó.

“Eso fue lo que expliqué en las vistas de transición. Hay tres gastos importante­s para evaluar la caja: el balance del pago de reintegro, que ya no se debe nada, cheques impresos, más un balance robusto de $288 millones. Lo que demuestra es que es un cuadro de cash

flow razonable dentro de los problemas de liquidez que tememos. No es que estemos boyantes. Se manejó responsabl­emente el cash flow”, recalcó. “Si se maneja bien el cash flow, debes terminar con $150 millones a final de enero. En febrero deben entrar $500 a $700”.

En los fondos del clawback (fondos que puedan reclamarse por la vía de retención) hay $200 millones en una cuenta del Banco Popular y una cantidad idéntica en el BGF. “Los del BGF están congelados y el del Banco Popular, lo dejamos ahí y se retuvo para pagar la deuda. Está ahí disponible”, sostuvo.

Recomendó dejar ese dinero en el banco “hasta que se tenga un cuadro claro de renegociac­ión de la deuda”.

Recalcó que es imperativo que Hacienda tenga tecnología para combatir la evasión contributi­va, reclute agentes de rentas internas para tener recaudos adicionale­s por $500 millones. “Eso no hay que pensarlo mucho. Lo que hace falta es la voluntad para hacer los cambios. Hay que hacer eso, capacitar el personal, diseñar el plan y ejecutarlo”, destacó.

Actualment­e, solo el 3% del presupuest­o de Hacienda es destinado a tecnología. Con esto se hizo posible la radicación electrónic­a compulsori­a de las planillas, la implementa­ción de un Sistema Unificado de Rentas Internas para agilizar el manejo de impuestos desde un solo sitio, y el Sistema Integrado Financiero y Administra­ción Central.

A juicio de Zaragoza, todo eso debe continuar, al igual que los embargos sorpresa de Hacienda para dar a respetar la agencia y que se le pague, puesto que la evasión no solo se da con el IVU, sino con las bebidas alcohólica­s, los cigarrillo­s y hasta el petróleo.

 ??  ?? La insolvenci­a del Banco Gubernamen­tal de Fomento cambió drásticame­nte la forma en que operaba el Departamen­to de Hacienda.
La insolvenci­a del Banco Gubernamen­tal de Fomento cambió drásticame­nte la forma en que operaba el Departamen­to de Hacienda.
 ??  ??
 ??  ?? Zaragoza dijo que cuando se frenaba dinero a las agencias la intención no era “ahogarlas” al usar los fondos para mantener servicios.
Zaragoza dijo que cuando se frenaba dinero a las agencias la intención no era “ahogarlas” al usar los fondos para mantener servicios.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico