Ángel “Tito” Acosta es el nuevo ídolo de Barrio Obrero
En el Barrio Obrero que lo vio crecer el prospecto júnior mosca es querido por todos y apoyado por un trío de padrinos y mentores
No hay duda de que Barrio Obrero quiere mucho a Ángel ‘Tito’ Acosta. Caminar por la colorida vecindad junto al invicto contendiente júnior mosca es como andar con el alcalde del barrio o la estrella del show, un saludo en cada esquina, gritos y vítores desde los carros que pasan.
Aunque es un joven introvertido y de pocas palabras, cuando está en su Barrio Obrero la comodidad y contentura de estar entre los suyos se le refleja en el rostro.
Tito se crió correteando los callejones de Barrio Obrero y se ganó el cariño de los vecinos, incluyendo un trío en particular.
Uno de ellos es Alfredo ‘Freddy’ Reyes, su maestro de educación física en la escuela pública Santiago Iglesias.
“Aquí todos estamos muy orgullosos de él. Tito es muy talentoso y bien
dedicado”, dijo sobre su antiguo alumno Reyes, quien fue un vallista destacado en su juventud.
“Desde chiquito era bueno. Pero me acuerdo de que si se formaba un revolú y se tiraba la policía, aunque él era un nene, iba y se les pegaba (los mordía)”, continuó relatando Reyes.
“Por eso (cuando era su estudiante) yo no lo metí en pista y campo ni en otro deporte. Él era bravo y en el boxeo iba a aprender a dar, pero también a recibir”, agregó Reyes, mientras compartía con Tito y varios otros vecinos en el Colmado Celis, ubicado en la calle 4 de la pintoresca comunidad santurcina. El pequeño local es descrito por su clientela como “el negocio con las cervezas más frías de todo Barrio Obrero”.
Tito no fue a darse una ‘fría’ sino a saludar a su antiguo maestro y a los demás clientes que platicaban en el colmado a la vez que veían la tanda hípica en un viejo televisor de tubo al vacío que hay en el colmado.
César Pagán, actual propietario del Colmado Celis, es otro de los que conoce muy bien a Tito, desde que el hoy invicto contendiente mundial era apenas un chiquillo travieso en las calles de Barrio Obrero.
“A Tito lo recuerdo desde su infancia por aquí, volando chiringa, bailando trompo, de todo. Era un buen nene. Le gustaba la pelea, eso sí. No se metía con nadie. Pero si lo venían a mortificar, eso es lo que hay”, relató César, quien no puede esconder el cariño particular que le tiene a su vecino.
Consciente de lo difícil que es para un joven como Tito poder ganarse la vida a la vez que entrena como boxeador profesional, César comenzó a aportarle $40 semanales al muchacho.
“¿Qué te puedo decir? Él es demasiado de bueno y entiendo que hay que apoyarlo”, dijo al respecto César. “No solo porque yo lo conozca o porque es del barrio. Es bueno y todo lo que logre yo se lo aplaudo”.
Quizás habrá quien considere esa cantidad como menudo. Pero para Tito ha sido de gran ayuda.
“Estoy bien contento con el apoyo de mi gente del barrio. En especial César. Yo siempre he venido aquí al negocito a comprarle. Cuando brinqué a profesional él comenzó a apoyarme económicamente. Estoy bien agradecido con César y con su ‘pai’, con todo el mundo de aquí del negocio”, dijo Tito, quien tiene un tercer ‘padrino’ en una pizzería de la Avenida Borinquen.
Se trata de Marcos Acosta, dueño de Michael’s Pizza. Hace aproximadamente tres años que labora haciendo entregas a domicilio para el restaurante.
“Empecé a trabajar (en la pizzería) como para mi segunda pelea profesional”, recordó Acosta.
“Cuando él llegó aquí la primera vez, era bien ‘callao’. Ahora habla hasta por los codos”, dijo por su parte, riéndose, Marcos.
“El primer día que vino (a solicitar un trabajo) esto estaba bastante lleno y se sentó en una silla y no dijo nada”, contó Marcos. “Pasó como una hora y finalmente una empleada le pregunta si lo habían atendido. Entonces fue que él dijo que quería aplicar (sic) para el trabajo”.
“Yo ni sabía que él era boxeador. Ya una vez estaba aquí adentro (trabajando) uno se va enterando”, explicó Marcos cuando se le preguntó si conocía del trasfondo atlético de Tito a la hora de contratarlo.
“Ahora nosotros le ajustamos el horario para que pueda entrenar para sus peleas”, agregó “Y los clientes ya lo conocen. Hasta lo piden por teléfono cuando ordenan”.
En la calle 8 de Barrio Obrero hay otro local muy importante para Tito. En un lote de esa calle está lo que por muchos años fue el hogar donde vivió junto a su abuelo, madre y hermano.
Aunque está desmejorada y al momento inhabitable, la estructura tiene un valor sentimental para el joven.
“Cuando veo esta casa me viene a la mente mi abuelo. Él era quien vivía aquí. Yo llegué a vivir muchos años con él. Aquí fue que yo me crié, en esta casa con mi abuelo, mi ‘mai’. Tengo buenos recuerdos”, relató Acosta. “Después de aquí nos mudamos a Las Gladiolas. Pero siempre terminaba acá en Barrio Obrero. Acá entrenaba y todo. La gente de Las Gladiolas también me apoya. Pero acá vivía mi hermano, cerca del gimnasio, y acá estaba mi entrenador”.
“Ahora vivo en otro caserío, en Río Piedras. Pero me gustaría vivir en Barrio Obrero de nuevo”, dijo Acosta. “Estamos trabajando en comprar una casita acá. Y estamos tratando de arreglar la casa de mi abuelo”.
“Desde chiquito era bueno. Si se formaba un revolú y se tiraba la policía, iba y se les pegaba (los mordía). Por eso yo no lo metí en pista y campo ni en otro deporte. Él era bravo y en el boxeo iba a aprender a dar” ALFREDO REYES Maestro de educación física “Yo ni sabía que él era boxeador. Ya una vez estaba aquí adentro (trabajando) uno se va enterando. Ahora nosotros le ajustamos el horario para que pueda entrenar para sus peleas” MARCOS ACOSTA Dueño de Michael’s Pizza “A Tito lo recuerdo desde su infancia por aquí, volando chiringa, bailando trompo, de todo. Era un buen nene. Le gustaba la pelea, eso sí. No se metía con nadie” CÉSAR PAGÁN Dueño del colmado Celis