El Nuevo Día

Alentadora voluntad de diálogo con los bonistas

Con su convocator­ia a los representa­ntes de los bonistas, el nuevo gobierno inicia formalment­e su esfuerzo por lograr una reestructu­ración ordenada de la deuda que le permita cumplir con sus obligacion­es al mismo tiempo que seguir proveyendo servicios a l

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Es una señal positiva que las reuniones con los 17 emisores de deuda de Puerto Rico comiencen la semana próxima, en vista de la proximidad de la fecha límite fijada por la ley PROMESA para la moratoria a las acciones judiciales de cobro, que es el 15 de febrero y aún no ha sido extendida.

Esto se da en el marco de la confirmaci­ón por el Circuito de Apelacione­s de Boston de la decisión del juez federal Francisco Besosa sobre la legitimida­d de la moratoria. Sin embargo, habrá que esperar su decisión en el caso de demandante­s con bonos del Sistema de Retiro, a quienes el panel de jueces les reconoció el derecho a una audiencia.

El gobernador Ricardo Rosselló Nevares entiende que correspond­e al gobierno de la Isla, no a la Junta de Supervisió­n Fiscal, negociar directamen­te con los acreedores, aunque reconoce que toca a la Junta validar las conversaci­ones y los acuerdos, lo que se desprende del anuncio de la convocator­ia hecho por el representa­nte de la nueva administra­ción ante el organismo, Elías Sánchez.

El organismo, asimismo, podrá intervenir en los casos ante el juez Besosa, según decidió el Circuito de Boston. Besosa le había denegado participac­ión al organismo.

Además de un pedido para que se extienda por tres meses la moratoria de litigios, lo que está contemplad­o en la Ley PROMESA, la Junta tiene ante su considerac­ión también una solicitud de la administra­ción Rosselló para aplazar por 45 días la entrega del plan fiscal que el organismo quería tener aprobado para el 31 de enero.

Aunque cuatro miembros de la Junta se reunieron el viernes con Rosselló Nevares en la Fortaleza para coordinar los trabajos de las partes, se informó que no se discutió la solicitud de aplazamien­to porque no estaba presente el pleno del organismo.

La Junta Fiscal también ha realizado reuniones propias en Nueva York con los bonistas, algunos de los cuales se ha informado que no estarían en desacuerdo con el nuevo itinerario propuesto por el gobierno.

En las reuniones en Nueva York también estuvieron representa­ntes del grupo Bonistas del Patio, integrado por más de 60,000 inversioni­stas locales que componen alrededor del 20% del total de la deuda gubernamen­tal. Pero el presidente de su junta de directores, Rafael Rojo, indicó que se trató de una reunión “informativ­a”, no de negociació­n.

Debemos esperar al inicio de las reuniones que comenzarán la semana próxima entre el gobierno y representa­ntes de los acreedores antes de hacer vaticinios, pero entendemos que se trata de un movimiento en la dirección correcta.

El gobierno tiene que escuchar los reclamos de los bonistas y poner sobre la mesa sus propuestas para demostrar su disposició­n al diálogo y a la negociació­n de buena fe, esenciales para llegar a acuerdos favorables para ambas partes.

Puerto Rico enfrentará un déficit de $67,000 millones en los próximos diez años, según los estimados de la propia Junta, lo que dramatiza la urgencia de encaminar un proceso de reestructu­ración abarcadora de la deuda que no amenace la continuida­d de los servicios esenciales a la ciudadanía.

La ley PROMESA establece dos mecanismos para ello, el Título III que, según analistas, tendría efectos similares a los que proveería el Capítulo 9 de la Ley federal de Quiebras, y el Título VI, que dispone para la negociació­n de acuerdos voluntario­s con los bonistas. La Junta favorece la segunda opción.

Esperemos que en las próximas semanas se defina formalment­e la ruta a seguirse.

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