“Mínimas”: banquete de improvisación teatral
La Liga Puertorriqueña de Improvisación Teatral (LIPIT) presenta una propuesta que parte del arte de la improvisación escénica
Imagine ir a una obra de teatro en la que ni usted ni los actores saben lo que sucederá en escena. En el que no hay un libreto escrito, en el que todo parte desde el juego, desde la improvisación.
Esa es la propuesta que presentará desde este jueves hasta el domingo la Liga Puertorriqueña de Improvisación Teatral (LIPIT) con la obra “Mínimas”. La pieza se celebrará en la Sala Experimental del Centro de Bellas Artes de Santurce como parte del Programa de Residencias de Artistas y Compañías Alternativas de dicha institución. Un grupo de 12 improvisa- dores -incluyendo cuatro invitadostendrá a su cargo esta singular propuesta que presentará algo diferente en cada función.
“La improvisación teatral es una técnica que se utiliza para trabajar la actuación y la narrativa a través de lo espontáneo. En este caso, nosotros lo estamos utilizando a través de la comunicación visual y enérgica y no tenemos ningún estímulo del público. Esta vez nosotros no estamos partiendo de nada, simplemente de lo que puedan sentir los improvisadores. No hay nada ni planificado ni pre-planificado. Lo único que hay es la estructura per se que está dividida en tres capítulos y uno final donde se presentarán los monólogos”, explicó la directora de la pieza, Melissa Rodríguez.
Pero esa estructura, aclaró, es más bien una guía para los improvisadores. Por ejemplo, cada uno sabe que hay límite de tiempo para cada improvisación (diez minutos) y que las historias no se pueden salir de lo cotidiano -nadie puede ser alien ni vaquero-, precisó. Pero fuera de eso y del formato de escenas, los improvisadores no tienen nada más, solo sentir y entregarse al proceso. En cada función participarán ocho actores, quienes a través del estímulo musical buscarán conectarse unos con otros para así comenzar la obra aún por escribirse.
“En el primer capítulo, que es la primera etapa, es donde se conocerán y se formarán cuatro parejas (que cada una comenzará a formar su propia historia). Se van a estar conociendo a través de la música y la comunicación visual y enérgica. Luego, vamos a la segunda etapa, que es cuando estos actores ya están establecidos y se entrelazan. Y la tercera parte es cuando vuelven otra vez las parejas iniciales a cerrar el capítulo que iniciaron. Después viene la parte de los monólogos donde cada improvisador, con su personaje, hace una reflexión”, reveló Rodríguez.
Para la directora y miembro de LIPIT, la improvisación es el arte de lo desconocido, donde siempre hay espacio para el error. Esa característica es precisamente lo que hace fascinante este formato donde tanto el público como los talentos tienen espacio para descubrirse y sorprenderse. Así lo expresó Alfonso Nieves, gerente de producción de “Mínimas” y quien participará de la obra.
“Lo bonito del error es que eso es lo que le dice al público si en verdad es improvisado. El error puede ser una sencillez como que sin querer nos paramos tres a la vez y alguien se sentó. Y ese error también ayuda a que la gente pueda formar su propia historia”, expresó Nieves sobre la magia que encierra este tipo de formato.
“Mínimas”, por otro lado, además de contar con los miembros de LIPIT (Janibeth Santiago, Marcos Carlos Cintrón, Alfonso Nieves, Leyra González, Maurim Chiclana, Rubén Torres y Eliezer Rivera) tendrá cuatro artistas invitados. La producción decidió traer a la actriz Yari Helfeld, del colectivo Y
no había luz; al improvisador mexicano Galo Balcázar, y a los experimentados actores puertorriqueños Cristina Soler y Gerardo Ortiz, ya que en esta pieza -a diferencia de otras que ha presentado el grupo- el peso recae casi absolutamente en la actuación.
“Son generaciones diferentes, con diferentes experiencias actorales y es bien interesante la manera que se han incorporado al formato”, indicó la directora. Destacó que tanto Helfeld como Balcázar ya tenían experiencia con el formato, más no así Cristina Soler y Gerardo Ortiz, quienes se han reencontrado con la improvisación, que es una de las bases de la actuación.
“Los primeros días ellos estaban horrorizados, era como una tensión terrible. Pero la experiencia con ellos dos en particular ha sido otra cosa”, contó Alfonso Nieves.
“A mí me gusta mucho las posibilidades de ampliar el registro de historias y ellos han traído eso. Muchos de nosotros estamos entre medio de los 20 y los 30 y somos como muy cercanos, pero al tenerlos a ellos, que están en sus cincuenta, que son de otra generación, amplía las historias”, precisó.
Melissa Rodríguez dijo, además, que han traído una sabiduría y un conocimiento que ha hecho mirar la cotidianidad y las historias desde otra perspectiva. Destacó que también han venido a sumar al grupo, ya que muchos de los integrantes de LIPIT -excepto ella, Janibeth Santiago y Marcos Carlos Cintrón- no son actores formales, pero sí entrenados en el arte de la impro.
“El reto de los miembros de LIPIT ha sido que hay actores formales, pero los demás son personas que se han ido formando a través de la comedia, a través de la impro y han conocido la parte actoral desde otra perspectiva. Pero todos son excelentes actores. Tienen la capacidad de llevarte en unos personajes bien profundos, con muchas capas psicológicas. Es bien interesante verlos porque como parten desde el juego no tienen miedo al ego y eso es otra cosa. Es bien refrescante”, dijo la directora sobre la diversidad del grupo y ese intercambio y retroalimentación que se ha dado como parte del proceso de creación de la pieza.
Y es como dice Alfonso Nieves improvisar es como dibujar en escena, es danzar hasta encontrarse, hasta conectarse con un compañero o compañera y desde ahí comenzar a crear. Es callar, escuchar y dejarse sorprender sin negar al otro, aceptando cada situación. Es construir una historia por primera y única vez.
“Es importante que las personas sepan que lo que van a ver allí cada día es exclusivo para ellos. No se va a volver a repetir, nunca la va a volver a ver. Son historias que hasta a nosotros mismos nos hubiera gustado tener a alguien transcribiendo lo que se dice porque es efímero, ahí muere”, concluyó la directora sin libreto en manos y lista para jugar.