Júbilo colectivo por libertad de Oscar
La lucha por la excarcelación del preso político sumó voces nacionales e internacionales
Q El movimiento por la excarcelación de Oscar López Rivera cuajó poco a poco. Empezó coagulando esfuerzos lejos del eco de las redes sociales y de la prensa. Agrupando a hombres y mujeres de diversas ideologías y sectores del País, que convencidos de que extinguía una pena desmesurada comenzaron a reclamar que el prisionero político de mayor antigüedad en las cárceles estadounidenses regresara a su casa, a su familia, a Puerto Rico.
López Rivera oficializó su petición de clemencia al presidente Barack Obama en el 2011 luego de la muerte de una de sus hermanas y tras la liberación de su compañero de lucha Carlos Alberto Torres.
“Se tomó casi un año analizando los papeles (de la solicitud de clemencia) porque no quería que se entendiera que estaba claudicando a la defensa por la independencia”, explicó a El Nuevo Día el licenciado Eduardo Villanueva.
Antes de que los partidarios de Twitter inundaran la cuenta del presidente Obama con mensajes diarios abogando por su liberación, los gobernadores Aníbal Acevedo Vilá, Sila María Calderón, Pedro Rosselló González y Rafael Hernández Colón abogaban por su excarcelación para que retornara a su hogar a abrazar a su hija Clarisa López y su nieta Karina ,a quien le ha escrito emotivas misivas desde la pequeña celda de una penitenciaria en Indiana donde ha visto pasar los años.
Esa ola de apoyo continuó creciendo, resonando en la Isla y fuera de los 100 x 35. Mensualmente mujeres vestidas de rosa se apostaron en el puente Dos Hermanos, otras mujeres se congresaron en Harlem en Nueva York, el ambientalista Alberto de Jesús, mejor conocido como “Tito Kayak”, remó desde la costa de Venezuela hasta Puerto Rico y un
“Cuando nuestro pueblo se une y tiene el valor y la entereza de luchar, puede vence cualquier desafío” EDUARDO VILLANUEVA Abogado
grupo de artistas y personalidades se encarceló simbólicamente en celdas en la Plaza de Armas de San Juan para dramatizar el calvario que vivía López Rivera por luchar por la libertad de su patria.
El reverendo surafricano Desmond Tutu y otros premios Nobel de la Paz como Rigoberta Menchú y Adolfo Pérez Esquivel, el papa Francisco y el expresidente de Uruguay José Mujica se unieron al reclamo de libertad para el hombre de 74 años.
Pero con el paso del tiempo la lista de simpatizantes de la causa continuó creciendo y multiplicándose como la imagen de López Rivera, vestido de blanco y con sus típicos espejuelos, que empezó a poblar la Isla como un acto de afirmación y de solidaridad.
Desde las redes sociales, en conciertos, en apariciones públicas artistas y políticos como Johana Rosaly, Lin Manuel Miranda, Ricky Martin, René Pérez, la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, el congresista Luis Gutiérrez, el gobernador Ricardo Rosselló, el excomisionado residente Pedro Pierluisi, el exgobernador Alejandro García Padilla, la exsenadora María de Lourdes Santiago, el exsenador Rubén Berríos ; y el fenecido abogado Luis Nieves Falcón, reclamaron la libertad de un hombre que por su alto sentido de la ética y vocación de sacrificio rechazó una primera clemencia hasta que todos sus compañeros salieran de prisión.
El reclamo de justicia logró editoriales de periódicos como El Nuevo Día y una petición oficial a Casa Blanca por su liberación obtuvo 108,000 firmas.
Ayer la conmutación de su sentencia provocó un júbilo colectivo, un grito de celebración nacional.
“Esto es un triunfo para la nación puertorriqueña y la diáspora, que demuestra que cuando nuestro pueblo se une y tiene el valor y la entereza de luchar, puede vence cualquier desafío, que son los valores que Oscar López dignificó con su vida”, apuntó Villanueva.
“Esto demuestra que cuando Puerto Rico reconoce una injusticia contra su derecho a existir siempre ha vencido más allá de ideologías políticas. Se trascienden las divisiones partidistas y un reclamo político se convierte en un reclamo de justicia colectivo. Esa es la lección”, concluyó.