Sin lucha no hay estadidad
El candidato a la gobernación del partido Estadista Republicano, Luis A. Ferré, pronosticó en la campaña de 1960 que la estadidad podría alcanzarse en 15 años.
El pronóstico cayó mal a las huestes de fanáticos que ilusionaban un repunte electoral que permitiera reclamarla al Congreso de inmediato, por lo que el presidente del partido Miguel Ángel García Méndez recogió la bandera con el grito de, ¡Estadidad Ahora!
Algo parecido le ha sucedido estos días a la comisionada residente Jenniffer González poniéndole fecha a la estadidad para 2025, cuando muchos de los seguidores del movimiento estadista andan convencidos que el mandato de 2012 la hace viable de inmediato.
La resultante desazón es utilizada con astucia por líderes populares como Acevedo Vilá, para torpedear la estrategia estadista del Plan Tennessee e insuflar ánimos a la desmoralizada causa autonomista.
La enorme diferencia está en que cuando Ferré le ponía fecha el siglo pasado, la estadidad no tenía base mayoritaria y sus líderes huían del plebiscito por no arriesgarla a la derrota.
Ahora son los líderes estadistas los proponentes que ansían el plebiscito, mientras los populares le rehúyen como “el diablo a la cruz”. Si como dice Acevedo Vilá la estadidad no supera el 44%, ¿Cuál es el miedo a un próximo plebiscito?
Estos son los hechos: En 2016, “lo mejor de dos mundos” del ELA se convirtió en sal y agua y el gobernador Rosselló Nevares y la comisionada González ganaron poniendo la estadidad en la papeleta; en 2017, nos enfrentamos a un modelo colonial que, además de indigno, nos reprime la rehabilitación económica. Esos vientos revalidan el grito de ¡Estadidad ahora!, mas no será fácil.
Ni este Congreso republicano u otro demócrata nos la ofrecerá en bandeja de plata.
La estadidad hay que trabajarla, lucharla, pelearla… como decía el poeta Machado… “Golpe a golpe, verso a verso”.