Rincón para el arte y la gastronomía
En Café Negro, los visitantes disfrutan de café, cócteles y platos, rodeados de las obras de artistas locales.
Crear siempre ha sido parte de sus vidas. Pero hace algunos meses los artistas plásticos Aaron Salabarrias y Roberto Matos decidieron retar su ingenio a otro nivel con la creación del Café Negro. Este espacio, ubicado en la calle San José del Viejo San Juan, nació a partir de la idea de sus propietarios de reunir en un mismo sitio un menú de tapas variadas, buen café y tragos creativos en un ambiente donde el arte abraza al visitante desde que se asoma a la puerta.
Ubicado en el mismo lugar donde durante años operó la legendaria barra Kruger, el local se encontraba en ruinas cuando los socios amigos hace más de 20 años- decidieron aprovechar la oportunidad que surgió para dotarlo de una nueva personalidad.
“Teníamos la idea de hacer un café donde la gente pudiera apreciar el arte y disfrutar de la música, incluyendo presentaciones en vivo y hasta piezas de teatro. Entonces me encontré al dueño del local y me dijo que estaba vacío”, contó Matos, quien de inmediato convocó a Salabarrias para empezar a planificar el negocio.
Sin perder tiempo, comenzaron la labor de construir ellos mismos un mobiliario sencillo y cómodo que acomodaron sobre la loseta hidráulica en tonalidades marrón y terracota que es parte de la personalidad del lugar. En las paredes, colgaron piezas suyas y de otros artistas puertorriqueños que trabajan distintas técnicas. Estas obras se renovarán próximamente con otras propuestas artísticas del patio. Así, el espacio se transformará cada cierto tiempo.
Mientras la ambientación iba tomando forma, los amigos comenzaron a planificar el menú de comida y bebida. El entusiasmo por emprender una nueva aventura fue el aliciente durante esas largas horas de trabajo, pues ambos debían continuar cumpliendo con sus responsabilidades en el mundo del arte.
“Metimos caña, le dimos mucho cariño y lo sacamos”, contó Matos.
La labor incluyó arreglar un área aledaña a la cocina del establecimiento. Allí, entre paredes cubiertas de madera, crearon un pequeño nicho por donde se asoma la luz que invita a pasar un rato relajado entre tazas de café o cócteles de la casa.
Al fondo del local hay una pequeña tarima destinada a las presentaciones artísticas que
hasta la fecha se han concentrado en la rama de la música, con el jazz de Jonathan Suazo y la fusión de blues y jazz de la cantante Rachael Zeigler. Sin embargo, debido a la acogida del público a este tipo de eventos nocturnos, está en planes continuar aumentando la cantidad de presentaciones musicales y también teatrales.
En cuanto a la oferta culinaria, Café Negro cuenta con un menú de “bar food” que fusiona la cocina puertorriqueña con influencias asiáticas y americanas. El toque del café está presente en varios de los platos, incluyendo las alitas de pollo con salsa bbq de café, servidas con platanutres y la hamburguesa rellena de mantequilla de café y queso. Otro plato muy solicitado es el ceviche de mero sobre una cama de majado de yuca. Para los vegetarianos, el chef Ernesto López agregó a la carta las croquetas de garbanzo, que ya algunos clientes han ido a repetir, según contó.
Las alternativas dulces para acompañar el café o terminar la comida no podían faltar. En esta categoría, los flanes elaborados con frutas locales -muchas de ellas un tanto olvidadashan sido una apuesta ganadora. Los hay de guanábana, tamarindo y guayaba. Está en planes elaborar un bizcocho de café.
Quien visite el local para tomarse una cerveza, una copa de vino o un trago también tendrá novedosas alternativas para escoger, elaboradas por la mixóloga Jillian Désiré Oliveras. Estas incluyen el Martini Negro, con un “shot” de café expreso y Tu cicatriz en mí, que se elabora con ginebra y jarabe de rosas.
Durante las Fiestas de la Calle San Sebastián, a celebrarse a partir de mañana, el equipo de Café Negro estará recibiendo por segundo año consecutivo a sus clientes más fieles, pero también a todo aquel curioso con deseos de compartir el gusto por el arte y la gastronomía en las entrañas del Viejo San Juan.