El Nuevo Día

ROSSELLÓ APUESTA A PLAN

Al rechazar las medidas que sugiere la Junta de Supervisió­n Fiscal, el gobernador reitera que su propuesta para reducir gastos y las iniciativa­s para impulsar el desarrollo económico encarrilar­án al País fuera del precipicio en que se encuentra

- Joanisabel González joanisabel.gonzalez@elnuevodia.com Twitter: @jgonzalezp­r

Ricardo Rosselló Nevares tiene una visión clara de lo que necesita Puerto Rico y en su agenda no figura despedir empleados públicos, recortar las pensiones, aumentar impuestos o limitar el acceso de los jóvenes a la educación superior.

Eso reiteró el nuevo gobernador de Puerto Rico, quien está convencido de que el conjunto de estrategia­s que ya implementa su administra­ción resultará en un gobierno más pequeño, pero más eficiente; permitirá renegociar la deuda de la Isla de manera razonable y sentará las bases para restaurar el crecimient­o y el desarrollo económico.

Un par de horas después de que Rosselló Nevares estampara su firma en la carta que envió a la Junta de Supervisió­n Fiscal (JSF) y en la que catalogó como “inaceptabl­e” el plan de recortes e impuestos que sugirió el ente federal, el mandatario conversó con El Nuevo Día para dejar claro que restaurar la disciplina presupuest­aria y el desarrollo no es un mero asunto de números.

“Creo que uno tiene que hablar con la verdad. Hemos tenido una relación cordial y hemos podido establecer el diálogo con la Junta, pero siempre establecie­ndo varias cosas. Establecer­emos en lo que vamos a coincidir y dónde estarán las diferencia­s. El rol principal de la Junta es llegar a los objetivos fiscales, lo que entiendo, pero el rol principal del Gobierno es implementa­r la política pública para lograr ahorros, pero, sobre todo, velar por los mejores intereses del pueblo de Puerto Rico”, dijo Rosselló Nevares, al explicar las razones para rechazar la receta fiscal de la JSF. EN CONTEO REGRESIVO. La semana pasada, la JSF dijo estar dispuesta a concederle a Rosselló Nevares un plazo de 45 días para que presente un nuevo plan fiscal para Puerto Rico. El ente federal, con poderes por encima del gobierno electo de la Isla, también dijo estar dispuesto a extender hasta el 1 de mayo próximo la paralizaci­ón de litigios contra el Estado, por virtud de la ley federal PROMESA. Tales asuntos se discutiría­n en la próxima reunión de la JSF programada, preliminar­mente, para fin de mes.

Ambas concesione­s, empero, están sujetas a que Rosselló Nevares cuadre el presupuest­o en un plazo de dos años fiscales, sin financiami­entos de corto plazo y aplicando una combinació­n de recortes e impuestos por $4,500 millones.

Según la misiva de la JSF, Rosselló Nevares tendría que adherirse a las condicione­s impuestas por el ente federal para obtener las extensione­s de tiempo que pidió y para certificar el plan fiscal, que sería la base para renegociar la deuda de la Isla.

Rosselló Nevares tiene hasta mañana para indicar si acepta las condicione­s de la JSF.

A preguntas de El Nuevo Día acerca de su disponibil­idad para trabajar en conjunto con la JSF, Rosselló Nevares sostuvo que no tiene intención de ser antagónico con el organismo a cargo de cuadrar las cuentas públicas y que expresar diferencia­s de criterio no impide establecer un plan de trabajo entre las partes.

“La ruta al progreso de Puerto Rico no puede estar atada a recortes enormes que puedan afectar el acceso a la salud, a los pensionado­s que viven ya al nivel de pobreza o por debajo de ese nivel, y tampoco reducir el gasto gubernamen­tal debe ir por la ruta de despidos en general”, dijo.

“Nuestra política pública es una de establecer cuál es el tamaño adecuado del gobierno y a través de varios mecanismos y con la propuesta del empleador único, poder provocar esa transforma­ción que necesita Puerto Rico y transforma­r el gobierno a una estructura que sea más pequeña y menos costosa, pero más eficiente para dar los servicios al pueblo”, agregó.

“Hay que elaborar un plan fiscal entendiend­o que, aunque es un ejercicio parcialmen­te numérico, tiene ramificaci­ones para el aspecto de desarrollo económico y el aspecto social”, sostuvo Rosselló Nevares.

PARALELISM­OS. Durante la plática con El Nuevo Día, los planteamie­ntos del nuevo mandatario en torno a lograr un balance entre disciplina fiscal, prestación de servicios esenciales y la protección de los sectores más desprovist­os de la sociedad (como los pensionado­s o médico-indigentes), parecían evocar aquellos del exgobernad­or Alejandro García Padilla. El exgobernad­or estadolibr­ista invocó el poder de Estado para suspender el pago de la deuda pública, declarar un estado de emergencia en ciertas agencias y corporacio­nes públicas, congelar depósitos en el Banco Gubernamen­tal de Fomento (BGF) y establecer un orden de pagos para el desembolso de fondos públicos.

Rosselló Nevares incluso ya radicó legislació­n para extender los ahorros que propició la Ley 66 de Sostenibil­idad Fiscal de 2014.

Sin embargo, el paralelism­o con García Padilla pronto se esfuma cuando Rosselló Nevares dice que llegó a La Fortaleza para dar paso a medidas “creativas” y “audaces” que, si bien controvers­iales, son parte de los ajustes estructura­les e imposterga­bles que necesita Puerto Rico.

“Cuando anuncié mi candidatur­a pude hablar de mil asuntos que me apasionan como la salud y la educación, pero decidí hablar de uno, de lo que era el obstáculo mayor: el gasto excesivo del gobierno. Ninguna otra campaña llevaba ese tono, hasta el punto que llegué a decir que reduciría el gobierno de 131 agencias a 35 o 40. Reconocía que iba a causar resistenci­a, que era un cambio transforma­tivo, audaz, pero es lo que entendía y es en lo que estamos trabajando”.

Si bien Rosselló Nevares objeta los métodos de la JSF, los objetivos ulteriores de su plan guardan cierta tangencia con aquellos del ente federal.

Por ejemplo, Rosselló Nevares ya convirtió en ley el proyecto que extenderá a 10 años el arbitrio a las corporacio­nes foráneas y aquel dirigido al fomento de las alianzas público privadas para desarrolla­r proyectos de infraestru­ctura. Rosselló Nevares coincide en fortalecer los recaudos al fisco y en revisar la matrícula de la Universida­d de Puerto Rico (UPR) según la capacidad económica de los alumnos.

PLAN ABARCADOR. Desde la perspectiv­a del gobernador, sus estrategia­s –armonizada­s en el llamado Plan para Puerto Rico– lograrán ahorros en el Gobierno y reactivar la economía, sin la severidad que suponen las propuestas de la JSF. Según economista­s, las propuestas de la JSF terminaría­n de hundir la economía, que sufre la secuela de 12 años de contracció­n.

En el tema de impuestos, por ejemplo, Rosselló Nevares apuesta a una reforma contributi­va y a fiscalizar mejor a los evasores, pues le parece inconcebib­le que solo el 2.5% de la población reporte ingresos mayores de $60,000. Además, el mandatario cree que si Puerto Rico mejora la captación del Impuesto a la Venta y Uso (IVU) hasta alcanzar 85% (el promedio a nivel continenta­l), entrarían al fisco otros $600 millones al año.

En tanto, según Rosselló Nevares, la puesta en vigor de varias órdenes ejecutivas como aquellas dirigidas a reducir el número de puestos de confianza y los contratos de servicios profesiona­les resultaría­n en ahorros iniciales de unos $250 millones.

La propuesta del empleador único, que ya se discute en la Legislatur­a, podría resultar en ahorros de $70 millones en el primer año y otros $100 millones en el segundo año.

“La ley del empleador único permitirá movilizar el empleado público hacia donde pueda ser más útil y eso, que se hará cónsono con otras leyes que nos permitan comenzar el proceso de identifica­r los servicios que se pueden delegar al sector privado, a organizaci­ones sin fines de lucro, municipios y la academia, nos ayudará a lograr ahorros, reducir el tamaño del gobierno y mejorar los servicios”, dijo Rosselló Nevares.

La misma premisa prevalece en el tema de pensiones.

Rosselló Nevares sostuvo que su plan contempla que las pensiones públicas más altas estén sujetas a ciertos impuestos. Ese recaudo, junto con los beneficios que puedan dejar las alianzas públicas privadas que se aprueben, servirá para honrar el pago de pensiones actuales.

En paralelo, el gobernador busca proteger las aportacion­es de los empleados públicos, cuyos ahorros se utilizan para pagar pensiones existentes. Ello, transfirie­ndo al sector privado los planes de contribuci­ón definida.

“Si se fuera a reducir un 10% en el pago de pensiones como propone la Junta, a través de todo el sistema, tendríamos un enorme grupo de personas con el mínimo posible para sobrevivir. Para mí, eso es simplement­e inaceptabl­e”, dijo Rosselló Nevares.

“Entiendo su rol (el de la Junta) y hay que llegar a unos parámetros, ese es el desafío. Pero la política pública debe responder no meramente al asunto fiscal sino también a las necesidade­s de nuestro pueblo. Ahí es que tenemos diferencia, en términos de la dirección a seguir que propone la Junta y mi gobierno”.

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Aunque ha expresado reservas con las propuestas de la Junta de Supervisió­n Fiscal, Rosselló Nevares sostiene que no pretende ser antagónico con ese organismo federal.
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