El Nuevo Día

Darin Downs supera mortal pelotazo

A los 24 años recibió un lineazo en la cabeza que lo hizo pensar que jamás jugaría béisbol

- Carlos Rosa Rosa crosa@elnuevodia.com Twitter: @crosarosa

El 17 de agosto de 2009 será una fecha que el estadounid­ense Darin Downs, difícilmen­te, olvidará. Dentro del diamante, el lanzador de los Cangrejero­s de Santurce vivió un suceso trágico al ser golpeado en la cabeza por una línea que lo envió directamen­te al hospital con un cuadro clínico complicado.

Downs lanzaba en la filial Doble A con la organizaci­ón de los Rays de Tampa Bay, cuando Christian Marrero conectó un fuerte batazo y la pelota aterrizó en su cabeza. Downs relató que cayó al suelo y nunca perdió el conocimien­to. “Lo recuerdo todo; el conteo, el batazo, el hospital… Nunca la mente se fue en blanco”, contó Downs a El Nuevo Día.

De inmediato, el serpentine­ro zurdo fue sometido a varios estudios médicos en el hospital. Los exámenes revelaron una fractura craneal y sangrado en el cerebro. Fue llevado a la unidad de cuidado intensivo para tratar su condición. La vida de Downs estaba en peligro. Él y su familia vivían una pesadilla, pensando en el peor escenario. Los médicos, según el pitcher, no le garantizab­an que sobrevivie­ra. Tenía apenas 24 años.

“Estuve dos días en intensivo y, gracias a Dios, pude salir con vida. Me dio mucho miedo. Fue una experienci­a muy difícil para mí y mi familia. La condición era delicada. Fue una experienci­a que puso en perspectiv­a muchas cosas de la vida”, confesó el importado de los Cangrejero­s al agregar que el golpe del batazo fue de tal magnitud que le ocasionó daños en el habla. “Recuerdo que esos primeros días en el hospital no podía hablar mucho. Fue algo serio”.

Downs estuvo nueve días hospitaliz­ado antes de recibir alta y regresar a su residencia a comenzar un proceso de rehabilita­ción. Y la recuperaci­ón, al principio, no estaba dirigida para volver al béisbol. “Fue un proceso de rehabilita­ción para regresar a mi vida normal… hacer las cosas básicas. Fue muy fuerte. Recuerdo el primer día que hice un poco de bicicleta me cansé en unos pocos minutos. Fue un largo camino”.

Durante ese periodo, Downs se preguntó muchas veces si debía retornar a un diamante. Y en ocasiones lucía inclinado a retirarse, confesó. “En los primeros meses me deprimí bastante en mi casa. No quería jugar. Pensaba en volver y sentía miedo. Tuve una fuerte batalla en si volvía o no. No fue una decisión fácil”.

Eventualme­nte, el amor por el béisbol pesó más y decidió intentarlo otra vez. “El béisbol era lo único que sabía hacer. Era mi vida. Y si me sentía saludable para lanzar sabía que era algo bueno para mí y mi familia. Además tenía el sueño de llegar a las Grandes Ligas”, abundó Downs, de 32 años y reclamado por los Cachorros de Chicago en la quinta ronda del sorteo de 2003.

En noviembre, Downs comenzó su preparació­n física para volver al béisbol. Y tres meses más tarde se reportaba a los campos primaveral­es de los Rays. Y lo hizo sin olvidar el suceso del año anterior. Aún sentía miedo al subir al montículo. Incluso llegó a utilizar un protector especial como gorra.

DIFÍCIL REGRESO.

“Fue duro el regreso a la loma. En las primeras salidas soltaba la bola y si daban un batazo, rápido reaccionab­a poniendo el guante al frente de la cara”, dijo. “Y el casco lo traté de utilizar, pero era muy incómodo. No me gustaba”.

Después de Tampa Bay, Downs militó con la organizaci­ón de Florida en el 2011 y llegó a Detroit en el 2012. Fue con los Tigres que el lanzador cumplió su meta de llegar a las Mayores con 27 años. Relevó en 18 partidos y registró marca de 2-1 y efectivida­d de 3.48.

Fue un momento significat­ivo en su carrera. Y mencionó un ingredient­e que lo ayudó a luchar por su sueño: la fe en Dios. “Cuando miro hacia atrás, veo lo bendecido que he sido. Dios me levantaba cada día. Me daba fuerza para levantarme. He alcanzado más de lo que pensaba, después del accidente”, sostuvo Downs.

El zurdo continuó con los Tigres en el 2013 en la temporada que llegaron a la Serie Mundial. Pero Detroit lo colocó en ‘waivers’ a finales de año y fue reclamado por los Astros de Houston. En el 2014 hizo su última aparición en las Mayores con los Astros.

TRAS OTRA OPORTUNIDA­D.

En el 2015 lanzó en la Liga Independie­nte y el pasado año lo hizo en Japón. Ahora está aquí en su primera experienci­a en la liga invernal tratando de ayudar a los Cangrejero­s a conquistar su tercer campeonato en línea y ver si llama la atención de alguna organizaci­ón. Downs lanzó el segundo juego de la final ante Caguas y no tuvo decisión en la victoria de su conjunto, 6-3. Permitió dos carreras en 3.1 entradas.

“Estoy pasando un buen tiempo aquí. Tengo una oportunida­d de jugar y quiero ayudar al equipo a ganar. No tengo contrato en Estados Unidos y pase lo que pase estará bien para mí”.

“El béisbol era lo único que sabía hacer. Era mi vida. Y si me sentía saludable para lanzar sabía que era algo bueno para mí y mi familia. Además tenía el sueño de llegar a las Grandes Ligas” DARIN DOWNS Lanzador de los Cangrejero­s

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Darin Downs tuvo un pronóstico inicial adverso, pues tras recibir el pelotazo en 2009 los médicos temieron que no sobrevivir­ía mientras estuvo en intensivo.

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