Cientos de miles de personas en Marcha de Mujeres contra Trump
La Marcha de las Mujeres reunió a cientos de miles de personas en Washington, otras ciudades de EE.UU. y alrededor del mundo
Q WASHINGTON.- En la cabeza un gorro rosa con forma de gatito, en la mano una pancarta progresista y en la boca un grito contra Donald Trump. Más de medio millón de mujeres –y muchos hombres también– marcharon ayer en Washington para defender los derechos que ven amenazados por el nuevo presidente.
La Marcha de las Mujeres, convocada casi al minuto de que el magnate neoyorquino ganara las elecciones, desbordaba la gran explanada de jardines del National Mall, el centro monumental de la capital, con al menos medio millón de personas.
Lleva “mujeres” en su nombre pero es una protesta mucho más amplia: hombres y mujeres de todas las edades han salido a defender la diversidad, la igualdad, la inclusión, los derechos reproductivos, y a condenar el racismo y la misoginia que ven en Trump.
Sus carteles evidencian el amplio abanico de sus causas: “Nosotros el pueblo somos más fuertes que el miedo”, “En las mujeres confiamos”, “La diversidad es estadounidense”, “Los derechos de las mujeres son derechos humanos”, “Respeto para todos”.
Mary Beth y Bridget viajaron desde Minesota hasta Washington en uno de los muchos aviones que aterrizaron en la capital ayer repletos de manifestantes con el icono de la marcha: un gorro rosa con forma de gatito.
Lo llaman el gorro “pussy cat” y es su respuesta irónica al polémico comentario de Trump sobre que a las mujeres hay que agarrarlas por sus partes íntimas (“pussy”, en inglés).
Los accesos al metro estuvieron abarrotados desde primera hora: a las 11:00 de la mañana de ayer habían tomado este transporte –el más recomendable con el centro urbano cortado al tráfico– 275,000 personas, frente a las 193,000 que habían viajado a la misma hora ayer para la investidura de Trump.
La amiga de Bridget, Mary Beth, marcharía hoy y siempre que haga falta durante los próximos cuatro años para “defender el progreso social de los últimos ocho años” de presidencia de Barack Obama.
“Es un momento crucial. Todo por lo que hemos trabajado desde entonces está en riesgo ahora”, indica con un rostro grave que cambia enseguida porque “hoy esto es una fiesta, esta marcha es esperanzadora”.
Al grito de “Dime cómo es la democracia, así es como es la democracia”, o “mi cuerpo, mi elección”, los manifestantes inundaron el centro monumental de Washington y el volumen de la marcha era tal que, por cuestión logística, no pudieron llegar hasta las puertas de la Casa Blanca como tenían previsto.
La movilización, que podría hacer historia como una de las más grandes del país, estuvo animada por conocidos artistas, algo que no pudo conseguir Trump para su investidura, ya que ninguno de renombre accedió a actuar para él.
La cantante Alicia Keys, con un torrente de energía, ha alabado la “fortaleza” de las (y los) manifestantes.
Madonna lanzó un mensaje de esperanza: “El bien no ganó en estas elecciones, pero ganará al final”.
Antes, las actrices Scarlett Johanson, Ashley Judd y América Ferrera habían enviado duros mensajes de resistencia a Trump.
“El presidente no es Estados Unidos. Nosotros somos Estados Unidos y estamos aquí para quedarnos”, proclamó Ferrera, de origen hondureño.
Entre famosos y manifestantes se palpaba la nostalgia de otra investidura: la que en 2009 llevó al poder al primer presidente afroamericano –Barack Obama– y congregó en Washington al histórico número de 1.8 millones personas llenas de esperanza.
El autor del icónico cartel “Hope” de
“Voy a hacer todo lo que esté en mi mano para que las mujeres no seamos invisibles” BRIDGET manifestante
esa campaña, Shepard Farey, ha diseñado y comisionado los de la Marcha de las Mujeres, con las minorías y las mujeres como protagonistas.
Wardah Khalid porta un diseño de Farey: el potente retrato de una joven musulmana como ella, que lleva un hiyab (velo) con el estampado de la bandera estadounidense.
Y dice: “Nosotros el pueblo somos más fuertes que el odio”.
Cerca de Khalid, Bernardo y su familia portan una gran pancarta con las banderas de México y Estados Unidos que pone: “Juntas somos más poderosas”. Volaron desde Yucatán solo para la marcha.
Apoyada en una pared, poniendo en orden sus carteles, está Patty, que a sus 72 años de edad ha viajado desde Ohio para “plantar cara y unirse a todos los que defienden lo que Trump intenta arrasar”.
Martha, de 19, la mira con admiración pero protesta, como su pancarta: “Estamos en 2017, no puedo creer que todavía tenga que manifestarme por esto”.
MOVIMIENTO MUNDIAL. En Londres, cerca de 80,000 personas participaron en una marcha hasta la céntrica plaza de Trafalgar, a la que se unió el alcalde, el laborista Sadiq Khan, y que contaba con el apoyo de grupos no gubernamentales como Amnistía Internacional (AI), Greenpeace y Oxfam.
“Nos manifestaremos por la protección de nuestros derechos fundamentales y por la salvaguarda de las libertades que han quedado amenazadas por los recientes acontecimientos políticos”, señalaba la convocatoria difundida a través de internet.
Desde media mañana, diversas estaciones de metro del centro de Londres se vieron desbordadas por miles de personas que acudían a la protesta con pancartas en las que se leían lemas como “rechaza el odio, reclama política”; “no al racismo, no a Trump”, y “combate el fanatismo”.
En Manchester, Edimburgo, Belfast, Liverpool y Cardiff, entre otras ciudades del Reino Unido, se celebraron marchas similares a la de la capital británica.
En París otros 2,000 manifestantes se reunieron en apoyo a la Marcha de las Mujeres de Washington, convocados por el movimiento francés Osez le Feminisme! (Atrévete a ser feminista), cerca de la Torre Eiffel parisina, donde mostraron mensajes en favor de la resistencia y la lucha ante lo que Trump representa.
Además de París, otras ciudades francesas como Estrasburgo o Marsella han agrupado también a activistas feministas solidarias con la causa de Marcha de las Mujeres.
En Barcelona, varios centenares de mujeres se manifestaron en una marcha sin incidentes por el centro de la ciudad, y que contó con la presencia de mujeres estadounidenses que residen en Cataluña y otras regiones cercanas como las Islas Baleares.
El manifiesto de la convocatoria, promovida por organizaciones feministas y de defensa de los derechos humanos, subraya que no pueden permanecer “indiferentes” al ver cómo “el nuevo presidente de la primera potencia mundial se prepara para aplicar la ideología con violencia sexista, racista, homófoba y xenófoba, que defendió durante la campaña”.
También en Ginebra varios miles de personas participaron en una protesta pacífica en la que se pudo observar un gran número de familias en un ambiente festivo y sin que se registrara ningún incidente.
En China no se organizaron manifestaciones como en otros lugares por la escasa tolerancia que suelen mostrar las autoridades comunistas ante cualquier forma de expresión colectiva en público, aunque sí hubo algunas muestras de apoyo a la marcha de Washington.
Varias decenas de personas, sobre todo occidentales, se reunieron en Pekín, en un local en la popular zona de Sanlitun, convocadas bajo el lema “Remember & Resist” (Recordar y resistir) por la entidad Democrats Abroad del Partido Demócrata estadounidense.
En Lisboa, varias decenas de mujeres se concentraron ante la sede de la embajada estadounidense para unirse a la Marcha de las Mujeres, protestas que se celebraron también en Oporto, Coimbra, Braga y Faro.
En Buenos Aires la concentración tuvo escasa convocatoria y apenas unas 100 personas se congregaron frente a la embajada estadounidense en el barrio porteño de Palermo para secundar la multitudinaria manifestación de Washington.
Organizaciones feministas del país como Ni Una Menos acudieron a mostrar su apoyo a la movilización, en la que decenas de mujeres se vistieron con pancartas con mensajes como “#NotMyPresident” o “Disculpen las molestias, nos están matando”.