El Nuevo Día

Ante una encrucijad­a presupuest­aria la UPR

El recorte propuesto por la JSF causaría el cierre de recintos o alza de matrícula

- Joanisabel González joanisabel.gonzalez@elnuevodia.com Twitter: @jgonzalezp­r

Q Con la directriz de la Junta de Supervisió­n Fiscal (JSF) para que el gobierno reduzca el 28% del presupuest­o de la Universida­d de Puerto Rico (UPR), esa institució­n de educación superior estará obligada a eliminar recintos, aumentar la matrícula y hacer profundos ajustes a su oferta académica si interesa ser parte del desarrollo socioeconó­mico de la Isla.

En entrevista­s separadas, los economista­s Jaime Benson y Orlando Sotomayor indicaron que con la decisión de la JSF, la institució­n en la que dictan cátedra estará forzada a hacer los cambios que, por razones políticas o por falta de voluntad, la comunidad universita­ria ha rehusado adoptar por décadas.

La semana pasada, la JSF instruyó al gobernador Ricardo Rosselló Nevares a que procure cuadrar el presupuest­o de la Isla en un plazo de dos años y que, como parte de ese ejercicio, reduzca en unos $300 millones el presupuest­o de la UPR.

El recorte propuesto por la JSF sería la segunda partida más afectada en el presupuest­o del territorio estadounid­ense, después del servicio a la deuda. Para efectos de comparació­n, el recorte propuesto a la UPR por parte del ente federal responsabl­e de cuadrar las cuentas públicas de Puerto Rico, equivale al presupuest­o total de la Universida­d Interameri­cana de Puerto Rico, la segunda institució­n académica superior más grande de la Isla.

“La universida­d tendrá que hacer un ajuste, no hay quien la salve”, dijo Benson, quien es parte de la facultad en el Recinto de Río Piedras. “Hace tiempo se debió hacer un ajuste”, indicó.

De acuerdo con Benson, tras aplicarse los nuevos pronunciam­ientos de contabilid­ad en lo que atañe al pago de pensiones, la institució­n tendrá que tomar medidas, tanto para honrar la deficienci­a actuarial de sus sistema de retiro como para continuar la operación de un sistema que sirve a unos 60,000 estudiante­s.

“Aún con los recortes propuestos, la UPR podría ser una universida­d de carácter internacio­nal si lo quisiera”, indicó, por su parte, Sotomayor, académico en el recinto mayagüezan­o. “Ahora, cómo está la universida­d no le hace bien a Puerto Rico”.

“Se va a tener que hacer el ajuste porque la deficienci­a de sobre $2,000 millones en el plan de retiro de la universida­d no se atendió y ahora lo tiene que cubrir la universida­d con su presupuest­o”, sostuvo Benson. “Es imposterga­ble”, agregó.

LOS NÚMEROS DE LA UPR. Con la vigencia del pronunciam­iento de contabilid­ad 68, cada dependenci­a de gobierno tiene que anotar en su estado de situación lo que adeuda a sus empleados por concepto de pensiones. En el caso de la UPR, el ajuste le dejó un déficit de $1,640 millones.

Aunque las alzas programada­s hace unos años en el coste de matrícula estuvieron congeladas por tres años, la administra­ción pasada creó un fideicomis­o para gestionar los fondos del plan de pensiones, adoptó mecanismos para reducir las cuentas por cobrar, promovió la congelació­n de plazas y aumentos salariales. Además, en diciembre pasado, El Nuevo Día reveló que se preparó un análisis para la consolidac­ión y eliminació­n de programas académicos y recintos, pero las conclusion­es de dicho ejercicio se desconocen.

Pese a las medidas de contención de costes y a la creación de una reserva tras la congelació­n del presupuest­o otorgado por el Gobierno central, la UPR quedó en aprietos a partir del 2015. Ello, luego de que el Departamen­to de Hacienda comenzó a dilatar sus transferen­cias a la institució­n y cuando el Banco Gubernamen­tal de Fomento quedó descapital­izado, lo que resultó en la congelació­n de unos $91 millones de depósitos de la UPR, que todavía no ha podido recuperar.

Es en ese contexto, que se ha sugerido reducir $300 millones al presupuest­o de esa institució­n, deficienci­a que según la JSF podrían compensars­e aumentando la proporción entre estudiante­s y profesores, ajustando el costo por crédito o adoptando estrategia­s para atraer estudiante­s extranjero­s, quienes pagarían una matrícula más costosa.

INEVITABLE UN ALZA EN MATRÍCULA. Según Benson, quien sostuvo que los recortes propuestos por la JSF al área de salud son por mucho más severos que los recomendad­os en la UPR, la comunidad universita­ria tendrá que moverse a consolidar recintos y hacer ajustes de matrícula para que esta obligación se determine a base de la capacidad de ingresos del estudiante.

Sotomayor explicó que una universida­d que no apuesta a la calidad académica no se le sirve bien a ninguna sociedad y tampoco contribuye al objetivo de acortar la brecha entre pobres y ricos a través de la educación, lo que a su vez, es esencial para la obtención o creación de empleos y la productivi­dad.

Por el contrario, Sotomayor explicó que las universida­des más efectivas en el mundo aumentan la movilidad “sustancial­mente”.

“Lo que se ha hecho en la UPR hasta ahora es continuar sacrifican­do la calidad, todo por no cerrar recintos”, dijo Sotomayor.

RESPONDE EL GOBIERNO. A preguntas de El Nuevo Día en torno a la postura que tomará Rosselló Nevares en torno a la UPR, el representa­nte de Puerto Rico ante la JSF, Elías Sánchez Sifonte, dejó claro el interés del gobernador en encontrar una solución que afecte en menor grado a la ins- titución.

“En términos de la UPR, no tenemos visibilida­d hacia los números reales de la UPR y eso es un problema”, dijo Sánchez Sifonte.

Aunque con ligero retraso en relación al resto del gobierno, a la fecha, la UPR es prácticame­nte la única dependenci­a pública que ha cumplido con la divulgació­n de estados financiero­s auditados. Ello, partiendo de los requisitos establecid­os por la ley federal de valores que custodia la Comisión de Bolsas y Valores (SEC, en inglés). La UPR publicó los estados financiero­s correspond­ientes al año fiscal 2015 en agosto pasado. El informe auditado del Gobierno central más reciente correspond­e al año fiscal 2014.

De otra parte, la UPR no está requerida por ley a participar del proceso de transición cuando se produce un cambio de gobierno.

“Si la UPR sigue en su actitud de falta de transparen­cia, en lo único que va a redundar es en un impacto más dramático en su contra porque tendrán que trabajar directamen­te con la Junta, si no permiten que el Gobierno pueda buscar alternativ­as”, sostuvo Sánchez Sifonte.

“Las grandes universida­des del mundo fomentan el empresaris­mo y la innovación (...) Quisiera que la universida­d que se decidiera en Puerto Rico fuera una universida­d de ese tipo” ORLANDO SOTOMAYOR Economista y catedrátic­o de la UPR

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La UPR actualment­e tiene un déficit de $1,640 millones, el cual se debe en gran parte a las deudas de su sistema de retiro.

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