Atención temprana a las condiciones mentales
La educación y la prevención pueden contribuir a la pronta identificación de las condiciones mentales que perturban a una parte significativa de la población puertorriqueña, dando así paso al tratamiento temprano y a una mejor perspectiva de éxito.
Ahora que comienza el cuatrienio, se presenta una gran oportunidad de ser proactivo en la lucha contra las enfermedades mentales que afectan al 7.3% de los adultos entre 18 y 64 años. De hecho, es alentador que el secretario de Salud, Rafael Rodríguez Mercado, se haya expresado a favor de encaminar labores preventivas con los departamentos de la Familia y de Educación, agencias que atienden a la niñez temprana.
Su visión es la de desarrollar programas preventivos desde los grados primarios, utilizando como base el historial que se recopila de cada estudiante cuando se le matricula en la escuela. Coincidimos con el jefe de Salud en que si se comienza a trabajar con los estudiantes de escuela elemental, dentro de 10 a 15 años habría una población más saludable y apta para contribuir a la paz social y a producir eficientemente para el País.
Los datos del primer estudio epidemiológico sobre salud mental que se ha realizado en Puerto Rico en 31 años plantean un cuadro preocupante, aunque no representan cambios significativos en relación a los de 1985, cuando la situación socioeconómica del País era incluso más grave que la actual, según la autora del nuevo perfil, la doctora Glorisa Canino, del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico.
Lo que encontraron ahora los investigadores de la UPR, encabezados por la doctora Canino, fue que el 23.7% de la población padece de una condición siquiátrica, además de abuso de drogas y/o de alcohol; que un 9.7% de las personas entre los 18 y los 64 años tiene algún trastorno depresivo severo; que un 7.3% refleja una condición de salud mental seria, otro 6.3% cumple con algún criterio de fobia social, y un 5.2% con un criterio de trastorno generalizado de ansiedad.
La publicación del estudio coincide con el inicio de un cuatrienio en el que la administración entrante ha prometido amplias reformas, lo que le brinda la oportunidad de atender el persistente problema de la salud mental de los puertorriqueños con énfasis en la educación y la prevención.
Sin embargo, no es solo previniendo las condiciones mentales en niños y adolescentes como se mejorará la salud mental, sino que también hay que educar al resto de la población para superar la estigmatización y los prejuicios contra los pacientes.
Lo reconoce la nueva titular de la Administración de Servicios de Salud Mental y contra la Adicción (Assmca), Suzanne Roig Fuertes, cuando señala que esa puede ser la razón por la que muchas personas que necesitan tratamiento no lo solicitan.
Resulta preocupante, empero, el hecho de que la crisis fiscal que atraviesa Puerto Rico pueda afectar negativamente esa visión de prevención y educación que comparten los funcionarios del área de salud para atender a la población con condiciones mentales, que en números reales representaría alrededor de 165,000 habitantes.
La Administración de Seguros de Salud (ASES) enfrenta una grave insuficiencia de fondos al estar próximos a agotarse los $6,400 millones que otorgó el Obamacare, estatuto que está bajo amenaza de derogación. El Plan de Salud del Gobierno (PSG), que costea los servicios de salud mental que reciben sus beneficiarios, también se nutre de fondos del programa Medicaid que el Congreso ha rehusado aumentar.
A pesar de la incertidumbre en torno al financiamiento de los programas de salud, urgimos a la nueva administración a abrazar las opciones de educación y prevención como medios para combatir las condiciones mentales y contribuir a mejorar gradual y consistentemente la salud mental de la población.
Conocidos el diagnóstico y el tratamiento, lo que manda es abordar con firmeza la solución a este grave problema social.