Complicado ser un “buenazo”
La comedia “Este mamalón se las trae” coloca al actor Braulio Castillo ante un ejercicio escénico complejo
Mamalón es un término que se le adjudica a Cuba y Puerto Rico, y su significado apunta a la persona poco dada al trabajo, alguien vago. Pero cuando la palabra se utiliza en el contexto de una relación de pareja, lo que se quiere decir es que ese hombre es un bobo, o un bueno para nada.
Al actor Braulio Castillo le corresponde ser ese mamalón, que para acentuar su “inocencia”, lo llaman “Bebo”. Lo interesante del personaje estelar de la obra escrita por Neil Simon, “Este mamalón se las trae”, es que, dentro de su carácter bonachón e ingenuidad frente a las mujeres, entra en unas situaciones bastante complejas con ellas. El título original de la pieza es “Last of the Red Hot Lovers” que estrenó en Broadway en 1969.
“Bebo” es de mediana edad, casado, que entra a la crisis de la andropausia, y quiere tener algunas experiencias extraordinarias fuera de su matrimonio para saciar la curiosidad. El principal problema es que él no tiene sangre de mujeriego.
“Él cree que su vida es una completamente aburrida, que no tiene ningún sentido, que es una vida sencillamente buena, y quiere saber qué se siente tener esa experiencia extraordinaria, besar a otra mujer, tocar a otra mujer, porque él se casó con la novia de high school”, detalló Castillo en una pausa durante un ensayo.
“Él es un sanano y donde mete a las mujeres es en el apartamento de la mamá, que sale dos veces a la semana a visitar a su mamá en un asilo, y él aprovecha ese espacio”, agregó el intérprete.
Las actrices Suzette Bacó, Yamaris Latorre y Lizmarie Quintana como “Ángela”, “Vivi” y “Melissa”, respectivamente, serán sus posibles aventuras, siempre que pueda adaptarse a las personalidades de cada una.
“Ángela” es conservadora, una mujer que se rige más por los valores morales y sociales que por sus propias emociones. “Es una de
estas mujeres conservadoras, que sus principios son más importantes que lo que sienten, y no estoy diciendo que los principios no sean importantes, pero se deja llevar por las normas establecidas y no necesariamente porque piense o sienta que eso es lo que debe ser”, detalló Bacó.
“Vivi”, a simple vista, pareciera tener problemas psicoemocionales, y probablemente los tiene, lo que pasa es que no da señas de identificar fue problema. Su única preocupación es convertirse en actriz.
“Es un poco difícil definir, con todo lo que pasa en su vida, si es un problema de salud mental, si es un problema de drogas, o de qué tipo, pero es una muchacha extremadamente inocente, que las cosas más fuertes, o violentas o de contenido sexual que puedan escandalizar a algunos, ella las ve bien inocentemente”, expuso Latorre sobre el personaje que en escena puede quitarle la paz a cualquiera.
“Melissa” es el contraste en todos los aspectos. “Es una mujer súper liberal, bien yo, que consigue lo que quiere, y esto es rapidito y vamos a lo que vinimos. Ella no está con cuentos ni nada”, describió Quintana.
“Bebo” tiene grandes conflictos con todas, pero quizás la que más problema le representa es “Ángela”, por ser la esposa de su mejor amigo.
Para Castillo, esta pieza resulta drenante. Su personaje está todo el tiempo en escena. “Cuando la leí no pensé que iba a ser tan difícil como ahora que estamos en el proceso”, admitió el artista, quien se ha podido encontrar en el personaje.
“En la nobleza del tipo y en el respeto a las mujeres, ahí me identifico mucho, porque yo puedo ver ese ángulo en mí, porque soy un hombre muy, muy respetuoso de la mujer. Soy un hombre de nido, de nicho, disfruto mucho esa cuestión cuasi psicosocial del ente del hogar, de la pareja, de ese núcleo”, reconoció Castillo.
La pieza, dirigida por Emineh de Lourdes, estrenará el viernes, 27 de enero, a la Sala de Drama René Marqués del Centro de Bellas Artes de Santurce.