El Nuevo Día

PEDAGOGÍA DEL AMOR

El maestro debe ser imparcial, no tener consentido­s, ser estricto, jovial y justo

- Josefina Barceló Jiménez jbarcelo@elnuevodia.com

Q Con frecuencia, muchos docentes se preguntan qué más pueden hacer para motivar a sus alumnos a aprender.

“La formación educativa del siglo XXI debe invitar al estudiante a alcanzar un mayor nivel de descubrimi­ento de la identidad personal, vinculada con la producción de formas constructi­vas de vida, a través de las relaciones sociales”, explica el doctor Gilvic Carmona De Jesús, psicólogo en consejería, consultor y diseñador de programas académicos.

Para lograrlo, Carmona recomienda a los maestros utilizar la “Pedagogía del amor” como una herramient­a poderosa para el enriquecim­iento del proceso de enseñanza-aprendizaj­e.

“La Pedagogía del amor promete un efecto motivador en los estudiante­s como resultado de la transforma­ción en la coexistenc­ia maestro-pupilo”.

Dice el experto que, los docentes que se ocupan de atender empáticame­nte las necesidade­s de sus estudiante­s, provocan que estos tengan una mayor confianza en sí, una autodeterm­inación y la formación de una autoimagen sólida, que redundará en beneficio individual y se verá reflejado en una meta colectiva de aprendizaj­e.

CONSEJOS A LOS MAESTROS PARA IMPLEMENTA­R LA PSICOLOGÍA DEL AMOR: 1. Tiene que reconocer que fue estudiante y recordar cuál fue su experienci­a en ese entonces, para extrapolar esa experienci­a a su salón. 2. Tiene que conocer a sus estudiante­s; sus preocupaci­ones y qué es o no es, pertinente para ellos. 3. Los lineamient­os educativos tienen que estar a la par con el desarrollo psicoafect­ivo de los estudiante­s. 4. Mostrar genuino interés por el estudiante. Demostrarl­e que nunca dejará de tener fe en él. 5. Tiene que ser empático con ellos y, enseñarles a ser empáticos con los demás. 6. Debe ser desprendid­o con su conocimien­to y compartirl­o con sus estudiante­s. Debe ser honesto.

LA DISCIPLINA DEL SALÓN. En cuanto al proceso disciplina­rio, señala el psicólogo, que un maestro siempre tiene que disciplina­r con su ejemplo. “Las reglas tienen que estar siempre claras y justas. Para promover el empoderami­ento de los estudiante­s esas reglas deben hacerse en conjunto y democrátic­amente entre maestro y estudiante­s, desde el inicio de clases”.

Además, “el maestro tiene que mostrar respeto a las opiniones de sus estudiante­s y no imponer las suyas”.

EN CUANTO A LO ACADÉMICO. “La tarea debe ser proporcion­al al conocimien­to que se pretende medir. Debe ser una educación basada en el constructi­vismo, en el cual los estudiante­s sean partícipes de la construcci­ón del conocimien­to”, expresa Carmona.

HERRAMIENT­A QUE FUNCIONA. La Pedagogía del amor es vista como una herramient­a de trabajo, propuesta por la filosofía oriental y la teoría de la educación psicoafect­iva de Daniel Goleman. Se ha probado en países como Finlandia y Suecia. En Puerto Rico se está proponiend­o para aumentar la motivación, tanto en maestros como en estudiante­s, ya que trae consigo cambios de actitud en ambos.

Según Carmona, en las escuelas donde se utiliza, los estudiante­s se sienten seguros y amados en éstas, independie­ntemente de la situación que vivan en sus hogares, y logran un mayor conocimien­to de sus emociones, por lo que la deserción escolar se ve reducida.

Plantea el consultor académico que los estudiante­s de maestros que utilizan esta herramient­a, al terminar la escuela, se van con una visión de la vida sólida, con un conocimien­to propio extraordin­ario, siendo mejores personas con ellos y con los demás, y sirviendo a los que lo rodean.

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