IVÁN RODRÍGUEZ CELEBRÓ SU INMORTALIDAD CON EL PUEBLO
El exjugador y nuevo miembro del Salón de la Fama celebró ayer con su pueblo en una jornada que duró de sol a sol
VEGA BAJA. - La jornada de celebración de Iván Rodríguez ayer duró de sol a sol y recorrió gran parte del litoral norte de la Isla.
Durante la maratónica actividad el recién ingresado al Salón de la Fama del Béisbol se mantuvo alegre y accesible, viendo como su familia, su pueblo y su país celebran su salto a la inmortalidad peloteril.
Iván desayunó temprano en la panadería Brasilia junto a sus padres, José Rodríguez y Eva Torres. De pequeño, las golosinas de este local eran de las preferidas del pequeño Pudge, y el legendario pelotero no las olvida.
Luego el otrora receptor de Grandes Ligas llegó hasta la cercana escuela José Padilla, donde estudió en su juventud. Allí compartió con el gobernador Ricardo Roselló Nevares, y mientras el primer mandatario y la recién confirmada secretaria de Edu- cación, Julia Keleher, llamaban la atención de los medios y de muchos curiosos, el apodado Pudge se escabulló para visitar varios salones de su antigua escuela y platicar con los estudiantes.
Actualmente con 45 años de edad, Iván caminó por su pueblo como si hubiese sido ayer que, aún adolescente, se mudó a Estados Unidos para buscar fortuna detrás del plato.
Sus compueblanos lo paraban a menudo para pedirle un autógrafo, una foto o para recordarle los viejos tiempos. El homenajeado fue dadivoso con su tiempo, compartiendo con casi todos, firmando innumerables artículos y posando para interminables ‘selfies’. Esto tuvo como resultado involuntario que su agenda se atrasara varias horas.
Mientras Rodríguez visitaba las escuelas, más de un centenar de fanáticos lo esperaban con ansias en los alrededores de la parroquia Nuestra Señora del Rosario, en la plaza de su pueblo. Allí no solo se agruparon los
parroquianos usuales del templo sino fanáticos de todo tipo, incluyendo a un joven que viajó desde Kentucky para conocer en persona a Rodríguez. Todos se mostraban deseosos de poder ver de cerca a su ídolo deportivo.
Uno de los más nerviosos que lucía era el joven padre Jorge Yamil Morales Rivera, natural de Hatillo y quien lleva menos de un mes a cargo de la parroquia.
“Yo era fanático de él. Crecí jugando pelota, también era catcher, como él. Vi subiendo su figura y me inspiraba”, relató Morales tras el acto ecuménico en el que le dio la bendición a Rodríguez. “Ha sido un gran honor. Ha sido un placer también. (Iván) es una persona muy humilde, muy humana y con deseos de servir al pueblo”.
Iván escuchó el breve sermón del padre Morales, en el que contó sobre cómo de chico lo veía por televisión. El cura además destacó el pedigrí del vegabajeño en las Grandes Ligas, subrayando sus 13 Guantes de Oro, su participación en 14 Juegos de Estrellas y sus siete Bates de Plata.
Morales también recalcó el significado bíblico del 7 -número que usaba Rodríguez en su uniforme. “El 7 en la Biblia es signo de abundancia”, sostuvo el cura.
Luego de la breve ponencia ante los feligreses, Morales llamó a Rodríguez al altar, para bendecirlo.
Acto seguido, Rodríguez, quien vestía mahón oscuro y camisa de manga corta, llamó a su madre al altar. En tonces juntos, el trío posó para los teléfonos-cámaras de los feligreses.
“Todo esto ha sido tan bonito, es- tamos bien contentos”, dijo Eva.
Ya eran las 2:00 pm y lucía como misión imposible el que la caravana llegara a tiempo (3:00 pm) a su destino final: el Coliseo. El retraso aumentó cuando Iván decidió asistir a una actividad con el alcalde vegabajeño y más de un centenar de empleados municipales y fanáticos en el Teatro América, ubicado a pasos de la iglesia.
Roselló Nevares y su escolta reaparecieron para esta actividad en el teatro. Allí también se presentaron estudiantes de la escuela Lino Padrón Rivera, quienes llegaron al teatro para ver a Iván. Entre ellos estaba Xavier Rodríguez Colón, estudiante de décimo grado en la antes mentada escuela. El joven intentaba organizar a sus amigos para cubrir todas las puertas y así enterarse de inmediato cuando Iván entrara al teatro. Tras esta actividad Rodríguez finalmente abordó un autobús de dos niveles, rojo y al estilo británico, para moverse junto a sus fanáticos hasta el coliseo.
Allí cientos de personas lo esperaron pacientes frente al ala Este del Coliseo de Puerto Rico para celebrar junto a Rodríguez, cuarto boricua exhaltado al Salón de la Fama del béisbol. Al momento, Iván también es el miembro más joven del Salón y el primer puertorriqueño que entra en su primer año de elegibilidad en votación regular. Clemente entró vía votación especial el año después de su trágica muerte.
Tras su llegada al Coliseo, Rodríguez expresó agradecimiento por cómo el pueblo le ha mostrado su admiración y apoyo.
“Ha sido un día largo pero no siento cansancio ninguno. Todo es felicidad”, dijo Rodríguez. “Yo se que son muchas actividades aquí y allá. Pero con la felicidad que yo siento no me cuesta hacerlo”.
“He compartido con los fanáticos, con amigos, con personas que hacía años que no veía. Verlos a todos ahí, contentos, me hace sentir algo que es bien difícil de explicar”, agregó.
Al ritmo de la música de Plenéalo, Rodríguez presentó a toda su familia que lo acompañaba en tarima.
“Definitivamente es algo bien especial poder disfrutar de esto con mi familia. Mis hijos vinieron de Estados Unidos para celebrar conmigo. Mis padres. Tú no sabes la felicidad que ellos tienen, y la felicidad que me da a mí ver que ellos se disfrutan esto en vida. Estar con mi hermano, con su familia, es de lo mejor que uno puede vivir. Esto les da una felicidad tremenda”.
He compartido con los fanáticos, con amigos, con personas que hacía años que no veía. Verlos a todos ahí, contentos, me hace sentir algo que es bien difícil de explicar” IVÁN RODRÍGUEZ Exjugador de Grandes Ligas