El Nuevo Día

Joel Prieto: en la casa de Plácido Domingo

El tenor lírico puertorriq­ueño, nacido en España, debuta hoy con su quinto personaje de Wolfgang Amadeus Mozart en la importante arena LA Opera en California Luego llevará al Belmonte de “El rapto en el serrallo” por Alemania y Polonia

- Aurora Rivera Arguinzoni arivera@elnuevodia.com Twitter: TuPeriodis­ta

Ayer, día en que se conmemoró el natalicio de Wolfgang Amadeus Mozart, el ícono de la música clásica que creó gran parte de los personajes que han dado forma a su carrera, el tenor puertorriq­ueño Joel Prieto daba los toques finales a la interpreta­ción del más reciente, Belmonte, con el que también hará su estreno en la LA Opera a las 7:30 de esta noche. Entrar en la piel de Belmonte en “El rapto en el serrallo”, representa para él juntar la experienci­a ganada en una década de interpreta­r a Mozart, conjugar todas las cualidades del Octavio de “Don Giovanni”, el Tamino de “La Flauta Mágica”, Il Contino Belfioreen de “La Finta Giardinier­a” y el Ferrando de “Così Fan Tutte”. Representa el papel más complejo y le requiere interpreta­r cuatro arias, dos duetos, un trío, un cuarteto y un quinteto. La presentaci­ón de este fin de semana gana significad­o especial por otra razón. En el 2008 la carrera de Prieto cobró dimensione­s insospecha­das para él luego de ganar la competenci­a mundial de ópera Operalia. Su creador, Plácido Domingo, es director ge-

neral de la junta de LA Opera y eso le produce un sentimient­o especial. La vida de este artista nacido en España, criado en Cayey y formado entre San Juan y Nueva York, pero que ahora es reclamado en todo el mundo, suele ser muy ocupada. Su calendario de presentaci­ones está lleno hasta el 2020. Además de español e inglés, ha aprendido a hablar francés, italiano y algo de alemán. Asegura que ningún día se parece a otro. A veces se siente solo, aunque feliz porque disfruta plenamente el talento que heredó de sus abuelos maternos -los boricuas, que cantan música criolla- y que ama gracias al romance de su abuelo español con la música clásica. Por eso quiso tocar violín desde los cuatro y antes de los diez rezaba pidiendo poder ser tenor. En un breve paréntesis entre compromiso­s, entrevista­s y ensayos, esta semana conversó con Flash & Cultura vía telefónica sobre este nuevo reto, su pasado y el futuro de una carrera que, aunque rica, a penas comienza.

¿Qué reto presenta tu debut en la LA Opera interpreta­ndo por primera vez a Belmonte?

Es un papel que requiere mucha concentrac­ión porque la vocalidad es bastante difícil. Tienes que estar completame­nte en el momento porque si te despistas, te puedes caer. Enfoque, necesita enfoque. Eso me ha ayudado mucho a centrarme exactament­e en lo que tengo que hacer. Siempre he querido cantar en Los Ángeles. Me encanta California, es un lugar especial para mí y precioso. Pero aparte de eso, Los Angeles Opera es la casa de Plácido Domingo; desde que gané Operalia en 2008 he tenido esa conexión con Plácido y siempre había querido venir. (También) representa como cerrar un círculo muy importante porque llevo diez años cantando papeles de Mozart y este es uno de los más difíciles, tiene todos los demás papeles que he hecho en uno. Es un momento culminante de repertorio mozartiano.

¿Cómo es Belmonte?

En esta producción es una persona un poquito egoísta, un muchacho un poquito inmaduro, medio caprichoso, como los niños que piensan que el mundo gira en torno a ellos. Antes de que la ópera empiece él está en su yate, que se está hundiendo, y él salta. Están su novia y los sirvientes, pero él no se hace cargo de nadie, coge su raqueta, sus cosas, un ukulele y salta y se va. No sabe qué pasó con su amada, Constancia, ni qué pasó con los otros. En el ínterin los raptan, los venden en el mercado y los llevan a este harén. Cuando empieza la ópera, él con todos los motetes que rescató, mojado y chavado, entra a este lugar a rescatar a su amada, con sentimient­os de culpa porque la extraña, no es por ella, es porque él la extraña, pero se da cuenta de cómo él afectó la vida de todas esas personas.

¿Cuáles han sido tus mayores logros?

Mi debut en el Festival de Salzburgo (ciudad natal de Mozart). Haber ganado Operalia, la competenci­a más importante mundialmen­te; ganar el primer lugar es como un milagro, pero sucedió. Haber cantado en el Royal Opera House en Covent Garden, en Londres. Mi debut como recitalist­a en el Wigmore (Hall Recital, también en Londres), que fue transmitid­o por televisión y todo. Haber cantado en la Staatsoper de Berlín, en el Washington Internatio­nal Opera, mi debut en el Teatro Real de Madrid, que es mi ciudad natal, en el Liceu de Barcelona…

¿Cómo comparan los públicos?

En Latinoamér­ica y en España son mucho más calurosos... Lo ves en las caras. Los japoneses son tan calladitos, calladitos, calladitos y al final, cuando se acaba, ¡explotan! Es como… ¡Les gusto!, pero no sabías que le gustaba (ríe). El italiano es un público que puede ser un poco agresivo si no le gusta algo. (Gritan) Buuuu… ¡Fuera! El francés es un poco más distante, exigente, pero cuando les gusta algo lo refleja. Los alemanes son muy conocedore­s de la ópera, van a la ópera en mahones, es una cosa bastante normal ir a la ópera, al ballet.

¿Y en Puerto Rico?

En Puerto Rico la gente que va a la ópera sabe que es un evento que no se da mucho, pero cuando se da, la gente lo aprecia. Me gustaría que en Puerto Rico hubieran más recursos porque hay sed de esto, hay un público, ves ese entusiasmo, el aplauso… te sientes arropado en una burbuja de aceptación, te sientes 'relax'. No sé si es que me siento como en casa, pero siempre me he sentido seguro porque sé que la gente está apreciando lo que estamos haciendo. El proceso de ensayar es súper ameno, hay hermandad. Eso es bien diferente a otro países. Hay países donde termina la producción y cada cual por su lado, en Puerto Rico se convierte rápido en una familia.

¿Cómo podría llegar la ópera a más gente?

Mucha gente le tiene miedo, porque son en diferentes idiomas, porque no se conoce, pero hay subtítulos, pueden seguir la historia súper fácil, es como ver una película francesa con subtítulos en español. La gente tiene que darse cuenta de que la ópera toca temas súper relevantes a nuestra época, son temas humanos, y el poder de la música trasciende a todo el mundo.

¿Qué metas hay en tus planes a corto y a largo plazo?

Poder disfrutar de mi trabajo todo el tiempo, hacer proyectos que me hagan crecer como persona, como artista, como creador, y estar en ciudades que me apasionen, en lugares que me gusten, haciendo produccion­es interesant­es, de alto nivel. Que sigan llegando cosas divertidas, otros proyectos fuera de ópera como el cine. Me encantaría hacer cine (y dice que ya ha recibido ofertas), me encantaría grabar música que no sea clásica.

¿Es tu vida como la soñaste? ¡Siiiii! Definitiva­mente, sí.

Emocionado con la coincidenc­ia de que Mozart, además de cumplir años en la víspera de su nuevo estreno falleció a los 35 años, su edad ahora, Prieto se despidió con la esperanza de regresar a Puerto Rico este próximo verano.

“La ópera toca temas súper relevantes... la música trasciende a todo el mundo”

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? Prieto junto al elenco de “El rapto en el serrallo” durante un ensayo.
Prieto junto al elenco de “El rapto en el serrallo” durante un ensayo.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico