MÁS QUE MEDITAR
Conoce los múltiples beneficios del yoga
Conozca más sobre esta práctica, considerada patrimonio inmaterial de la humanidad por la Unesco. El yoga es originario de la India, y si se escarba en el significado de la palabra, se puede encontrar “unión” o “unidad”. Y no, no es una religión o una secta, es más bien una filosofía de vida o un modo de ser, explica el instructor Juan Carlos Losada.
Juan Carlos, de 37 años, ha dedicado la última década a conocer y compartir los secretos del yoga. Sentado en el piso del inmenso salón da fe, con su propia experiencia, de que esta práctica cambió su vida en un momento en que se hastió de la rumba, el licor y las drogas.
“Me transformó, porque me dio mucha más energía”, recuerda. El objetivo es conectar el cuerpo, la mente y el espíritu a través de una serie de técnicas físicas, de respiración y de meditación, afirma. Y, claro, en el fondo, enfocar a los yoguis, como son llamados sus practicantes, en el presente. Pero para lograrlo se deben tener claras las bases, metas y compromisos de esta práctica.
1 Espiritualidad.
Al incluirlo en la lista del patrimonio inmaterial de la humanidad, la Unesco destacó cómo esta filosofía ha influido en numerosos aspectos de la sociedad de la India, desde la salud y la medicina hasta la educación y las artes. En ese sentido, el yoga es más un asunto inherente a la espiritualidad y a llevar un estilo de vida desde los valores humanos y su práctica que desde la religión, que tradicionalmente está atada a culturas y costumbres. El profesor Losada pone un ejemplo: “La religión es la cáscara del guineo y la espiritualidad es el fruto”.
2 Su meta.
La teoría del yoga dicta que cada persona tiene ocho universos que deben estar sincronizados para lograr la realización personal, mitigar cualquier sufrimiento y facilitar el acceso a un estado de liberación. El último de ellos es un estado profundo de conciencia al que se llega a través de la meditación. Pero hay otros a nivel personal y de sociedad, como llevar una vida limpia y armónica, física y espiritualmente, y con un compromiso de no violencia, ejemplifica Losada. “Hay mucha gente que utiliza el yoga con fines físicos, porque las posturas que se practican generan beneficios al cuerpo, como la tonificación, pero ese no es el fin. El yoga es mucho más que la simple parte física, y quien no logra trascender al cuerpo en el yoga no está en yoga”, asevera.
3 La respiración.
La respiración es el pilar del yoga porque es el hilo que une el cuerpo con la mente. Juan Carlos Losada resalta esta afirmación porque, insiste, a través de este camino se logra fijar la atención en el presente y se puede evitar que la mente se vaya hacia al pasado, donde experimenta emociones de dolor o nostalgia, o al futuro, donde se relaciona con el miedo, la angustia y la incertidumbre. Al controlar y entender la respiración, las personas pueden influir en sus emociones. “Así como una emoción tiene un impacto en la respiración –agrega–, ciertas formas de respirar y ciertos ritmos y técnicas logran impactar en las emociones y los pensamientos”.
4 Sus beneficios.
Sandra Camacho, médica epidemióloga, es yogui desde el 2008. Afirma que las técnicas de respiración que aprendió en el yoga le ayudaron a superar las crisis de asma, que, incluso, hace años le causaron un paro cardiorrespiratorio. “Hace tres años no tengo ninguna crisis. Como vivía a mil, fue importante para mí parar un poco. Siento que los cambios en mi vida han sido para tomar las cosas con más calma, sin tanto estrés, pues el yoga te llena de energía y aumenta tus capacidades para hacer más actividades”, cuenta Sandra, quien ahora medita unos 30 minutos cada día. Su testimonio puede ilustrar los beneficios a nivel respiratorio, pero, según Losada, estos se amplían al sistema circulatorio y al inmune: “Uno se enferma menos, se vuelve más flexible y fuerte. En términos mentales, da más foco y claridad, lo hace a uno más asertivo al comunicarse. Es más difícil caer en el enojo, la rudeza o la mala educación. Emocionalmente, se ayudan a manejar las emociones negativas, uno aprende a aceptarlas y a mirar para adelante”, agrega.
5 Un modo de vida.
El yoga es más que rutinas de posturas, respiraciones y meditaciones. “Es un compromiso constante con uno mismo y la sociedad”, dice Losada, quien es vegetariano. En la dieta yogui, por ejemplo, no caben alimentos que alteren el sistema nervioso, como café o azucares. Las carnes, en especial rojas, están casi vetadas porque se demoran en digerirse y absorben mucha energía. Tampoco enlatados, “porque –dice– son productos sin energía vital”. Y en el caso de los cigarrillos, “sería un contrasentido consumirlos porque lo que defendemos, justamente, es el valor de la respiración”, agrega. Mucho menos, drogas o bebidas alcohólicas. “Primero te elevan y luego te bajan la energía, son placeres cortos que se vuelven un problema a largo plazo”, explica.