Una fusión de seguridad con estrategia integral
La anunciada reorganización de agencias de seguridad pública debe trascender los objetivos inmediatos de consolidar logísticas operacionales que buscan ahorros para el fisco, para convertirse en la verdadera estrategia nacional salubrista que Puerto Rico
Bien ejecutada, la iniciativa del nuevo gobierno puede ayudar a corregir la duplicación de tareas y estructuras, y la pobreza comunicativa que erosionan el fisco, la productividad y la eficiencia en distintas áreas del servicio público. Esas deficiencias las paga a diario todo residente de Puerto Rico.
Sin embargo, la verdadera eficiencia está en alcanzar la paz social. Ello conlleva, además de la reorganización estructural, la transformación de la visión y los objetivos en la lucha para derrotar la inseguridad ciudadana.
Por eso es imperativo desplazar al control y a la sanción como los ejes principales de la estrategia de seguridad nacional. Es de conocimiento general que el enfoque punitivo ha fracasado, tanto en Puerto Rico como en otros países, por estar divorciado de componentes esenciales de la lucha contra la inseguridad ciudadana, como lo son el acceso a la información, la prevención, la rehabilitación y reinserción social, la asistencia a víctimas y la equidad social y económica.
Este acercamiento integral como solución a la violencia que aqueja a Puerto Rico ha sido presentado reiteradamente por la Mesa de Seguridad de la Fundación Agenda Ciudadana, que lo propone como base conceptual para el plan que nos lleve a una cultura de paz.
El éxito que logre la Administración de Ricardo Rosselló en su gesta contra el deterioro social, cuyos síntomas más desgarradores incluyen la pérdida de vida, el abuso de menores y la drogadicción, habrá que buscarlo, en buena parte, en el abandono de la mano dura como solución unilateral al complicado problema. La mano dura, aparte de no resolver el problema, lleva a malgastar los recursos.
En el que se perfila como Departamento de Seguridad Pública, el nuevo gobierno se propone concentrar todas aquellas instancias gubernamentales vinculadas a la protección, la seguridad y la prevención de delitos, tales como la Policía de Puerto Rico (vislumbrada como el núcleo estratégico del grupo), la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres; el Sistema de Emergencias Médicas y el Sistema de Emergencias 9-1-1, así como el Cuerpo de Bomberos, la Directoría de Servicios al Conductor, el Instituto de Ciencias Forenses y el Negociado de Investigaciones Especiales.
Con mayor o menor frecuencia, esas agencias colaboran entre sí; algunas incluso mantienen un sistema de vasos comunicantes que las ayudan a agilizar la información. Por eso es tan importante eliminar los obstáculos burocráticos que les restan eficiencia y agilidad.
Después de la economía, la seguridad es uno de los aspectos que más preocupan en el País. La respuesta al alza en la ola criminal, que el mes pasado se elevó a más de 56 asesinatos (doce más que el mismo período en 2016), requiere precisamente de esfuerzos integrales. Solo así la propuesta red organizada para la respuesta rápida y la investigación logrará sus objetivos.
El éxito de esta iniciativa puede servir de modelo a otras reorganizaciones conceptuales y estructurales, en las que se integren propósitos y metodologías para el funcionamiento de lo que en la actualidad es un gobierno con casi 140 agencias, corporaciones, oficinas, administraciones, juntas, programas o comisiones gubernamentales.
Las consolidaciones propuestas en estos tiempos de crisis para optimizar los canales de comunicación y, por supuesto, dotar a las entidades de un lenguaje definido y una gestión administrativa sólida, pueden ayudar a que tengamos un gobierno más dinámico.
No obstante, la ejecución de esta nueva política de consolidación de agencias afines debe estar respaldada por un plan con enfoque integral que ponga por delante el bienestar del ciudadano.