Llena de estilo la calle Condado
La Peluquería y La Barbería buscan enamorar a los clientes con buen servicio y calidad
Dos sillas amarillas, ubicadas frente a una vitrina por donde se asoman colores vivos y piezas de arte, son uno de los nuevos elementos llamativos de la calle Condado. Adentro, seis mujeres de distintas edades, manejan con destreza cepillos, tijeras y secadores de pelo. Estamos en La Peluquería de Santurce, uno de los espacios inaugurados recientemente en este sector.
Similar a como ha ocurrido en la calle Loíza, aquí también están llegando empresarios jóvenes que abrazan sin temor la oportunidad y el reto de impulsar sus proyectos comerciales en el área de servicios. En este caso, José Rosario y Nicolás Rodríguez, dos entrenadores físicos sin ninguna experiencia en el campo del estilismo, apostaron al cuidado personal de alta calidad en una atmósfera urbana y a precios competitivos.
Es la misma fórmula que ha resultado exitosa en el primer negocio que abrieron hace siete meses en la misma calle: La Barbería de Santurce.
“La idea salió de la necesidad de reinventarme. Con la recesión económica la clientela bajó y quería hacer algo diferente. El pelo crece, la gente siempre se va a recortar, así es que dije: voy a hacerlo”, explica Rosario.
Hace varios años y con esa premisa en mente, inauguró una barbería en la zona de Condado. Le fue muy bien, pero cuando compartió con su socio la idea de aventurarse a otro negocio en Santurce su respuesta fue: “¡tú estás loco!”. Los empresarios no pudieron llegar a un acuerdo y Rosario decidió llevar a cabo el plan con Rodríguez, quien también se desempeña como entrenador físico en el área de rehabilitación neurofísica. “Para mí, la depresión es falta de creatividad”, comenta Rodríguez.
Los entrenadores realizaron ellos mismos el trabajo de transformar el local de La Peluquería, que estaba básicamente en ruinas cuando firmaron el contrato de alquiler. La decoración estuvo a cargo de Rodríguez, quien entiende que cuando un espacio se llena de arte, y es estéticamente agradable, gana una magia particular.
“Hace que el lugar se vea y se sienta diferente, atrae a la gente y sensibiliza a las personas”, sostiene. En el salón hay hasta el momento piezas de Javi Cintrón, Roberto Silva y Luis Pérez.
Del techo cuelgan dos lámparas del 1950. El dúo las colocó a modo de recordatorio al servicio formal y respetuoso que desean emular. Ambos consideran que este elemento, fundamental en su carrera como entrenadores, es la clave para mantener a los clientes satisfechos, con deseos de regresar.
El menú de servicios de La Peluquería incluye recorte, secado, color, manicura, pedicura (con o sin ‘shellac’), maquillaje, arreglo de cejas y tratamientos de agave y keratina. Próximamente se integrará al equipo de estilistas una esteticista que estará a cargo de los faciales y otros procedimientos en el área de estética.
Mientras, en La Barbería, los hombres pueden ir a recortarse, arreglarse la barba, afeitarse y recibir faciales, entre otros servicios. Una particularidad de ambos negocios es que funcionan con una estructura de trabajo horizontal, donde los dueños procuran ser guías en lugar de jefes.
“Queremos que aquí todo el mundo sepa qué tiene que hacer sin que haya alguien ahí diciendo qué hacer. Todo el mundo tiene una función y es responsable por ella. Básicamente, lo más que queremos es rehabilitar la zona y dar empleos buenos, dignos. Hacer una familia de la cual todo el mundo se sienta parte”, abundó Rodríguez.
En la calle Condado, los empresarios aseguran haber encontrado un ambiente muy agradable, donde los comerciantes se apoyan para lograr el éxito colectivo. Incluso, en una de las paredes han colocado un letrero que lee: “Santurce, barrio creativo”. El mismo enumera los diferentes establecimientos alrededor, que incluyen lugares para comer, la academia de baile Andanza y galerías.
“Estamos buscando generar una atmósfera nueva, que la calle siga tomando vida”, detalló Rodríguez.
En La Peluquería y en La Barbería los clientes siempre encontrarán, según sus dueños, los detalles que hacen la diferencia. Incluso los fines de semana siempre se ofrece una cerveza fría, una copa de vino o un café como cortesía.