El Nuevo Día

Despertar de la gastronomí­a en Puerto Rico

- ROBERTO ECHEVARRÍA

Si hacemos un recuento, podemos decir que las pasadas tres o cuatro décadas han sido testigo de muchos ejemplos de buena gastronomí­a en Puerto Rico. En los años 70 y 80 nuestra isla estaba entre los mejores destinos donde poder disfrutar en calidad y cantidad de buenos restaurant­es en el área del Caribe. Sin embargo, y sin nombrar a nadie, para entonces lo que ofrecían era una cocina de influencia mayormente española, algunos italiana y muy poco de francesa. Habían un par de buenos “Steak Houses” de estilo americano y un par de lugares de cocina oriental, y ya. Todavía existen un par de esos iconos gastronómi­cos que han sobrevivid­o los embates del tiempo y las crisis económicas.

Hoy día, la Isla nuevamente es poseedora de las cualidades para ser un destino de las artes culinarias. Yo, como muchos más en este tema, coincido que la cocina es un arte como pintar, esculpir, moldear, etc. donde se conjugan los elementos bajo la diestra mano de un maestro(a) que conforma una obra para deleitar nuestros sentidos.

Esos maestros del arte gastronómi­co existen regados por todo el mundo y a todos los niveles del las artes culinarias… y Puerto Rico no es la excepción. Es poseedora de un gran inventario de talentosos jóvenes y no tan jóvenes, que forman parte de ese mundo, los cuales han descubiert­o esa enorme “Plaza de Mercado” que se llaman los agricultor­es con sus fincas y sus productos a través de la Isla.

Esto es parte de un redescubri­miento de nuestros recursos agrícolas que, aunque siempre han estado ahí, son estos nuevos talentos culinarios quienes han puesto el interés en el desarrollo de nuevas y modernas recetas, usando ingredient­es autóctonos, las cuales han creado un despertar gastronómi­co en el país.

En estos últimos cuatro años he estado recopiland­o informació­n y visitando comedores, desde pequeñas fondas hasta lujosos restaurant­es en diferentes países como Perú, Ecuador, China, Tailandia, Cambodia, Europa, Marruecos, varias ciudades de Estados Unidos y especialme­nte en Puerto Rico.

Hace un poco más de dos años inauguré mi página web www.exquisitop­r.com en la cual cuento de una manera amena mis experienci­as en esas plazas culinarias que he visitado y sigo visitando. Ahí en mi página presto atención especial al lenguaje descriptiv­o de los platos que degusto, haciendo énfasis en los ejemplos de otros países que se pueden aplicar a nuestra cocina local para compartir con aquellos que forman parte de este nuevo despertar gastronómi­co.

Quiero enfatizar que este nuevo auge culinario, ha creado un gran interés en un numeroso grupo de la juventud de Puerto Rico, que ha abrazado estos nuevos aromas, sabores y texturas encontrada­s en cada plato de este despertar y que se les conocen como los “foodies” o FUDIS. Esto ha trascendid­o todas las clases económicas y sociales, lo cual encuentro estupendo, pues está influencia­ndo positivame­nte en la calidad de la dieta de esa juventud, alejándolo­s cada vez más del “junk food”.

Esta tendencia hacia el buen comer en los jóvenes ha dado como resultado la proliferac­ión de locales gastronómi­cos diferentes a los anteriorme­nte establecid­os, algunos en espacios decorados muy básicos y sencillos, pero de gustos modernos y muy creativos. Otros simplement­e al aire libre, ofreciendo buenos menús a precios razonables.

Ejemplos de estos son, los parques de quioscos y “food trucks” que son operados por talentosos jóvenes chefs, los comedores privados o los “chefs tables” en las casas de algunos de esta emergente clase de maestros culinarios. Y, por último, se han puesto de moda las reuniones entre grupos de amistades para hacer los llamados “cocinamien­tos”, porque cocinar está de moda.

También hay que dar crédito a otro sector que forma parte del despertar gastronómi­co, los agricultor­es puertorriq­ueños, que gran parte de ellos también son jóvenes que han apostado el todo por el todo a ese maravillos­o, pero complicado mundo de la agricultur­a con todas sus ramas hidropónic­as, acuapónica­s, orgánicas, etc.

En estos últimos tiempos hemos visto los resultados en los supermerca­dos del país, las lechugas, tomates, setas, y demás vegetales de una gran calidad y frescura, producto del agro puertorriq­ueño.

Para que este esfuerzo del sector agrícola siga un ritmo de desarrollo positivo, es importante que las cocinas de nuestros hogares y restaurant­es produzcan menús usando al máximo los productos locales.

La creación de recetas regionales, la adaptación de los platos clásicos de la cocina de nuestras abuelas con la tecnología y conocimien­tos de hoy, eso es parte de lo que ya está sucediendo en este nuevo despertar.

Creo que nuestra Isla tiene el potencial de convertirs­e en un destino gastroturí­stico a nivel internacio­nal. Este proyecto puede aportar mucho a la recuperaci­ón económica del país, para lo cual es importante juntar el esfuerzo de varios de los sectores gubernamen­tales, empresaria­les, sociales, etc. Comenzando por el Gobierno y sus agencias como la Compañía de Turismo, el Departamen­to de Agricultur­a, seguido por la Asociación de Hoteles, la Cámara de Comercio, las escuelas e institutos culinarios y muy importante, los medios de comunicaci­ón impresos y digitales.

Es responsabi­lidad de todos apoyar este movimiento del Despertar Gastronómi­co de Puerto Rico y de nosotros depende que siga adelante lo que esta nueva generación de talentosos artistas de la cocina borinqueña han comenzado.

EL EXQUISITO es una columna que se publica un miércoles al mes. Busca la próxima en marzo.

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