El Nuevo Día

La maquinaria republican­a

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La maquinaria de Trump y sus seguidores es imparable. Es increíble ver cómo sus tentáculos llegan a todos lados y cómo, basado “en la ley”, logra todo lo que quiere. Segurament­e, el caso de la famosa prohibició­n de los inmigrante­s llegará a la Corte Suprema y ya tiene un juez candidato a punto de aprobarse en el Congreso para ocupar el puesto que le dará el “Sí” a su famosa ley de restringir la entrada a Estados Unidos a aquellos que él decidió no deberían entrar. De la misma forma, logró poner en puesto de Secretaria de Educación a una señora que no está cualificad­a para ocupar esa posición, pero ella donó durante su campaña más de $260 millones. Su forma de lograr lo que quiere sin piedad alguna hacia aquellos que sufrirán con sus malas decisiones nos recuerda a Hitler durante la Segunda Guerra Mundial.

El Sr. Trump se acostumbró por muchos años a tomar decisiones basadas en sus creencias y sin encomendar­se a nadie y baqueado por el exceso de dinero que tiene. Su prepotenci­a rompe todas las barreras y no da cabida a que otros opinen. En otras palabras, una dictadura en embrión. Sus actuales seguidores son los fanáticos de la extrema derecha que creen que la nación americana no es una nación de inmigrante­s y que la mayoría de ellos se beneficiar­án con sus decisiones para beneficiar a los ricos de la nación.

Nos encontramo­s en una difícil situación mundial que no creo nadie sepa dónde irá a parar todo esto. Eso sí, serán muchos los afectados. La nación seguirá cada día más dividida y el Sr. Trump seguirá generando odio y división que es lo último que debiéramos desear en un mundo ya convulso como en el que vivimos actualment­e. Rosita Sierra San Juan

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