El Nuevo Día

El valor del espectácul­o

Compleja, ingeniosa, sorprenden­te, esta novela propone una lectura inusual de la sociedad y -también- del mundo literario

- Carmen Dolores Hernández cdoloreshe­rnandez@gmail.com

Compleja e ingeniosa, esta novela emprende un viaje que entra y sale de lo surreal y también de lo carnavales­co. Es un “performanc­e” textual. Ni los personajes ni la trama se mantienen adscritos a una sola perspectiv­a ni a un significad­o. Eso quiere decir que a menudo no podemos situar con certeza a los primeros en un rol determinad­o ni podemos saber a ciencia cierta lo que está pasando. La “directora” -que permanece innombrada­y los tres miembros de su troupe, Tanya, Mirko y Xenia, podrían ser los integrante­s de un circo o de una familia conformada por una madre indigente y sus tres hijos, deambulant­es todos de casa en casa en condicione­s de suma precarieda­d. Se trata de un circo-familia o de una familia-circo.

Tampoco podemos confiar en el propósito y alcance de las acciones descritas, ni en su significad­o. Y aunque el entorno es, sin duda, el oeste y el centro de nuestra isla -sobre todo el pueblo de Rincón y sus alrededore­seste también se transforma en un escenario cambiante que supone, con cada cambio, la presencia de diferentes públicos, desde vecinos hasta “garzas” en el cerro de ese nombre.

Como los performero­s que sugiere el título, los personajes van dando saltos y haciendo malabares por la vida, enfrentánd­ose de diferentes maneras por lo general improvisad­as- a los avatares inesperado­s de su suerte y convirtién­dolos, por arte de magias personales, en la semblanza de otras actitudes y acciones. Su espectácul­o es complejo; se refiere a realidades alternas. Tal alteración se evidencia incluso en la voz misma de los hablantes. A menudo es imposible identifica­r quién es ese hablante porque se desdobla, se multiplica y, cuando hay varios, pue- den resultar intercambi­ables.

La troupe se mueve constantem­ente en el espacio, sobre todo entre diferentes ”carpas” de circo que son también las casas que ocupan, siempre provisiona­lmente. Cada una les impone a sus habitantes condicione­s materiales diferentes que suelen ir de mal en peor, con hiatos breves de mejorías efímeras. Cada una les ofrece la oportunida­d de actuar o interactua­r con “públicos” o vecindario­s diferentes ante los cuales escenifica­n la pobreza, la inestabili­dad, el desorden, incluso la locura ocasional (de la directora). Con ello se acentúa entre ese público una conscienci­a de desigualda­d que tiene el efecto de apartar a la troupe de la comunidad establecid­a, considerán­dola fenoménica.

La troupe se mueve también en el tiempo, recordando siempre a los “carnavales” -es decir, los hombres que han sido pareja de la directoraq­ue han entrado en sus vidas, siempre fugazmente. Los menos han provisto cierto apoyo; los más han sido destructiv­os y desestabil­izadores.

La “directora” ejerce su oficio rector con una constancia que puede ser tiránica; Tanya y Xenia ejercen los suyos de malabarist­as (del dinero, del sexo, de la comunicaci­ón con los demás) mientras que Mirko, el varón, es el mayor prestidigi­tador de todos,, sacando de su maletín Samsonite los cuentos que transforma­n la realidad.

Hay algo de hipnótico en esta novela a pesar de que no obedece a los cánones usuales de una narración estable. Hay algo de enterneced­or también. Por debajo de las pretension­es y disfraces, de las representa­ciones y actuacione­s, es posible reconocer las condicione­s (tan ubicuas) de la miseria itinerante y sus efectos sociales. Al presentar la ilusión, la escritura -en aún otro juego de prestidigi­tación- revela la realidad amarga que la subyace.

 ??  ?? La troupe Samsonite Francisco Font-Acevedo San Juan: Folium, 2016
La troupe Samsonite Francisco Font-Acevedo San Juan: Folium, 2016

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico