Más allá de la hipoteca
Tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, el mercado hipotecario en Puerto Rico ha tenido múltiples obstáculos en su camino, incluyendo una economía en contracción por más de una década, un éxodo masivo de profesionales hacia Estados Unidos y una tasa de desempleo que aún no se ha podido despojar del doble dígito.
En teoría, este complejo panorama ha propiciado un mercado donde el comprador tiene todas las de ganar. Sin embargo, comprar una residencia hoy es una movida mucho más compleja que a principios de este siglo, cuando llegar a un banco hipotecario para cerrar un compra venta era casi tan fácil como entrar a Plaza y comprar una taquilla para el cine.
Pero tras el quiebre de la burbuja y el cierre de cuatro bancos en la Isla (tres en 2010 y uno en el 2015), atrás quedaron aquellos tiempos donde las hipotecarias parecían manejar líneas de producción y donde los desarrolladores vendían opciones de compra de ostentosas propiedades como si fueran puras gangas de Black Friday.
Hoy, comprar una propiedad puede ser para muchos un proceso tedioso y burocrático, algo que en gran parte responde a una industria y a reguladores que no quieren repetir los errores de un pasado en el que se otorgaban financiamientos a diestra y siniestra.
La evidencia más clara la vimos en una colega quien recién compró una propiedad y estuvo apunto de desistir por el tortuoso proceso que tuvo que atravesar antes de entrar en un pacto a 30 años con su banco.
Este complejo panorama se podría complicar aún más, tras las movidas contempladas en el recién divulgado Plan Fiscal de Puerto Rico para atender el impuesto a la propiedad y allegar fondos al fisco.
Hoy en portada, nuestra periodista Rut Tellado, entrevista a los líderes del sector para ofrecer una radiografía de dónde se encuentra el mercado de bienes raíces, su reacción a los potenciales efectos del Plan Fiscal sobre el mercado y las posibles soluciones para evitar un efecto adverso en cuanto a acceso al financiamiento de propiedades.
Si bien el sentir del sector debe ser tomado en cuenta a la hora de modificar impuestos a la propiedad, en el macro, seguimos obviando la raíz del problema. Para que el mercado de bienes raíces pueda florecer, necesitamos desarrollo económico. Una economía donde hay empleo y confianza propicia la compra de propiedades y eleva su valor. No sucede a la inversa. Ese debería ser el primer contrato a firmar.