Rico legado de cultura y conciencia de Iris Martínez
La primerísima actriz Iris Martínez falleció ayer a sus 92 años de edad Con una prolífica carrera y sus luchas por las causas del país, Puerto Rico se despide de otra destacada figura de su cultura
La primera actriz de la escena nacional, Iris Martínez, falleció ayer a las 5:00 a.m. en el hogar de ancianos donde residió hasta el final de su vida. Tenía 92 años de edad al momento de su partida por complicaciones de salud.
Martínez había sido dado de alta del Doctor’s Center Hospital en Santurce y fue llevada al Hogar Casa Primavera que pertenece a Rafo Muñiz, la primera semana de febrero, luego de una hospitalización de un mes tras un quebranto de salud.
Anteriormente, en el 2012, la intérprete se vio muy mal por problemas del corazón y su doctor determinó operarla para colocarle un marcapaso, y superó la afección.
Como era su deseo Iris será cremada, pero antes sus restos serán velados el sábado, a las 9:00 a.m., en el Colegio de Abogados en Miramar. Asimismo la profesora pidió que todos sus libros pasaran a la biblioteca pública de Vieques, su pueblo natal. Martínez nunca se casó ni tuvo hijos. Le sobrevive una sobrina. En su última entrevista con El Nuevo Día, a propósito de su breve aparición en la comedia para cine, “Mi abuelo se quiere casar”, la militante independentista que luchó por la salida de La Marina en Vieques pidió a su gente que “sigan luchando por su patria”.
En ese momento cercano, su pueblo estaba entrando en su peor realidad, la crisis fiscal, y como solía hacer siempre antes de emitir un comentario sonrió y reflexionó.
“La vida uno la visualiza de una manera que generalmente no se consigue, pero creo que he tenido la suerte de que he venido a hacer un trabajo y ha tenido frutos en el arte”.
SIEMPRE EN SU PATRIA. Martínez fue de esas artistas que nunca pensó en marcharse de su país, a pesar de que tuvo tentadoras ofertas en el extranjero.
“El trabajo artístico te lleva a los sitios y sencillamente yo me quedé en mi país para servir a mi pueblo”, afirmó la actriz a quien en el 2008 la Universidad de Puerto Rico, Recinto en Carolina, le otorgó un Doctorado Honoris Causa.
Entre susurros, por los estragos de la edad que le fue apagando la voz, la actriz expresó cómo se sen-
tía de compartir aquel momento con sus compañeros, la mayoría en la tercera edad, y otros que ni siquiera habían nacido cuando ella escalaba una carrera a la que sólo le dio prestigio.
“Nunca los he olvidado (tengo) muchos recuerdos… (los artistas) debemos ayudarnos. Muchas veces uno se enferma o le da catarro y tiene que hacer otros inventos”.
La primera presidenta del Colegio de Actores de Puerto Rico señaló que siempre se sintió querida por sus compañeros y por el pueblo.
“Es muy importante volver a trabajar con la gente que trabajé o que conocí antes. El pueblo nunca me falló”.
Sostuvo que tuvo una existencia plena haciendo lo que amaba, la actuación “mi gran amor”, a pesar de que nunca se casó ni tuvo hijos.
“La vida nada me debe, yo le debo muchísimo a la vida. Hay que vivir con alegría. Mi vida entera ha sido trabajar. He tenido compañeros muy buenos”.
A sus compañeros artistas le dejó un mensaje: “Que sientan siempre el orgullo de trabajar y agradecer siempre el talento que Dios les dio, agradezcan siempre”.
Su tutor y el hijo que la primera actriz no tuvo, José Martínez, quien fuera administrador del Teatro Tapia en el Viejo San Juan y que llevaba una relación con la actriz de más de 30 años, hoy se puede sentir tranquilo porque cumplió a cabalidad su compromiso de velar por ella.
“Iris para mí es una gran amiga, una inspiración siempre como una madre que me dio buenos ejemplos, me enseñó mucho sobre las personas. La gente pensaba que Iris era una guerrillera porque era una luchadora, pero ella era muy pacífica. Siempre prefirió que la gente llegara a acuerdos hablando. Era pacifista como Gandhi, una revolucionaria que luchó por lo que quiso. La gente no entendía como Iris siendo independentista y yo estadista nos quisimos tanto. Lo que pasa es que ambos compartimos el amor por Puerto Rico y defendimos lo que es nuestro deber desde cualquier bando”, concluyó el exdirector del programa de teatro y música del Instituto de Cultura Puertorriqueña.