Dura batalla por fondos para la salud
El gobierno dice que en el Congreso “el ambiente es bien complicado”
WASHINGTON.- El gobierno de Puerto Rico consideró ayer que apenas comienza el proceso hacia la derogación y sustitución de Obamacare, por lo que tendrá oportunidades adicionales para presionar a favor de una nueva asignación de fondos de Medicaid que evite el abismo fiscal hacia el que va el sistema de salud.
Aunque los proyectos originales del liderato republicano de la Cámara baja -bendecidos por la Casa Blanca del presidente Donald Trump- dejaron fuera a Puerto Rico, el director ejecutivo de la Administración de Asuntos Federales (PRFAA), Carlos Mercader, confió en que la misma batalla que inmediatamente se ha desatado entre los republicanos sobre esa legislación, abra espacio a enmiendas y a la isla.
“Queremos resolver la situación ahora, pero reconocemos que el ambiente es bien complicado y habrá otros vehículos legislativos”, indicó.
El posible ómnibus presupuestario de abril y la reautorización del plan de salud infantil CHIP, quizá en el verano, serían otras alternativas.
El representante del Gobernador en Washington atribuyó la exclusión de Puerto Rico de los dos proyectos iniciales que buscan derogar y reemplazar Obamacare -uno dirigido a otorgar créditos contributivos en vez de subsidios directos, y otro que convierte Medicaid en los estados en un plan de asignaciones en bloque, como en la Isla-, a la situación colonial.
“Como territorio, Puerto Rico no entra automáticamente en las legislaciones de reforma de salud. Ya nos pasó con Obamacare. El plan republicano es un proyecto de reforma para los 50 estados”, dijo Mercader.
Pero, Mercader no cree que el plan fiscal del gobernador Ricardo Rosselló -que aceptó el requerimiento de la Junta de Supervisión Fiscal de no proyectar la extensión de los cerca de $1,200 millones de Medicaid que ahora otorga Obamacare y pueden vencer a finales de año-, pueda servir de excusa al Congreso para no aprobar una nueva asignación para la Isla.
Los proyectos republicanos tienen previsto ser llevados a votación hoy en los comités de Energía y Comercio, y Medios y Arbitrios, a pesar de que no cuentan con un análisis sobre su coste ni del total de personas que pueden quedar sin un seguro médico.
Pero, han levantado críticas no solo de los demócratas, sino de moderados y conservadores republicanos, por razones diferentes, lo que pone en peligro la aprobación del concepto de los proyectos divulgados el lunes, que el liderato quisiera aprobar en la Cámara baja este mes.
“Una vez más, los republicanos del Congreso ignoran la crisis de salud de Puerto Rico. (Puerto Rico) necesita ahora paridad en el financiamiento de salud”, indicó a El Nuevo Día el demócrata Darren Soto, boricua elegido por el distrito 9 de Florida.
Mientras, el presidente ejecutivo de la Asociación de Hospitales, Jaime Plá, quien es parte de la Coalición del Sector Privado, sostuvo que “ahora es que la comisionada (Jenniffer González) necesita ejercer la presión para incluirnos (en la legislación) a través de sus nexos republicanos”.
González, quien regresaba ayer a Washington desde San Juan, es parte del caucus de la mayoría republicana de la Cámara baja, donde varios de sus miembros más conservadores, como Jim Jordan (Ohio), consideran que el plan del liderato republicano es “Obamacare, de otra forma”.
Plá reconoce que incluir a Puerto Rico en el programa de créditos contributivos que propone la legislación republicana es cuesta arriba.
Pero, cree que la legislación que convierte los fondos de Medicaid a los estados en asignaciones en bloque , sí brinda espacio para enmiendas que inserten una nueva asignación para la Isla, que reviva en gran medida los $1,200 millones anuales que ha provisto Obamacare al plan de salud del gobierno de Puerto Rico.
LA OPOSICIÓN. Si el liderato cameral, encabezado por el speaker Paul Ryan, consigue superar las dudas de su propio caucus -los demócratas ya se han expresado en contra-, la medida pasaría al Senado, donde el panorama es aún más borroso.
Los proyectos divulgados el lunes tienen dos grupos de opositores internos: los moderados que temen que personas en sus estados queden sin acceso al programa Medicaid; y los más conservadores que están preocupados por el impacto del plan en el déficit fiscal federal.
Aunque el liderato republicano de la Cámara baja utilizará el mecanismo de reconciliación fiscal para aprobar las dos medidas anunciadas esta semana, reconocen que se necesitará una legislación futura para terminar de acabar con Obamacare.
Al mecanismo de reconciliación fiscal, listo desde enero, se le agregarían las medidas anunciadas esta semana. Por medio de ese mecanismo, en el Senado no se requiere la supermayoría de 60 votos que suele ser necesaria para aprobar proyectos
Pero, el secretario de Salud de EE.UU., Tom Price, reconoció que se necesitará luego legislación adicional -por el proceso tradicional- para terminar de derogar Obamacare y permitir la adquisición interestatal de planes médicos. En busca de organizar el proceso legislativo, el presidente Trump reunió en la Casa Blanca a los republicanos de la Cámara a cargo de ir en busca de los votos de su delegación.
Y el speaker Ryan convocó urgentemente una conferencia de prensa, para refutar a los conservadores que consideran que los créditos contributivos que ofrece la legislación no son una respuesta conservadora. “Vamos a tener en la Cámara los 218 votos que se necesitan”, dijo Ryan, cuya oficina no respondió a la pregunta de por qué no se utiliza la nueva legislación para atender el precipicio fiscal hacia el que va el sistema de salud de la Isla.
“Una vez más, los republicanos del Congreso ignoran la crisis de salud de Puerto Rico”
DARREN SOTO congresista demócrata
“Ahora es que la comisionada necesita ejerer la presión para incluirnos”
JAIME PLÁ Asociación Hospitales