Dubrovnik: Perla del Adriático
Dentro de sus impresionantes murallas tiene callejones empinados, museos, cafetines al aire libre y acogedoras plazas.
Por lo general, cuando oyes el nombre Dubrovnik, no piensas en Europa. Dubrovnik suena exótico, extraño…, poco familiar. Sin embargo, ya no es así; Dubrovnik se está volviendo más famosa con cada año que pasa. Y no es para menos. Esta ciudad es simplemente hermosa. Un cuento de hadas viviente que no debes perderte.
Tal vez hoy Dubrovnik parezca un pueblo pequeño, pero hace unos 500 años, tenía la tercera flota más grande del Mediterráneo. Sobresaliendo confiadamente hacia las claras y azules aguas del mar Adriático, y rodeada por gruesas murallas medievales, esta ciudad merece su apodo: la Perla del Adriático. Dentro de sus impresionantes murallas, Dubrovnik, libre de vehículos de motor, es un divertido reguero de callejones empinados, museos, cafetines al aire libre y plazas acogedoras. Después de todos estos siglos, los edificios aun muestran indicios de las riquezas antiguas y el paseo central (Stradun) sigue siendo el corazón de este encantador e impresionante enclave.
Dubrovnik floreció durante los siglos XV y XVI, pero un terremoto en 1667 destruyó casi todo. La mayoría de los edificios, de estilo Barroco, datan de después del terremoto. Algunos pocos palacios, monasterios y conventos, en estilos Góticos Renacentistas, aún sobreviven del periodo anterior a 1667; la edad dorada de Dubrovnik.
La ciudad se mantuvo como una atracción turística de importancia durante los años que fue parte de Yugoslavia (1945-1990), cosa por la cual nunca adquirió el aspecto de socialismo extremo de otras ciudades yugoslavas. Al Croacia separarse violentamente de Yugoslavia en 1991, Dubrovnik fue la única ciudad costera forzada a participar en los combates. Por más de un año, los serbios bombardearon la ciudad más de tres o cuatro veces al día. La ciudad fue devastada, tanto física como emocionalmente, pero mostró una recuperación sorprendentemente rápida, en parte gracias a los sacrificios de sus residentes, quienes hasta se endeudaron para reparar la calles y sus casas. Hoy día, los únicos recordatorios físicos de la guerra son los techos de tejas más nuevos, que contrastan de los más oscuros que se salvaron de los morteros.
El único “defecto” que se le puede achacar a Dubrovnik es su inmensa popularidad. En verano especialmente, cruceros inundan la ciudad de gente y puede sentirse claustrofóbica. Pero la ciudad aún tiene su propia personalidad, y premia a aquellos que saborean el pueblo temprano en la mañana, y en la tarde, cuando los visitantes de los cruceros aun no llegan o ya se han ido. Sus empinados callejones, llenos de plantas y ropa secándose de tendederos invitan a explorarla. Trae tus zapatos cómodos: vas a subir muchos escalones. Pero, ¿qué ofrece esta ciudad? Realmente mucho, como la próxima lista de atracciones muestra:
EL STRADUN
Encantadora calle principal, toda en piedra, perfecta para un paseo que te familiarizará con muchas de las atracciones, en el vibrante pueblo viejo, e ideal para café, helados o simplemente disfrutar la belleza y dinamismo de este enclave centenario. La piedra del suelo brilla casi como un espejo por el paso de tantos pies a través de los siglos. En las noches, con las luces encendidas, tiene un encanto aún más especial.
LAS MURALLAS
Caminata escénica de una milla de largo sobre el tope de las murallas del siglo XV que rodean la ciudad. La serie
Game of Thrones grabó escenas en las murallas, y en la Torre Minceta, cuyas vistas de la ciudad son espectaculares. Te recomiendo entrar a las murallas por la Entrada Ploce, al extremo este de la ciudad, del lado de la marina y antiguo puerto, ya que la mayoría de los turistas suben a las murallas por la Entrada Pile, la primera que ven.
MUSEO DE LA FUNDICIÓN MEDIEVAL
Fundición descubierta cuando la ciudad intentaba construir una cancha de baloncesto. Ahora, es un museo al arte del trabajo en metal de la Edad Media. Este museo está literalmente escondido debajo de una cancha de baloncesto, a la sombra de la Torre Minceta. Si recorres la pared de la muralla (que también sirve de pared de la cancha), verás una puerta sin letrero alguno, incrustada en la muralla misma. Ese es el Museo de la Fundición Medieval.
FUERTE SAN LAWRENCE
Antes de entrar por la Entrada Pile, separado de la ciudad vieja por una pequeña ensenada o pedacito de costa, verás un promontorio rocoso, muy alto, en la cima del cual está el Fuerte San Lawrence (Tvrdava Lovrijenac), el fuerte más antiguo de Dubrovnik (siglo XI). La historia o leyenda (según a quien preguntes), de este fuerte es interesante: Venecia, al otro lado del Adriático, era una potencia y república independiente durante el siglo XI, y conquistaron gran parte de la región de lo que es Croacia hoy. Según el relato, los venecianos reunieron materiales en Italia para construir un fuerte en este promontorio. Los habitantes de Dubrovnik se enteraron a tiempo, y construyeron un fuerte primero. Cuando los venecianos llegaron, no pudieron imponerse.
EL MONTE SRD
Montaña al este de Dubrovnik con una fortaleza napoleónica con vistas espectaculares de la ciudad, más un museo a la guerra yugoslava, especialmente al Asedio de Dubrovnik de 1991-92. Se sube por un funicular moderno.
LA FUENTE GRANDE DE ONOFRIO
Lo primero que vez, cuando finalmente atraviesas la Entrada Pile (donde te dejan los autobuses) es una gigantesca y redonda estructura en el medio de una plaza: la Fuente Grande de Onofrio. En la Edad Media, Dubrovnik tenía un complejo sistema de acueducto que traía agua de las montañas a unas siete millas de distancia. El agua terminaba aquí, en la fuente más grande del pueblo, antes de continuar a través de la ciudad.
IGLESIA DEL SAN SALVADOR
A la izquierda de la Entrada Pile, y construida en 1520 (en agradecimiento
a Dios por sobrevivir un terremoto ese año), es uno de los edificios que sobrevivió el subsiguiente terremoto de 1667. Su estilo Renacentista del interior, contrasta marcadamente con el estilo predominantemente Barroco en otras iglesias de la ciudad.
MUSEO DEL MONASTERIO FRANCISCANO
Primera atracción pagando al entrar por la Entrada Pile. Contiene un pacífico claustro, farmacia medieval convertida en museo y una interesante farmacia de 100 años de antigüedad que aun sirve a los locales.
MUSEO DEL MONASTERIO DOMINICO
Otro relajante claustro con valiosas y preciosas pinturas, altares y manuscritos. Escenas de la popular serie Game of Thrones se grabaron en las escalinatas de la iglesia adjunta.
IGLESIA ORTODOXA SERBIA Y MUSEO DE ICONOS
Iglesia aun activa sirviendo a la comunidad serbia de Dubrovnik. Aunque la mayoría de los serbios de otras regiones de los Balcanes evitan Dubrovnik dada la enemistad entre serbios y croatas por la guerra, aún hay una comunidad serbia aquí.
COLUMNA DE ORLANDO
Esta columna (en la Plaza Luza) de unos 20 pies de alto y con tres escalones en su base, fue construida en 1417 poco después de que la ciudad cambiara su lealtad de los opresivos venecianos, a los húngaros. En la columna hay un relieve de un caballero medieval, llamado Orlando. Cada vez que había que darle una noticia al pueblo, el pregonero las daba desde aquí. Además, aquí se ejecutaban los castigos.
IGLESIA A SAN BLAS
Detrás de la Columna de Orlando, esta iglesia contiene estatuas y pinturas de San Blas, sosteniendo un modelo de Dubrovnik en su mano, cosa que se ve por toda la ciudad. San Blas ha sido el símbolo de la ciudad (y los locales han resentido a Venecia) desde entonces.
PALACIO DEL RECTOR
Lugar de residencia de los rectores que regían Dubrovnik en la Edad Media. Párate en la puerta principal para una mirada gratis al impresionante patio interior. En la era dorada de la ciudad, el público podía entrar y salir de aquí a su gusto. Aquí está la única estatua secular creada durante los años de la República.
LA CATEDRAL
Hermosa catedral Barroca-Románica del Siglo XVIII. Detrás del altar está el peculiar Tesoro, con 187 reliquias, casi apiñadas unas con otras. Un fragmento de los supuestos pañales de Jesús está en un sarcófago de plata, a la derecha. Alegadamente, la gente cortó pedazos del fragmento para milagrosamente sanar los enfermos, especialmente a nuevas madres recuperándose de partos difíciles. No importa cuántas veces lo cortaban, el fragmento volvía a su tamaño original. Entonces, alguien trató de usarlo en la esposa de un rey bosnio, pero, como éste era musulmán, el pañal dejó de funcionar para siempre. Esta leyenda es muestra de las susceptibles o espinosas relaciones entre las religiones aquí en los Balcanes. Para información sobre este destino, consulta a tu agente de viajes.