El Nuevo Día

Ruido es más peligroso de lo que se cree

Los sonidos estruendos­os dañan el oído de una forma que se desconocía

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NUEVA YORK.- Matt Garlock tiene problemas para entender lo que dicen sus amigos en bares bullicioso­s. Sin embargo, la prueba de audición que se hizo indicó que estaba normal.

Una reciente investigac­ión quizá ayude a explicar este problema llamado “pérdida oculta de audición”.

Los científico­s han encontrado pruebas de que el ruido fuerte como el de conciertos de rock, sopladores de hojas, herramient­as eléctricas y demás daña nuestra audición en una manera antes insospecha­da.

Uno tal vez no se da cuenta de inmediato y el problema tampoco aparece en las pruebas ordinarias de audición.

Sin embargo, al paso del tiempo el problema nos anula la capacidad de entender una conversaci­ón en un ambiente ruidoso, según el investigad­or de Harvard, M. Charles Liberman.

Esto también podría contribuir a la explicació­n de por qué el problema es mayor entre los adultos conforme aumenta su edad y por qué deriva en el zumbido persistent­e en los oídos.

La conclusión es que “el ruido es más peligroso de lo que pensamos”.

Nadie sabe qué tanto esa labor pueda explicar la pérdida de audición entre las personas.

Cuando el sonido ingresa en nuestros oídos, es captado por las llamadas células pilosas. Estas convierten las ondas sonoras en señales que son transporta­das por nervios al cerebro.

La gente puede perder células pilosas por varias razones, entre ellas ruidos fuertes, medicament­os o el simple envejecimi­ento, y nuestro sentido del oído se deteriora a medida que perdemos esos sensores.

Esta pérdida de audición es la que detecta la prueba ordinaria llamada audiograma, la cual mide nuestra capacidad para escuchar un ruido bajo en un ambiente en silencio.

Las investigac­iones de Liberman dejan entrever que hay otro tipo de daño que no causa la muerte de las células pilosas, pero deriva en el problema de Garlock.

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