COMBATE LA DEMENCIA
Acciones que pueden ayudarte
Hay formas de hacer prevención activa para disminuir el riesgo de demencias o deterioro del cerebro. Solo tienes que poner en práctica las siguientes recomendaciones de los profesionales de la salud. 1 Hacer actividad física de forma regular. Todo indica que el ejercicio regular es un factor protector. Brinda beneficios cardiovasculares y más oxígeno a las neuronas, además de reducir elementos tóxicos en el cerebro.
2 Alimentarse bien. El consumo de vegetales, frutas y alimentos con bajo contenido de azúcar, granos, pescado, aceitunas y aceite de oliva, junto con grasas saludables ayudaría a reducir el riesgo.
3 Estudiar. El entrenamiento cognitivo (ejercicios mentales con papel y lápiz o computacionales) retrasa el deterioro cognitivo y la demencia en el envejecimiento, especialmente en aspectos de memoria y funciones ejecutivas (coordinación de procesos cognitivos de planificación, inhibición y atención). 4 Cuidar la salud cardiovascular. Múltiples terapias (farmacológicas o no) pueden ayudar a atenuar el impacto de las enfermedades cardiovasculares (diabetes, colesterol, presión arterial), que a su vez incrementan el riesgo de desarrollar demencia. 5 Evitar los traumatismos de cráneo. Hay trabajos que sugieren que los traumatismos de cráneo están asociados con el desarrollo posterior de demencia, especialmente cuando los primeros conllevan pérdida de la conciencia. Aconsejan siempre usar el cinturón de seguridad, cuidarse durante el deporte y controlar la coordinación corporal. 6 Mantener una vida social activa. Es un desafío para el cerebro y también puede proteger contra la demencia. Por el contrario, la soledad crónica percibida como negativa puede ser un factor potenciador.
7 No fumar y dormir bien. El tabaquismo puede incrementar el deterioro cognitivo y el riesgo de demencia. Otras evidencias sugieren que la falta constante de sueño también estaría asociada con mayor riesgo.
8 Evitar la depresión. Aunque no se conocen los mecanismos involucrados, la historia de depresión sostenida a lo largo de la vida está asociada con mayor riesgo de demencia. Una vez desencadenada, agrava el cuadro y hace más difícil el contacto con los familiares