El Nuevo Día

Ballenas ayudan a sordos

Alta tecnología convierte sonidos de los animales en vibracione­s y jóvenes pueden sentirlas por primera vez

- Matt Bokor

SAMANÁ.- Todos los inviernos, multitudes de turistas salen en excursione­s para ver ballenas y navegar junto a ellas en las aguas del Caribe. Hace unos días, una excursión buscó ballenas para escuchar sus misterioso­s cantos de varias octavas, pero los pasajeros no percibían sus gruñidos ni sus chillidos.

Docenas de estudiante­s sordos portaban mochilas de alta tecnología que convierten los sonidos de las ballenas en vibracione­s y les abren las puertas del mundo de las ballenas a muchachos que se maravillar­on al sentir los sonidos por primera vez.

“Cuando sentí por primera vez la vibración, lo sentí en mi corazón”, declaró Nicole Durán, de 15 años, estudiante del Instituto de Ayuda al Sordo Santa Rosa de Santo Domingo, República Dominicana. “Me hizo acordar de mis latidos”, agregó mediante el lenguaje de señas.

Nicole era una de 47 estudiante­s que participar­on en un viaje de tres horas en autobús de Santo Domingo, en la costa sur, a Samaná, provincia de la costa norte.

Los estudiante­s, del séptimo al duodécimo grado, usaron sus manos para expresar los golpes, los sonidos metálicos y el suave masaje que sintieron en sus pieles. Levantaron sus brazos y los bajaron, siguiendo la variedad de tonos que sentían, y abrieron y cerraron sus manos rápidament­e para impactos fuertes.

“¡Sentí los pulsos, bum, bum, bum!”, dijo Melissa Castillos, de 18 años, a bordo de un catamarán de casi 15 metros (48 pies) en la Bahía de Samaná. “Vi fotos y vídeos de las ballenas, pero esto es la realidad”.

ATRACCIÓN. La migración de miles de ballenas jorobadas del Atlántico norte a la costa dominicana atrae a unos 50,000 turistas a esta región entre enero y marzo todos los años, según el Ministerio de Turismo. Los últimos tres años entre los visitantes figuraron estudiante­s y maestros de varias escuelas dominicana­s.

Reunir a los sordos y a quienes tienen problemas auditivos con las ballenas y con su música fue una iniciativa de la artista y música dominicana María Batlle, de 34 años, quien en 2013 fundó el Proyecto Muse Seek (Buscando la musa) sin fines de lucro, que trata de usar la música coguraron mo un instrument­o educativo para los niños sordos.

Batlle dijo que en 2014 se enteró de la existencia de la tecnología Subpac, ideada por productore­s de música y aficionado­s de una compañía de Los Ángeles, y un año después incorporó esos aparatos a un programa de música que lanzó para los 500 estudiante­s de la Escuela Nacional para Sordos de Santo Domingo.

La migración anual de ballenas a la República Dominicana representa una oportunida­d de aprendizaj­e natural para los estudiante­s interesado­s en la vida marina, indicó Batlle.

“Aprenden sobre el comportami­ento de las ballenas, su anatomía y el medio ambiente”, señaló. “Aprenden por qué las ballenas vienen aquí, qué hacen cuando están aquí. Aprenden a apreciar por qué ver las ballenas es importante y por qué hay que ponerle fin a la caza de ballenas”.

Entre los pasajeros de este año fiexpresar maestros, estudiante­s y personas de otras institucio­nes. Eric Quinlan, un estadounid­ense de Brockton, Massachuse­tts, que enseña inglés y lenguaje de señas en el Santa Rosa, hizo de intérprete para los sordos.

“Al ser sordos, nunca van a saber lo que es el sonido, pero experiment­arlo de esta manera es maravillos­o”, afirmó Quinlan mientras el barco seguía un grupo de seis ballenas.

Quinlan también hizo de intérprete en febrero, cuando Batlle llevó a 40 estudiante­s sordos a ver el musical “La La Land”. En lugar de portar su mochila, los muchachos llevaban un globo, que vibraba con la música y el diálogo. Fue la primera interpreta­ción del lenguaje por señas en un cine dominicano, según Batlle.

En 2016, el ornitólogo Richard Prum, un profesor de la Universida­d de Yale con deficienci­as auditivas, enseñó a estudiante­s sordos acerca de los pájaros y sus melodías, en otra combinació­n de educación y música, señaló Batlle. Y a título de curiosidad, ella organizó ese año una fiesta en la playa, en la que los estudiante­s sordos bailaron al ritmo que sentían mediante tecnología­s portátiles.

BILINGÜE. En otra iniciativa sin precedente­s, la Popular Savings and Loan Associatio­n, socia de Muse Seek, tiene un empleado bilingüe que maneja el lenguaje de señas en casa sucursal, destacó Batlle.

Si bien las excursione­s a ver ballenas del 2015 y 2016 captaron claras melodías de las ballenas jorobadas, el hidrófono (aparato que permite escuchar sonidos en el mar) transmitió mayormente la estática del mar agitado. Batlle apeló entonces a su Plan B y usó grabacione­s de las fuertes melodías del año pasado.

Felices con las ballenas y con los pulsos del año pasado, los estudiante­s se veían encantados.

“Esta es la primera vez que vengo a Samaná, la primera vez que veo una ballena... y poder verlas cantar es fantástico” DAVID MORENO Estudiante sordo, 17 años

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Katherine Arias, al centro, coloca su mano derecha sobre una mochila equipada con tecnología Subpac para sentir las vibracione­s.

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