La Junta: el problema de un mal necesario
La Junta de Supervisión (Control) Fiscal es posiblemente un mal necesario ya que ningún político se va a atrever a tomar las decisiones requeridas para enderezar nuestras finanzas.
El problema no es con el concepto sino con la ejecución. La Junta quiere cuadrar el presupuesto en solo dos años, lo que sin duda ocasionaría un aceleración en la caída de nuestra economía. Cualquier estudiante de economía sabe que uno no le puede aplicar las mismas medidas a una economía como la de Puerto Rico como lo haría con una empresa. Por eso es que existe una distinción entre macroeconomía y microeconomía.
Una vez se le aplican medidas de austeridad extrema, como las propuestas por la Junta, la demanda agregada se afecta causando a su vez mayor contracción económica. Este efecto se ha visto en muchos otros lugares del Mundo, como por ejemplo Grecia.
Se supone, que las medidas de austeridad vengan acompañadas de medidas para impulsar la actividad económica. Esta realidad la reconocieron los autores de la Ley PROMESA, pero las gestiones en esa dirección no llegaron a nada.
Debemos recordar que en el caso de Grecia, el Fondo Monetario Internacional ha extendido unos financiamientos para mitigar en algo las medidas de austeridad, pero sin mucho éxito. Recordemos que en el caso de la ciudad de Washington, DC, con la Junta de Control Fiscal, ante una situación mucho menos grave que la nuestra, el Congreso le asignó unos dineros para mitigar las medidas de austeridad.
También, cuando varias grandes empresas estadounidenses, como algunas automotrices y bancos “too big to fail”, enfrentaron problemas financieros, el Tesoro estadounidense le concedió unos préstamos. ¿Y para Puerto Rico qué? ¡Que Dios nos ampare! Elí Tilén Mayagüez