Exigir lo más, pagar lo menos
Se debate en Puerto Rico un posible aumento al salario mínimo, particularmente en la empresa privada. Ya era hora. Mientras los patronos exigen el máximo a sus trabajadores, sólo están dispuestos a pagar el mínimo. Aumentar el salario mínimo beneficiará a la economía y la clase trabajadora
Primero, por demasiado tiempo el salario mínimo ha sido el establecido por el gobierno federal. Incluso, en aquellas áreas donde el mínimo federal no aplica, la ley puertorriqueña permite un salario mínimo inferior a este.
Como el mismo concepto señala, la ley federal establece un salario mínimo. Nada impide que Puerto Rico, e incluso sus municipios, adopten salarios mínimos por encima al federal. Al presente 29 estados, más el Distrito de Columbia, tienen un salario mínimo estatal superior. Por ejemplo, California y Nueva York aprobaron leyes que establecen un salario mínimo de $15 la hora. Es falso que quien único puede subir el salario mínimo aquí es el Congreso. El poder está en nuestras manos. Pero, ocurre que nuestro liderato político, aliado de los intereses patronales, se resiste.
Segundo, cuando se aumenta el salario mínimo, aumenta la actividad económica. Cuando un obrero gana más, tiene más para gastar. Ello es vital en una economía de consumo como la nuestra. También, cuando se sube el salario mínimo, los demás trabajadores tienden a ver un aumento en sus respectivos salarios. Se trata de un efecto multiplicador.
Tercero, la Sección 16 de la Carta de Derechos de nuestra Constitución reconoce el derecho a “un salario mínimo razonable”. ¿Es razonable un salario mínimo que empobrece a los trabajadores? ¿Es razonable, como plantea PROMESA y el senador Marco Rubio, que los jóvenes ganen $4.25 la hora? Incluso, si el Congreso nunca vuelve a subir el salario mínimo federal, la Constitución de Puerto Rico exige que nuestro gobierno adopte leyes para aumentarlo. Nadie que trabaje a tiempo completo debe vivir debajo del nivel de pobreza. Eso es irrazonable y, por tanto, inconstitucional. Es hora de que la riqueza se comparta con quien la produce. Aumentando el salario mínimo ganamos todos y todas.