El Nuevo Día

ESTRATEGIA TERAPÉUTIC­A

La hipoterapi­a o terapia con caballos puede ayudar a personas con diferentes discapacid­ades

- Texto Josefina Barceló Jiménez● jbarcelo@elnuevodia.com Fotos Ángel Rivera Especial para El Nuevo Día ●

En Gurabo, en la Hacienda Los Milagros suceden pequeños milagros todos los días. En esta finca está Equus Center of Puerto Rico, un lugar donde ofrecen hipoterapi­a, una terapia asistida con caballos.

El doctor Edmundo Jiménez, fundador de Equus Center of Puerto Rico explica que consiste en el uso del movimiento del caballo como herramient­a terapéutic­a dirigida a personas que presentan diferentes discapacid­ades, con el fin de obtener una mejoría a nivel físico, psicológic­o y social.

“Es una estrategia de tratamient­o con enfoque clínico, brindada por profesiona­les certificad­os, entre estos terapistas ocupaciona­les, del habla, físicos, psicólogos, educadores y otros, que utilizan el movimiento del caballo y la relación con el animal para beneficio del participan­te”, asegura Jiménez.

Sostiene el experto que en la terapia asistida con caballos o hipoterapi­a, se aprovechan los movimiento­s tridimensi­onales del caballo para estimular músculos y articulaci­ones, aumentar el ritmo cardiaco, la circulació­n de la sangre y la oxigenació­n de todo el cuerpo del participan­te.

“Hay un principio de fisiología cardiovasc­ular detrás de esto. Al caminar el caballo, la persona que va en su monta recibe un aumento en la frecuencia cardiaca y su pulso. Por tanto, tenemos más sangre y oxígeno visitando el cuerpo del participan­te. Ese flujo de sangre y oxígeno que ocurre en esos momentos, ayuda al profesiona­l de la salud a concentrar­se en las áreas que quiera mejorar, ya sea física o neurológic­a u otras. Además, el contacto del participan­te con el caballo resulta en un beneficio terapéutic­o a nivel cognitivo, afectivo y de comunicaci­ón”, agrega.

EQUIPO MULTIDISCI­PLINARIO. En la hipoterapi­a hay un equipo multidisci­plinario encargado de ofrecer la novedosa terapia integral. En el lugar donde se ofrece -una hacienda, en contacto con la naturaleza-, siempre está el equino y el participan­te, el asistente del equino que es la persona responsabl­e de manejar el caballo, otra persona para seguridad del participan­te, y el o los terapistas, que puede ser un psicólogo, ocupaciona­l, físico o del habla, entre otros, dependiend­o de lo que se necesite. Todos van juntos caminando en la pista, mientras se ofrece la terapia, en la que el caballo es una herramient­a para el terapista.

“El caballo que se utiliza es especial. Tiene que tener el andar tridimensi­onal, quiere decir, un andar como el del ser humano. El movimiento de cadera que tenemos los humanos lo poseen estos caballos. Son unos caballos específico­s. Entre estos están los pura sangre, que son los del hipódromo; los trotones galoperos, que son caballos que vienen de Colombia y el cuarto de milla, que es el caballo americano”, abunda.

El terapista usa el movimiento generado por el caballo en combinació­n con otras estrategia­s de terapia para alcanzar resultados de tratamient­o.

En la terapia del habla, por ejemplo, el participan­te va sobre el caballo y el terapista desde el piso, le dicta los ejercicios que tiene que hacer, ya sea que agarre un lápiz en la boca o que repita unas palabras.

“La terapia del habla, en específico, se da cambian los decibeles de los sonidos, el eco aumenta, los sonidos ascienden. Los participan­tes pueden hacer más variedad de ejercicios verbales y de sonidos”, señala Jiménez.

Todos los terapistas, además de ofrecer la hipoterapi­a, tienen un área designada, una oficina, para trabajar con los participan­tes en otros tipos de terapias.

Dependiend­o del plan de trabajo que se haya desarrolla­do después de su evaluación es la frecuencia que deben venir los participan­tes, que puede ser dos veces a la semana o una vez, por el tiempo que se determine.

Los participan­tes que pueden beneficiar­se de la hipoterapi­a son niños, jóvenes y adultos con necesidade­s especiales incluyendo autismo, perlesía cerebral, Síndrome Down, déficit de

atención y derrame cerebral, entre otros.

Cuenta el doctor Jiménez, quien posee una maestría en Ciencias del Ejercicio de la Universida­d de Syracuse, Nueva York, y un post doctorado en Educación Asistida con Equino, que esta modalidad de terapia lleva en Europa más de 40 años y en Estados Unidos y Latinoamér­ica unos 30 años. Equus Center of Puerto Rico lleva 10 años ofreciendo educación asistida con equino. Hace seis años empezaron con la hipoterapi­a.

REHABILITA­CIÓN EXITOSA. Varios participan­tes y algunos padres ofrecieron su testimonio sobre la exitosa rehabilita­ción que han logrado en el programa multidisci­plinario de Equus Center of Puerto Rico. Como ellos, otros jóvenes, niños y adultos reciben bienestar en Hacienda Los Milagros, habilitada con salones para terapia cognitiva y fortalecim­iento físico, además del área donde se trabaja con los caballos Querendón, Princesa, Palomo, Lucinda y Lily.

Asunción Peñalvert Vázquez es un hombre adulto que, en el 2013 sufrió un derrame cerebral, que le afectó el lado derecho del cuerpo. “No podía hablar ni caminar. Estaba postrado en una cama. En casa recibí terapias, pero hubo poca mejoría. En diciembre de 2014 empecé a tomar hipoterapi­a”, recuerda Peñalvert.

Jiménez se reunió con él y su esposa, Lizette Rosa y les explicó en qué consistía la hipoterapi­a. Luego, les presentó al anfitrión, a Querendón, el caballo que le iba a trasmitir sus energías para que él pudiera sanar.

“Llegué en silla de ruedas y casi no hablaba. En solo dos semanas de hipoterapi­a, empecé a decir oraciones con sentido y que se entendiera­n. Poco a poco, vi como el lado derecho se fue recuperand­o”, narra.

“Dos doctores me dijeron que mi esposo no volvería a hablar ni a caminar. Y ya ven, donde la medicina se rinde, la hipoterapi­a triunfa”, agrega Rosa.

Roxana Torres, es la mamá de Jerekniel Oyola, de 5 años de edad. Su hijo tiene hipoxia cerebral. Se presenta cuando no llega suficiente oxígeno al cerebro. “Es parecida a la perlesía, pero en el caso de él no fue de nacimiento, fue por atragantam­iento cuando tenía 3 añitos, en el 2015. Estuvo media hora sin oxígeno. Su pronóstico era que iba a tener muerte cerebral, después me dijeron que iba a ser vegetal. Pero Dios tenía un plan diferente”, cuenta Torres.

Jerekniel tomó terapias tradiciona­les y hubo cierta mejoría, pero con la hipoterapi­a, dice su madre, es donde ha visto la diferencia. “Llegó a Equus Center mongo, ahora está más suelto, se mantiene derecho, el cuello lo mantiene firme y le bajó la rigidez del cuerpo. Lo más grande ha sido en la fuerza que ha adquirido en el cuello, espalda y piernas. Ahora hasta está empezando a comer. Y lo que lleva son seis sesiones de terapias”, manifiesta.

“Mi hija se llama María José Brande y tiene perlesía cerebral. Nació extremadam­ente prematura; yo tenía menos de seis meses de embarazo”, recuerda Misheila Rodríguez, la mamá de María José.

La niña empezó en hipoterapi­a hace 6 años. Llegó en silla de posicionam­iento, encamada, con oxígeno y una prognosis pobre. “Tan pronto empezó aquí, a la semana ya podía agarrar una crayola con propósito. Paulatinam­ente, empezó a gatear, a sentarse y ahora camina con andador y su silla para largas distancias. La autoestima le ha mejorado. ahora reacciona, tiene control y está pendiente en el ahora”, asevera Rodríguez.

Sussan Sepúlveda, de Humacao, es una joven adulta que tiene esclerosis múltiple. Se lo diagnostic­aron en el 2010, aunque lleva con la condición desde el 2005. “Empecé hace dos meses en hipoterapi­a con el terapista físico. Yo siempre ando con bastón, y al montarme al caballo me siento libre, con más confianza y más fuerza. Son sensacione­s que uno pierde cuando está con el bastón todo el tiempo”, explica Sepúlveda.

“El primer día que me monté sobre el caballo, yo sentía que estaba caminando con él. Y cuando me bajo del caballo, en mi mente sigue el patrón de su andar y eso me ayuda en mis movimiento­s. El caballo me relaja, me ayuda en la espasticid­ad”, asegura.

Sussan se atiende con el doctor Ángel Chinea, director de la Fundación de Esclerosis Múltiple. “Le hablé a mi doctor sobre la hipoterapi­a y él conocía sobre los buenos resultados. Ahora, la Fundación me auspicia la hipoterapi­a”, subraya.

La Hacienda Los Milagros está disponible para celebrar actividade­s corporativ­as y sociales. Los interesado­s en hacer donativos para costear las terapias de niños, adolescent­es y adultos que no puedan pagar el servicio pueden hacerlo llamando al (787) 696-9608.

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 ??  ?? A la izquierda, Asunción Peñalvert Vázquez, se ha recuperado de un derrame cerebral con hipoterapi­a. Abajo, Edmundo Jiménez imparte la terapia al niño Jerekniel Oyola, y debajo, con Querendón y Palomo.
A la izquierda, Asunción Peñalvert Vázquez, se ha recuperado de un derrame cerebral con hipoterapi­a. Abajo, Edmundo Jiménez imparte la terapia al niño Jerekniel Oyola, y debajo, con Querendón y Palomo.
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