Restaurando el crecimiento económico
COLUMNA DE CARLOS M. GARCÍA, MIEMBRO DE LA JSF
El pasado 13 de marzo la Junta de Supervisión y el Gobierno lograron una meta importantísima con la certificación del Plan Fiscal. Bajo la Ley federal PROMESA este era el primer paso necesario para empezar a arreglar la crisis fiscal que enfrenta Puerto Rico.
El trabajo apenas comienza, pero con el Plan Fiscal certificado tenemos ahora un mapa de ruta para (1) alcanzar el equilibrio fiscal y balancear los presupuestos de forma recurrente, (2) reestructurar la deuda, (3) proveer los fondos necesarios para los servicios esenciales, (4) mantener la solvencia de los planes de retiro de los empleados públicos y (5) adoptar las reformas estructurales necesarias para restaurar el crecimiento económico y la oportunidad para todos en Puerto Rico.
El quinto punto es tan importante como los otros cuatro. De poco nos servirá arreglar las finanzas si no promovemos el desarrollo económico. En otras palabras, de poco sirve cuadrar la chequera si no tenemos un trabajo y un cheque al final de la quincena.
El desarrollo económico es fundamental para la recuperación de Puerto Rico. Es mi misión personal como puertorriqueño y como miembro de la Junta de Supervisión.
Puerto Rico necesita un modelo de desarrollo económico sostenible, esto es, un conjunto de iniciativas, bien elaboradas, consensuadas y ejecutadas con persistente compromiso. En Puerto Rico se han hecho estudios hasta la saciedad sobre la economía. La conversación debe pasar de modelos, discusiones y reformas a una ejecución consistente a largo plazo.
Por décadas, Puerto Rico ha tenido un problema de productividad y creación de empleos. Nos complacimos con lo que teníamos, nos resistimos a innovar y el tiempo perdido nos está pasando factura.
En el pasado se apostó a la inversión de afuera y al financiamiento gubernamental para generar actividad económica. Llegó el momento de cambiar la estrategia y tomar control de nuestra economía aprovechando sus tres grandes ventajas: (1) nuestra gente, (2) nuestro clima y (3) nuestra realidad como economía regional de la economía más importante del mundo.
A pesar de la pérdida de recursos financieros locales, en Puerto Rico todavía hay mucho capital “asustado”, sentado en la banquilla o guardado fuera de Puerto Rico, que tenemos que ponerlo a trabajar. Me refiero tanto al capital financiero como intelectual.
El Gobierno tiene la obligación de crear un nuevo parque de pelota en el que verdaderamente podamos competir. Necesitamos reformas de energía, contributiva, laboral, de permisos e incentivos al trabajo. Y hay que hacerlo contundentemente, no a medias, ni con paños tibios. Con estas reformas nuestra Legislatura tiene la oportunidad de sentar la base para un mejor futuro para Puerto Rico.
El Gobierno debe promover un plan económico que no esté basado principalmente en incentivos y regalías para algunos o que premie el capital de afuera a costa del local.
El sector privado y el tercer sector tienen que ser los protagonistas de nuestra recuperación económica. Esto lo podemos hacer si ponemos empeño en tres prioridades:
•Educación: Tenemos que preparar bien a nuestros futuros empresarios y profesionales para los trabajos del mañana desde la escuela primaria, identificando y solventando las carencias que tengan en su hogar. Nuestros niños y niñas tienen que ser totalmente bilingües, con acceso a un desarrollo integral tanto en las artes de leer, escribir y comunicar como en las ciencias, las matemáticas y la tecnología.
•Empresarismo local: Tenemos que identificar el capital local y el capital puertorriqueño fuera de la Isla, tanto financiero como intelectual, y crear vehículos para que esos capitales muevan la educación, la infraestructura, la filantropía y el comercio. El tercer sector tendrá que encargarse de actividades que antes hacía el Gobierno y el sector privado tendrá que apoyarlo con filantropía.
•Enfoque regional no sectorial: Aunque podemos aprovechar numerosas oportunidades en manufactura, turismo y agricultura, entre otros sectores, el enfoque tiene que ser identificar iniciativas regionales que puedan crear empleos de acuerdo a los recursos y capacidades de cada región.
En fin, la recuperación tiene que ser para todos, no para algunos. Eso es lo que se merecen el pueblo de Puerto Rico y sus próximas generaciones.
Espero que en nuestra reunión sobre desarrollo económico este viernes la Junta pueda insertarse en la conversación sobre cómo ayudar a restaurar el crecimiento económico. Pero el diseño y la implementación de dicha recuperación tienen que caer sobre el sector privado y el tercer sector. Hago un llamado a ambos a ejercer liderato y luchar por un mejor futuro para Puerto Rico.