Sea usted quien decida el cuidado de su salud
Una transfusión de sangre, conectarse a un ventilador o la resucitación cardiopulmonar son algunos de los tratamientos que una persona puede decidir si recibir o rechazar en algún momento que atravesara por una situación seria de salud. Para dar a conocer una preferencia en cuanto a estos tratamientos se debe completar un documento legal conocido como directrices anticipadas, cuando la persona está aún saludable y capacitada para expresarse.
De este modo, los profesionales de la salud y familiares podrán decidir con respecto al cuidado médico de esa persona tomando en cuenta sus deseos, en la eventualidad de que su estado de salud le impida expresar su voluntad. “No importa cuán saludable se sienta una persona, siempre es recomendable completar las directrices dado que en cualquier momento puede surgir una situación seria de salud y hay que estar preparados”, comentó Anabelle Carrión, directora de educación en salud de MCS.
Las directrices anticipadas le permiten a toda persona mayor de 21 años de edad, en pleno uso de sus facultades mentales, expresar previamente por escrito sus decisiones acerca del cuidado médico que desea rechazar o recibir en caso de sufrir una condición de salud que no le permita expresarse durante dicho tratamiento.
“En el caso de que una enfermedad incapacite a una persona para comunicarse o tomar decisiones, y esta no tenga directrices anticipadas, las decisiones serán tomadas por otra persona y no siempre conforme con lo que el paciente hubiese deseado”, explicó. Además señaló que, de no existir directrices anticipadas conforme con las leyes en Puerto Rico, será el pariente mayor de edad más próximo -teniendo el primer rango el cónyuge- la persona considerada para tomar las decisiones sobre aceptación o rechazo de tratamiento médico.