DLA Piper se mantiene firme con la Isla
El bufete, con oficinas en Puerto Rico, busca expandir su presencia en América Latina con nuevas oficinas en Perú y Argentina
Q DLA Piper recién ha entrado en un acuerdo de colaboración para establecer una presencia en Perú mientras pondera plantar bandera en Buenos Aires, movidas que junto a otras incursiones recientes acercarían al bufete estadounidense a su objetivo de crear un eje legal en la región latinoamericana, incluyendo a Puerto Rico.
La estrategia de consolidación de DLA en América Latina tomará aproximadamente 18 meses, período en que habrá una idea más clara del rol que jugará la oficina de San Juan, según el responsable de la firma en las Américas, Roger Meltzer.
El plan de crecimiento hemisférico de DLA parece ir contracorriente en estos tiempos, donde los eventos políticos más recientes e impactantes —sea la votación a favor del Brexit en el Reino Unido o la elección de Donald J. Trump en Estados Unidos— parecen inclinarse hacia un enfoque nacionalista y proteccionista.
Empero, según Meltzer, para firmas como DLA —que en los pasados años ha hecho incursiones estratégicas en África y Asia— la cada vez más estrecha dinámica comercial y de intercambio intelectual y cultural requiere construir redes de colaboración que permitan hacer la diferencia en las comunidades donde han establecido presencia física, mientras se pone a la disposición de los clientes una gama de profesionales con alcance global. En ese sentido, la expansión de DLA en América Latina parece una movida natural. FE EN PUERTO RICO. “No soy un inversionista de corto plazo, soy un inversionista de largo plazo, y (eso) tiene muchas formas de verse en una firma legal. Tener el alcance y el tamaño que tiene esta firma nos da el poder de invertir al largo plazo”, dijo Meltzer al reiterar la visión optimista de la firma hacia la Isla.
A mediados del año pasado, DLA estableció oficinas en San Juan, en un esfuerzo encabezado por los abogados Francisco J. Cerezo, Emil R. Infante y Diego R. Figueroa, plantando así bandera en suelo estadounidense, pero en la cuenca caribeña.
“Creemos en Puerto Rico y reconocemos las dificultades que encara, pero no estaríamos aquí si no pensáramos que Puerto Rico superará sus dificultades como lo hizo antes y como ha sucedido en cada parte de Estados Unidos. El tiempo y las circunstancias cambian y lo que se necesita es gente que pueda ver la oportunidad más que los retos”, dijo por su parte el exsenador estadounidense, George J. Mitchell, quien funge como socio emérito de DLA.
“La noche más oscura puede convertirse en el día más brillante”, agregó quien fuera gestor de políticas públicas de avanzada a favor del ambiente, la niñez y las familias de bajos ingresos y propulsor del comercio internacional desde su banca en el Congreso estadounidense. UN ENCLAVE LEGAL EN AMÉRICA LATINA. Con Puerto Rico, Chile y el acuerdo colaborativo recién suscrito con la firma Pizarro Botto Escobar en Perú, DLA aumenta a seis el número de oficinas en América Latina, que también incluye presencia en México, Bogotá, Colombia y Brasil. En contraste, el año pasado, la firma cesó operaciones en Venezuela.
“Es nuestro interés ser reflejo de la sociedad de la que somos parte. Por naturaleza, somos una empresa global, operamos en sobre 30 países en todo el globo y anticipamos que el futuro será muy similar al pasado en lo que tiene que ver con la continua tendencia hacia el comercio a través de las fronteras, pero esa tendencia no es inquebrantable”, indicó Mitchell.
“Habrá períodos en que habrá más, (así como) períodos en que habrá menos reacciones políticas, reacciones económicas a eso (la tendencia de globalización comercial) y pensamos, que no hay duda de que si bien la gente interpretará la reciente elección en Estados Unidos como un regreso al proteccionismo, los planes a largo plazo claramente van en la dirección del comercio transfronterizo. A veces, las correcciones de curso ayudan”, agregó Mitchell, haciendo referencia a la postura de rechazo a ciertos tratados comerciales por parte del presidente Trump. Entre ellos, la llamada Alianza del TransPacífico, un proyecto clave del expresidente Barack Obama, y el Tratado de Libre Comercio de Norte América, un pacto en el que Mitchell jugó un papel clave para su ratificación.
Según Mitchell, quien cree que el mundo atestigua una revolución tecnológica y comercial tan o más grande que el período industrial, es poco probable que la elección de Trump “revierta” la trayectoria que se ha dado desde la Segunda Guerra Mundial en torno al desarrollo de más comercio, más tecnología, más viajes y movimiento de personas a través de las fronteras nacionales.
“Aún en situaciones políticas que podrían ser diferentes, lo vemos como una oportunidad”, comentó Meltzer.
“Los tres negocios más importantes de Estados Unidos y el mundo en la actualidad no existían hasta unos pocos años: Apple, Amazon y Google. Cómo podemos facilitar que esa innovación continúe sin que millones de conciudadanos queden rezagados, ese es el reto”, dijo Mitchell al reconocer que los enormes beneficios y la creación de riqueza que ha dejado esta etapa de innovación no ha sido distribuida más equitativamente al resto de la sociedad.
“No estaríamos aquí si no pensáramos que Puerto Rico superará sus dificultades” GEORGE J. MITCHELL Exsenador y socio emérito de DLA Piper