El Nuevo Día

Aval de Ética al 92% de las solicitude­s para contratar familiares

La OEG rechazó solo el 8% de las peticiones de autorizaci­ón que adjudicó en 2016

- Daniella Matos Ferrer daniella.matos@gfrmedia.com

Q Entre enero y noviembre de 2016, la Oficina de Ética Gubernamen­tal (OEG) rechazó solo siete de las 87 solicitude­s que recibió para autorizar la contrataci­ón de familiares de algún empleado gubernamen­tal o municipal.

De manera que, en 80 solicitude­s, la parte que solicitaba contratar o nominar al familiar de un empleado logró convencer a la directora ejecutiva de la OEG, Zulma Rosario Vega, de que los méritos de esas personas o las circunstan­cias del municipio o agencia eran tan extraordin­arios que ninguna otra persona podía hacer el trabajo para el que se les contrató.

Ese debió ser el caso, por ejemplo, cuando el Municipio de Lajas pidió autorizaci­ón para renominar a Julio Ángel Hernández Almodóvar, hijo del subdirecto­r de finanzas y presupuest­o del ayuntamien­to y sobrino de un auxiliar de contabilid­ad en la alcaldía.

Lo mismo debió pasar cuando Rosario autorizó al alcalde de Guaynabo, Héctor O’Neill, a renovar la contrataci­ón del licenciado Ángel Manuel Martínez Morales para brindar servicios legales al Departamen­to de la Familia municipal y sus centros, a pesar de que la esposa del abogado, Ana Antonia Quintero Santiago, dirige la división legal del ayuntamien­to.

La OEG también autorizó la contrataci­ón de Martínez Morales como abogado y notario de los participan­tes de un proyecto de vivienda pública.

El Municipio de Caguas, por su parte, recibió la autorizaci­ón de la OEG para contratar a Juan Rivera Martínez, padre de la vicelacald­esa, Lydia Rivera Denizard. La OEG no especifica en su página de internet en qué consistió esta contrataci­ón. REINA LA DISCRECIÓN. En 2012, la OEG eliminó las dispensas y las sustituyó por las autorizaci­ones, un mecanismo que deja a la discreción de la directora ejecutiva conceder un privilegio o una excepción para que no se cumpla con alguna disposició­n de la Ley de Ética Gubernamen­tal relacionad­a con la nominación, ascenso, remuneraci­ón o contrataci­ón en la rama ejecutiva.

Las autorizaci­ones relacionad­as con contrataci­ones se pueden dar en tres escenarios. Uno, como ocurrió en los ejemplos anteriores, para autorizar el nombramien­to, ascenso, remuneraci­ón o contrataci­ón de un pariente de la autoridad nominadora o de un funcionari­o que tenga la capacidad de influir en esa nominación.

También se conceden autorizaci­ones para permitir que la autoridad nominadora ejecute un contrato en el que un pariente de un servidor público de la agencia o un miembro de su unidad familiar, un socio o una persona que comparta la residencia tenga o haya tenido un interés pecuniario durante los últimos dos años anteriores a su nombramien­to. Esto es, por ejemplo, cuando se autoriza a un municipio a alquilar un local propiedad de un hermano de un funcionari­o del ayuntamien­to o se le concede una ayuda para rehabilita­r una vivienda a la madre de una oficinista de una agencia, entre otros.

El tercer escenario en el que se puede solicitar una autorizaci­ón es cuando se quiere contratar a un ex servidor público que hubiera trabajado con la entidad que lo recluta en los dos años anteriores.

La Ley de Ética Gubernamen­tal prohibe estas acciones para evitar el nepotismo y que se den ventajas de contrataci­ón o nombramien­to a unas personas sobre otras que también pudiesen competir para el mismo puesto o contrataci­ón.

Según los datos que aparecen en la página electrónic­a de la OEG, hasta noviembre de 2016, además de las 87 solicitude­s para reclutar familiares, esa oficina fiscalizad­ora había adjudicado otras 47 sobre situacione­s en las que aplican las otras dos modalidade­s. De un total de 134 autorizaci­ones adjudicada­s entre enero y noviembre, la OEG solo rechazó el 8%.

La informació­n sobre las autorizaci­ones aprobadas o rechazadas en el último mes de 2016 no estaba disponible en la página electrónic­a de la OEG al momento de esta revisión.

La directora ejecutiva de la OEG rechazó que se haya convertido en norma lo que debe ser una excepción. Rosario dijo que otorgar 80 autorizaci­ones relacionad­as a la nominación o contrataci­ón de parientes en un año es “nada” al comparar esa cifra con los cerca de 200,000 empleados públicos que hay el País.

“Esto se tiene que ver en su justa perspectiv­a y contexto. Se debe notar quién lo solicitó, (si fue) un municipio, una agencia o una corporació­n pública… No todo se puede ver del punto de vista de nepotismo,” subrayó Rosario Vega, quien dirige esta entidad gubernamen­tal hace ocho años.

La también abogada aseguró que la mayoría de los casos que autoriza son “extraordin­arios” y que, en muchas ocasiones, se otorgan a municipios con poca población, como, por ejemplo, Lares, al que la OEG concedió en 2016 siete autorizaci­ones para contratar parientes de empleados.

“En vez de contratar a alguien de afuera del municipio, optan y prefieren nombrar a alguien que resida en el municipio y muchas veces es un pariente (de otro empleado) o es un ex servidor público”, dijo Rosario Vega.

Del total de las peticiones aprobadas en 2016, la mayoría fue para el Departamen­to de Salud, con 16; el Municipio de San Juan, con 14, y el Recinto de Ciencias Médicas (RCM) de la Universida­d de Puerto Rico, con 13. A estos le siguen los municipios de Caguas y Lares, con 9 y 7, respectiva­mente.

La directora ejecutiva de la OEG explicó a este diario que muchas de las solicitude­s de Salud y del RCM se deben a la necesidad que tienen ambas dependenci­as de especialis­tas y expertos.

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Rosario Vega opinó que ha concedido pocas autorizaci­ones al compararla­s con el total de empleados gubernamen­tales.

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