Periodista cubano no olvida el pasado de su país
Desde la óptica de un periodista independiente, Waldo Fernández Cuenca narra las peripecias del periodismo en Cuba
Q “Los cínicos no sirven para este oficio”, dice el periodista cubano Waldo Fernández Cuenca, citando al polaco Ryszard Kapuscinski.
Graduado de Periodismo en la Universidad de La Habana, este profesional de 32 años ha aprendido a ejercer este oficio en un país donde no existe la libertad de prensa.
“Bajo el sistema de prensa cubano, todos los medios están bajo la dictadura del gobierno comunista, que vela lo que debe publicarse y cómo”, sostuvo Fernández Cuenca, natural de Santa Clara, Cuba.
Con la renuencia inicial de su familia a su decisión de dedicarse al periodismo -y las dificultades de este oficio bajo la censura del gobierno- Fernández Cuenca ya ha experimentado la represión del totalitarismo.
“Mi familia no está de acuerdo, pero lo han aceptado, aunque están constantemente convidándome a que me cuide, porque en Cuba cualquier ma nifestación opositora es penalizada”, dijo en entrevista con El Nuevo Día durante su visita al País con la ayuda de la Fundación Educativa Carlos Castañeda, organismo que auspició su viaje a Puerto Rico y Florida para dictar unas conferencias sobre periodismo en la Cuba actual.
Su primer encuentro con el totalitarismo fue en el 2014, cuando, mientras cubría un acto público en la Plaza de la Revolución, fue detenido junto a otras 19 personas durante 72 horas.
“Nos acusaron de desorden público, pero nos negamos a firmar (la acusación) porque era fabricada”, dijo.
Según relató, incluso para estudiar periodismo, hay un filtro, pues además de tomar una prueba de aptitud, los aspirantes deben demostrar una serie de conocimientos, incluyendo contestar preguntas de corte político.
Explicó que, ya graduados, el Partido Comunista de Cuba ubica a los periodistas en un medio gubernamental. En su caso, lo colocaron en Radio Reloj, donde laboró un año. Allí palpó la censura, por ejemplo, cuando no se permitía usar la palabra “dengue” durante una epidemia de este virus.
Cuando trascendió su colaboración al medio independiente “Diario de Cuba”, lo expulsaron de Radio Reloj.
Tras colaborar con varias publicaciones de la Iglesia Católica, como “Palabra Nueva”, en el 2015 entró de lleno como periodista al “Diario de Cuba”, donde ya venía laborando bajo un seudónimo desde el 2014. Desde entonces, ha aprendido a vivir su pasión por el periodismo, aún bajo la sombra de un régimen totalitarista.
“En un viaje a España me molestaron un poco (en el aeropuerto), preguntándome cosas y abriéndome la maleta, pero nada, aunque sé que estoy expuesto a cualquier cosa”, dijo.
Recordó que en Cuba, la libertad de expresión es penalizada pues su constitución así lo establece, sancionando lo que califican como “propaganda enemiga” y “difusión de ideas contra la moral y buenas costumbres”.
Según explicó, periodistas independientes como él trabajan en sus casas y envían sus artículos por internet al medio con el que colaboran.
“Lo más difícil es no tener acceso a la información oficial, aunque siempre hay amistades que te dan información, sin revelar la fuente”, sostuvo.
Agregó que la presencia de internet en Cuba, a pesar de las dificultades que conlleva el acceso debido al alto costo y el bloqueo de la censura, ha ayudado al crecimiento de los periódicos independientes.
“Los espacios, la gente se están abriendo, por eso los periodistas independientes podemos existir” WALDO FERNÁNDEZ CUENCA periodista