El Nuevo Día

Moody’s degrada al BGF y otros bonos de la Isla

En tanto, subraya que prevalecen los escollos en acuerdo con acreedores de Energía Eléctrica

- Joanisabel González joanisabel.gonzalez@elnuevodia.com Twitter: @jgonzalezp­r

Q Moody’s Investors Service terminó por hundir el perfil crediticio del Banco Gubernamen­tal de Fomento (BGF) a su escalafón más bajo, así como a otras cinco entidades que emiten deuda pública, afectando adversamen­te la clasificac­ión de unos $13,000 millones de la deuda vigente de la Isla.

En tanto, la casa acreditado­ra no hizo ajustes a la deuda de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), pero modificó la perspectiv­a de la AEE a negativa, a pesar del acuerdo preliminar entre esa corporació­n pública y parte de sus acreedores que permitiría renegociar otros $8,000 millones.

En un reporte al mercado, Moody’s indicó que empujó el BGF, a la Administra­ción de los Sistemas de Retiro (ASR), la Autoridad para el Financiami­ento de la Infraestru­ctura (AFI), cierta deuda de la Autoridad de Carreteras y Transporta­ción (ACT) y a la Autoridad del Distrito de Convencion­es (ADC) de la categoría “Ca” al rango “C”, clasificac­ión que se asigna a los emisores en impago, “con pocas probabilid­ades de recuperar el principal o interés”. En tanto, ubicó a la Compañía de Fomento Industrial (PRIDCO, en inglés) en la antesala del fondo crediticio, o sea en la clasificac­ión “Ca” que aplica a aquellos emisores casi al borde del impago.

“Mientras continuamo­s creyendo que esencialme­nte toda la deuda de Puerto Rico estará sujeta a impago y a pérdida en reestructu­ración amplia, los valores que se han degradado encaran pérdidas más severas que lo esperaba previament­e, a la luz de las presiones económicas de Puerto Rico que se han proyectado”, reza el reporte en el que incluso destaca que optó por la degradació­n de bonos con fuentes de repago específica.

Los bonos de la AFI, por ejemplo, son pagaderos con los ingresos del arbitrio del ron y aquellos de la ADC, pagaderos con el impuesto de ocupación hotelera.

La decisión de Moody’s propina un golpe particular a los bonistas de Puerto Rico que residen en la Isla, pues buena parte de los bonos afectados con el ajuste crediticio están en manos de inversioni­stas puertorriq­ueños, como es el caso de la deuda del BGF y aquella de la ASR.

En el caso del BGF, el pasado 7 de abril, el fiduciario del BGF, Wilmington Trust, informó a los bonistas que la fallida institució­n había incumplido nuevamente, es decir por décima vez consecutiv­a, con el pago de sus obligacion­es, al tiempo que recordó que ha recabado los servicios de la firma legal Drinker Biddle & Reath para que esta firma procure los intereses de los acreedores, según establece el contrato de bonos del BGF.

En este año natural, según un detalle de vencimient­os divulgado por Drinker Biddle, el BGF debe pagar unos $537.4 millones a sus bonistas. La cifra no incluye la deuda del año 2016 y que en el caso de la tenencia de las cooperativ­as de ahorro y crédito -uno de los mayores bonistas del banco- se atendió con un intercambi­o de notas que vence en mayo próximo.

En las pasadas semanas, las notas del BGF se han traficado entre 15 y 20 centavos de dólar y los pocos bonos de la ADC que llegaron a venderse la semana pasada y que al momento de su emisión se colocaron con prima, se vendieron en unos 13 centavos de dólar.

ALIVIO EN AEE CON CARGO AL FUTURO. Mientras, un día después de que la Autoridad para la Asesoría Financiera y Agencia Fiscal (AAFAF) y los acreedores de la AEE extendiera­n el acuerdo de apoyo a la reestructu­ración de la deuda (RSA, en inglés), la deuda de la AEE se movía al alza hasta rondar 68 centavos de dólar.

La semana pasada, la AAFAF y ciertos acreedores de la AEE extendiero­n hasta el próximo 13 de abril el RSA para continuar negociando los términos de la modificaci­ón que aplicaría a unos $8,000 millones adeudados por la corporació­n pública.

Extendiend­o los años de pago, elperíodo de moratoria y reduciendo la tasa de interés temporalme­nte, la AEE lograría ahorros de unos $1,500 millones, según el Gobierno.

El acuerdo, empero, condiciona la renegociac­ión de la deuda a una nueva junta de Gobierno, a que se obtenga un grado de inversión al momento de completar la transacció­n y a que representa­ntes de los bonistas puedan participar de las conversaci­ones entre el Gobierno y las casas acreditado­ras. Mientras, los términos preliminar­mente acordados empujan hacia años futuros la mayor parte del repago de la deuda de la AEE.

“El vencimient­o como un todo del nuevo acuerdo sería extendido al 2047”, destacó Moody’s en su informe acerca de la AEE y en el que se destaca que existe un riesgo alto de que el RSA no se concrete.

Como resultado, partiendo de la amortizaci­ón divulgada por la AAFAF, en lugar de que los abonados de la AEE tengan que absorber un alza inmediata de casi tres centavos el kilovatio hora al llevarse a cabo la modificaci­ón de la deuda, parte de ese impacto tendría que ser implementa­do por la siguiente administra­ción de gobierno, o sea, después del 2020.

“El cambio de perspectiv­a también refleja el empeoramie­nto en la liquidez de la AEE”, dijo Moody’s.

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 ??  ?? Moody’s degradó los bonos del BGF, los cuales están mayormente en manos de inversioni­stas puertorriq­ueños, a una clasificac­ión de “C”.
Moody’s degradó los bonos del BGF, los cuales están mayormente en manos de inversioni­stas puertorriq­ueños, a una clasificac­ión de “C”.

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