A abrir los portones de la universidad pública
Lo que está aconteciendo con el cierre de la Universidad de Puerto Rico, lo cual imposibilita a aquellos que quieren estudiar de que así lo hagan, es una injusticia crasa. Aunque la Universidad sea autónoma, en cualquier entidad donde hay personas con criterios diferentes debe existir la democracia para que las decisiones que se tomen sean justas a todos y no a algunos pocos.
Es increíble pensar que por culpa de algunos estudiantes que se oponen a ciertas directrices de la Universidad o quisieran que existan otras, aquellos estudiantes que están por graduarse, o aquellos que quieren finalizar sus cursos, o simplemente que quieren estudiar, esos pocos no dejen que esto sea posible. Habrá muchos estudiantes que debido a este cierre, tendrán que coger un semestre más.
Creo que estas “conversaciones” entre los estudiantes deben de llevarse a cabo fuera de la Universidad y que por ninguna razón se permita que se cierre la Universidad mientras encuentran un consenso o llegan a un acuerdo. Esto es una injusticia crasa contra aquellos que quieren seguir estudiando.
Si el Gobierno no puede actuar al respecto, al menos debe de ayudar de alguna forma para que la Universidad permanezca abierta mientras se negocia.
Ya sabemos, por experiencias anteriores, que esto ocurre debido a esas “facciones” que están metidas en la Universidad hace años siempre causando problemas y haciendo lo imposible para que no se pueda llegar a un acuerdo y cerrar la Universidad, como lo han hecho ya en otras ocasiones.
Esto es de miedo y más hoy en día que vemos a nuestro alrededor el ejemplo de otros países como Venezuela, los encapuchados que no se dejan ver la cara, que no deberían permanecer en el campus de la Universidad. Nada bueno trae alguien con la cara tapada. Que se manifieste de frente y sin mascaras.
Espero que mediante el diálogo entre las partes que sí quieren llegar a un acuerdo y sin la intervención de “otros”, pronto la Universidad pueda abrir sus puertas nuevamente.
Es simplemente injusto que el que quiere estudiar, no pueda hacerlo.
Un pueblo sin educación no va para ningún lado.
Rosita Sierra
San Juan