El Nuevo Día

VITAL PARA LA BUENA SALUD

Conoce el importante rol de la glándula tiroides en las funciones del cuerpo humano

- Texto Nicole Yordán Especial Por Dentro

Se estima que más de la mitad de las personas que padecen de algún trastorno de la glándula tiroides lo desconocen y muchas veces son tratados por otras condicione­s.

De hecho, se puede confundir con diabetes, presión alta o enfermedad­es autoinmune­s como, por ejemplo, artritis reumatoide, lupus o anemia.

Y es que cualquier deficienci­a o problema en la tiroides, va a afectar la salud de la persona. Esa pequeña glándula en forma de mariposa, ubicada en la parte frontal del cuello, produce las hormonas tiroxina (T4) y triyodotir­onina (T3), las cuales controlan la forma en cómo cada célula en el cuerpo usa la energía. También tiene que ver con el metabolism­o, desarrollo neurológic­o, reproducci­ón, fortaleza, sistema gastrointe­stinal y cardiovasc­ular, entre muchas otras funciones.

Por eso, si la tiroides no funciona bien, nosotros tampoco. Cabe destacar que las enfermedad­es de la tiroides son más comunes que la diabetes. Sin embargo, no se habla mucho de ellas. Se estima que más de 30 millones de estadounid­enses tienen problemas con la tiroides y que la mitad de estos aún no han sido diagnostic­ados.

En Puerto Rico no se han realizado estudios específico­s, pero si la tendencia es similar esto implicaría que en la Isla hay más de 200,000 casos de enfermedad de tiroides sin diagnostic­ar. CÓMO FUNCIONA. Para ilustrar su funcionami­ento, imaginemos que la tiroides es similar al motor de un carro. En este caso, las hormonas triyodotir­onina y tiroxina son como la energía producida por el motor; la producción de una cantidad mayor de hormonas significa que los sistemas del cuerpo trabajarán a un nivel más “acelerado”. Si la cantidad de triyodotir­onina y tiroxina es menor, los sistemas del cuerpo trabajarán a un nivel menos “acelerado”.

Usualmente ejercemos control del motor del carro al hundir o soltar el pedal del acelerador. Si vamos muy rápido, pues bajamos la velocidad al dejar de pisar el acelerador, mientras que si aún vamos despacio, lo hundimos.

Este mismo tipo de control lo ejerce el cuerpo sobre la tiroides a través de una red de comunicaci­ones conocida como el eje HPT. Estas son las siglas para el hipotálamo (una sección del cerebro), la glándula pituitaria (en la base del cerebro) y la tiroides.

La comunicaci­ón del eje HPT comienza en el hipotálamo, el cual libera una hormona que regula la tiroides y actúa sobre la pituitaria para que libere otra hormona distinta que estimula la tiroides para que produzca más triyodotir­onina y tiroxina. Esto sería como pisar el acelerador del carro para aumentar la “velocidad” del metabolism­o.

Cuando los niveles de triyodotir­onina y tiroxina en la sangre sean suficiente­mente altos, entonces el hipotálamo y la pituitaria reducen la cantidad de hormonas reguladora­s y estimulado­ras, lo que baja las “revolucion­es” del motor y desacelera­n el metabolism­o.

QUÉ SUCEDE CUANDO SE “ENFERMA”. Los problemas de la tiroides incluyen bocio, o agrandamie­nto de la glándula, nódulos benignos y cáncer de tiroides. Además está el hipertiroi­dismo -cuando la tiroides produce demasiada triyodotir­onina y tiroxina- y el hipotiroid­ismo -cuando la tiroides produce muy poca triyodotir­onina y tiroxina.

Estos desórdenes pueden ser causados por defectos en el eje HPT o cuando el sistema inmune de un individuo ataca las células de la tiroides.

Los síntomas del hipertiroi­dismo incluyen, nerviosism­o o irritabili­dad, debilidad muscular, intoleranc­ia al calor, palpitacio­nes rápidas e irregulare­s del corazón, diarrea, pérdida de peso y, a veces, ojos marcadamen­te saltones.

Por otro lado, la presentaci­ón de hipotiroid­ismo implica fatiga, depresión, piel y cabello resecos, dificultad para concentrar­se, intoleranc­ia al frío, estreñimie­nto y aumento de peso.

Como los síntomas de problemas con la tiroides son tan generales, es importante hablar con su médico sobre el tema, especialme­nte si algún familiar padece de enfermedad de la tiroides. Las pruebas de sangre para medir los niveles de hormonas ayudarán con el diagnóstic­o.

Si se siente mal y no sabe por qué, es hora de preguntars­e cómo se siente su tiroides. Hable con su médico pronto y riegue la voz. La autora es estudiante de medicina del Recinto de Ciencias Médicas y miembro de CienciaPR (www.cienciapr.org).

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Cualquier deficienci­a o problema en la tiroides, va a afectar la salud de la persona.

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