Invocaciones y evocaciones
El significado cabal de lo que se expresa en este poemario se entiende mejor desde la paradoja. Ese recurso privilegiado por la escritura mística da idea de la incapacidad de las palabras para expresar la relación de un ser mortal, finito, con uno absoluto e insondable. La paradoja informa poema tras poema de este libro, sobre todo en función de oposiciones como palabra/silencio; luz/ oscuridad; ser/ nada. “Gustar la PALABRA/ en el silencio de todas las lenguas”, dice el primer poema del libro, “La totalidad de las palabras” y en “Luz y tinieblas” se afirma: “Soy luz intermitente./ A veces/ ilumino el movimiento de la noche/ para esconderme de Ti”.
Todos los poemas son breves -muy breves- como si el poeta renunciara a la capacidad de las palabras para expresar el misterio inaprehensible que se muestra, sin embargo, súbitamente, gratuitamente, inesperadamente: “Realizas el milagro/ en la estrella fugaz…”. El encuentro en- tre Dios y el hombre que aquí se Tbusca se da en soledad y resulta tan pleno como silente: “Solos, Tú y yo/ frente a Frente/ el Uno ante el otro.//Sin voces ni gestos:/ Frente a frente íntimos/ sabiéndonos amados.” El poeta se dirige a un Dios que se mueve en el universo “danzando el cosmos”: pleno, cambiante, dinámico.
El tema de la mirada se repite: “Contemplo/ mi/ soledad/ en/ Tus/ ojos/ abismales”; también el del silencio. Prima la intensidad del tono. Casi todos los poemas vienen precedidos de una cita. Las más son de místicos conocidos del pasado, como San Agustín, San Francisco de Asís, Hadewijch de Amberes, el maestro Eckhart, Ángela de Foligno, Matilde de Magdeburgo, Margarita Porrete, Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, Ibn ‘Arabi de Murcia, Jallaludin Rumi. Las hay también de escritores contemporáneos, como Dulce María Loynaz, Martha María Lamarche. Pedro Salinas, Jorge Luis Borges, Benjamín González Buelta, Ernesto Cardenal e incluso de Nietzsche. Hay, pues, detrás de este poemario un amplio saber de poesía y, sobre todo, de poesía mística.
En su prólogo, la Dra. Luce López Baralt señala que el poeta pertenece al Movimiento Interiorista del dominicano Bruno Rosario Candelier, movimiento literario de fines del XX que busca expresar “la dimensión interna y mística de lo viviente y la belleza sutil con sentido trascendente” según ha afirmado el mismo Rosario Candelier. (CDH)